LOS POBRES DESGRACIADOS HIJOS DE PERRA
Tusquets
20 euros
320 páginas
Si se quiere conocer la diferencia literaria entre lo simple y lo sencillo, como referencia de esto último se puede emplear esta colección de cuentos de Marzal. Los personajes que aparecen en el conjunto de relatos se escogen entre un amplio grupo de jóvenes que veranean en la Sierra Calderona, en urbanizaciones de Portacoeli, y que luego se van haciendo mayores, con todo lo que eso implica. Hay un evolución de los protagonistas, de su mirada y su actitud frente a su realidad, pues pensaban que se comerían el mundo y el mundo se los merendó. No hay crímenes extraordinarios ni enigmas históricos ni bucaneros ni paisajes exóticos. En cualquier caso, esas carencias no se echan de menos. Marzal construye personajes vivos, pero no superhéroes; recrea situaciones inteligentemente divertidas, que, en cualquier caso no son salvajes aventuras; apunta hacia personajes que, de alguna manera, han perdido, si bien lo hace con ironía y con ganas de que algunos de los protagonistas se salven de la rutina; invita a la reflexión sin realizar ensayos psicológicos que sirvan de ejemplo para la autoayuda. Escribe el autor, en definitiva, de aquello que pudo pasarle a un amigo, hechos notables pero no increíbles. Y escribe bien, tan bien y con tanto cuidado que se aleja elegantemente de cualquier atisbo de simpleza. Lo hace fácil, Marzal, sencillo, pero no simple.
VALORACIÓN: Se trata de una colección de cuentos con una mirada adulta, un punto canalla y bastante masculina. Ojo, en este caso es mejor no leer los cuentos salteados, porque el orden tiene una intención, plasma la evolución de los personajes y de sus circunstancias. Te pudo pasar a ti, pero no lo puedes contar así de bien, por eso el libro merece la pena.
BURGUERA