MIGUEL A. HOYOS
Editor en el Telediario Fin de Semana TVE
EL OFICINISTA
Guillermo Saccomano
Seix Barral.
208 páginas
7 euros
‘El oficinista’ (recién aparecida en edición de bolsillo y Premio Biblioteca breve 2010) es un tiro en la nuca. Un dolor de muelas. La bala la ves llegar y te fascina mirarla. El dolor lo sientes como tuyo. Lo quieres mientras te duele. Advierto: me dan pereza las películas de sufrir, no tengo predilección por los libros áridos. ‘El oficinista’ no es un libro árido, es pura vaselina, entra suave, pero raspa. El protagonista es un tipo normal en una sociedad en difícil equilibrio, como tantas. El asunto es que posiblemente los tipos normales hallamos asumido un grado excesivo de degeneración de la normalidad (y de la sociedad). Saccomano saca un partido enorme a eso, hace una brutal metáfora. La relación del oficinista con la secretaria es deliciosa y demoledora, y con el jefe…Los perros clonados, las explosiones, el hijo al que llama el viejito…son el escenario lúgubre, siempre de fondo pero tan presente. Saccomano escribe a navaja, con extrema contención, pulcro y eficaz. Escribe a navaja con agua caliente, no notas el corte cuando te lo está haciendo. El final no sorprende del todo, pero es quizá el final que el libro necesita.
VALORACIÓN: Es una novela que revuelve las tripas y el cerebro pero que a la vez se lee con gusto. Luego te queda el sabor. Como decía Miguel Hernández: “quiero a mi dolor, como a un hijo malo”