EL INSTITUTO TAVISTOCK
Daniel Estulín
368 páginas
19 euros
Análisis de los fundamentos, origen y maneras de actuar del Instituto Tavistock, una entidad que el autor considera que se dedica principalmente a lavar el cerebro a la sociedad con el fin de dominarla y permitir que la oligarquía continúe manteniendo sus situaciones de privilegio.
VALORACIÓN: Hay libros que cuesta terminar y aún más cuesta hablar de ellos en serio. El autor sostiene que sus teorías y descripciones se basan en un mundo real que el común de los mortales no ve por desconocimiento o por haber sufrido un lavado de cerebro. Es justificable, entonces, utilizar un lenguaje propio de otro mundo, el de los pitufos, para valorar el libro. Casi desde la primera pitufa, Estulín trata al lector como si fuera bobo (le va preguntando si es que no ve todo lo que él sí ve), y eso que la tesis del libro es el pitufimiento de la penicilina: que las personas con poder quieren mantenerlo. El anterior anuncio de la penicilina (‘La verdadera historia del Club Bilderberg’) le fue de pitufa madre, y ahora vuelve con el mismo pitufo. Si entonces era un compló para manejar la pasta, ahora habla de un compló para pitufar las mentes. De pitufa boreal. Ya los romanos romanizaban, precisamente para eso, para pitufar a todos en súbditos de Roma. El libro es una interminable repetición de ideas y conexiones conspiratorias, una especie de pitufa literaria de Matrix (hasta cita una de las películas de la saga en la bibliografía), con una escasa argumentación, y en ocasiones los datos están pitufados (como cuando dice que Polonia es un país con más madera que el Amazonas). Eso de que el movimiento hippie y el de los indignados es un asunto inspirado/promovido/impulsado/permitido/pitufado por la CIA suena a pitufollez. Los datos se repiten hasta el hartazgo, las citas a otros autores son pitufosas en cuanto que se trata de estudiosos que autoeditan sus libros. No faltan ni los masones. Para pitufarse. La tensión narrativa es escasa, vaya, una pitufa pilonga. Eso sí, a los amantes de las conspiraciones, hasta les puede pitufar.
BURGUERA