EL FIN DE LA RAZA BLANCA

Eugenia Rico

Páginas de Espuma

101 páginas

14 euros

Una colección de cuentos, algunos extremadamente breves (microrrelatos), en los que se tocan ambientes variados, desde la Primera Guerra Mundial a la Guerra Civil pasando por el reino de Gengis Khan, asuntos oscuros narrados desde una voz infantil, reflexiones con miradas masculinas, mascotas protagonistas de dramas en urbanizaciones de pareados o mujeres dolidas ante amantes que cambian de chaqueta. Más de una docena de historias clasificadas como Cielo, Purgatorio e Infierno.

VALORACIÓN: Es difícil explicar la sensación que genera esta colección de cuentos de Eugenia Rico, porque la conclusión de la lectura es poco uniforme. Se alternan momentos brillantes con pasajes muy poco convincentes. Hay un estilo, obviamente, marcado y que no deja indiferente, difícil de catalogar. A mí los floripondios no me van. A imágenes interesantes (el tren sobre las vías convertido en un dedo que acaricia la tierra, o el hombre que espera ser abandonado por su mujer un lunes, y se alegra porque ya es viernes) le suceden frases como esta: “mi amante portugués me canta en su extraña lengua y escribe en mi piel sonetos de amor con miel de caña”. Quizá mi sensibilidad se esté atrofiando con la edad, pero aquellos términos o estos otros (“el mar de noche era como un monstruo que tuviera nombre de mujer”) me parecen una sarta de cursilerías de tres pares de narices: floripondios. Resuena Galeano, sí, pero también se aprecian ecos de Claudio Coelho, y eso es demasiada diferencia en la acústica literaria de un libro tran breve. Quizá sea brillante; cursi lo es, y pretenciosa, también. Cierta fabulación onírica suena excesivamente onírica (como el cuento ‘One Way’) y principios como el de ‘Tren de vida’ se vacían rápidamente a pesar de la brevedad de los cuentos. Ay.

BURGUERA