MIGUEL A. HOYOS
Periodista de TVE
UNA BIBLIOTECA DE VERANO
Mary Anne Clark

Periférica
Uno mira atrás y piensa que antes se vivía más. Vidas como aquellas. Tina Modotti y sus andanzas por México, Hemingway y sus cacerías, Scott Fitzgerald y señora….Mary Ann Clark fue también hija del siglo, testigo, pero sobre todo protagonista. El siglo XX vivió en ella, ella fue el mapa de sus consecuencias. Una biblioteca de verano cuenta una pequeña parte de esa gran historia. Clark viajaba con sus padres en un barco cuando los torpedeó un submarino alemán, casi al final de la segunda gran guerra. Se refugió en un pequeño pueblo de Francia, en la gan casa de su tío, también recientemente muerto. Un tío de esos que nos marca, un pigmalión, un hombre capaz de consejos y de misterios. Llega a ese pueblo, La Bienhereuse, a sobrevivir al verano y lo hace montando una pequeña biblioteca con los libros de su tío. Conocerá lectoras que la ayudarán, se enamorará de un autor fallecido un siglo antes y descubrirá al gran amor de su tío y a su fatal madre….Todo en esos meses, en esa biblioteca de verano.
VALORACIÓN: A pesar de lo trascendente de los hechos, el libro no lo es. No es nada grandilocuente. Es pequeño, mínimo, cargada cada página de connotaciones pero suave a la vez. Es un librito delicioso, donde lo insignificante es fundamental, como debiera pasar en la vida. Ocupan más espacio algunos títulos y escritores que el duelo por los padres. Me ocurre con un gran amigo: hablamos de libros, y la vida se cuela en esas conversaciones, o no. Pero hablamos de libros porque las pequeñas historias siempre crecen, se nos agarran al pecho y nos hacen más fuertes. Mientras que las grandes historias, los hechos de la vida, acostumbran a desmoronarse al convertirse en palabras…y nos dejan en ruinas.