DIVORCIO EN EL AIRE
Gonzalo Torné
Mondadori
Decir que alguien escribe bien puede tomarse como un piropo, aunque en el caso de los escritores debería ser una obligación que, desgraciadamente, no siempre se da. Sin embargo, la EGB ha conseguido que la media de las novelas, incluidas esas de esoterismo histórico o folletines reactualizados a la moderna visión de la mujer, estén bien escritas. Con pulcritud. A partir de ahí, hablamos, por ejemplo, de autores como Gonzalo Torné, que escribe deliciosamente. Pero que muy bien, vaya. ‘Divorcio en el aire’ es una exhibición formal, de léxico, semántica e ingenio. Hay un estilo y un personaje casi único, el protagonista, Joan Marc, que asiste al desmoronamiento de su matrimonio y, a cuentas de tal desastre, recuerda sus avatares amorosos, familiares y vitales. El protagonista, un alto burgués catalán de manual, amoral, despegado de una familia despegada (padre, madre, hermanos, cada uno por su lado y sin querer pegar palo al agua, una colección de ‘bons vivants’ con trajes de línea diplomática, ), es un personaje irónico y miserable a partes iguales. La prosa es tan rica y densa que cuesta avanzar. En cada página hay varias perlas, si bien es cierto que también hay repetidos lugares comunes, floridos pensiles barceloneses entre los que se pasea el autor, que abusa un poco del adorno. Quizá falta desbrozar un poco, retirar grano y paja, si bien es cierto que el cereal prima. También es verdad que esa profusión de reflexiones deja muy aparcada la historia. También ocurre que, en este caso, la trama es lo de menos, historia de un descosido que página a página va desgarrándose como las telas baratas. Quizá ese cuidado por lo formal (el estilo) y esa escasa sustancia de lo esencial (la trama) termina por cansar un poco. En cualquier caso, merece la pena leerse al señor Torné.
BURGUERA
@Fausto6969