Los hutongs, para quien no lo sepa, se podría decir que son los antiguos barrios que formaban el centro de la ciudad de Pekín. Son barrios inmensos dibujados por laberínticas callejuelas muy estrechas en las que es imposible poder orientarse y donde además, parece que no haya pasado el tiempo. Las calles no suelen estar asfaltadas y la verdad es que carecen de higiene. Curioso resulta ver tantas puertas abiertas de viviendas donde se puede observar a la gente hacer vida cotidiana. La gran mayoría de las habitaciones conducen a un patio interior donde se encuentra un baño que suele ser comunitario.

La experiencia de poder visitar un hutong es muy grata ya que te adentras en una zona de paz y tranquilidad dentro de una de las ciudades más pobladas y ajetreadas del planeta.

Yo recomiendo que visites estos barrios en bicicleta. Cuando estés paseando por las calles colindantes verás que es muy fácil encontrar a un conductor que se ofrezca a realizarte un tour. Las bicicletas son antiguas pero tienen su encanto. A la hora de contratar el tour, deberás demostrar tus dotes en el arte del regateo. En china todo se negocia y por lo general, siempre empiezan ofreciendo un precio muy elevado. Mi consejo es que le restes la mitad y un 10% al precio inicial ofrecido.

El conductor que te lleva en la bicicleta te aseguro que no sabrá hablar inglés por lo que ni mucho menos sabe Español. Te dará explicaciones en el lenguaje universal de signos y es que en realidad resulta muy muy gracioso que dos personas que no tengan ni la más mínima idea del idioma del otro intenten comunicarse.

Al final la experiencia es muy satisfactoria.