El calendario fallero indica que estamos en fase de iniciación. En estos días de primeros pasos para las nuevas directivas y de ‘volver a empezar’ para los que repiten se gestan muchas decisiones de cara ya a las Fallas 2018. Lo primero, los artistas y las fiestas que se van a celebrar. Ya sabemos que una Falla no sabe vivir sin sus fiestas temáticas. Quizás una de las decisiones más importantes y en la que, visto lo visto, menos atención se presta es en la elección del grupo musical que acompañará en los principales actos falleros.
Vaya por delante que cualquier conocimiento de la relación Fallas-Banda de música/Charanga, es muy personal.
Resulta que Valencia tiene ya una fiesta que es Patrimonio de la Humanidad. Nos vendieron que es gracias a los colectivos que hacen la fiesta pero resulta que sólo es un ‘pin’ político. Los artistas siguen con trabajos infravalorados, teniendo ahora el ardor de ser el artista para los monumentos municipales; a los pirotécnicos no les tenemos en cuenta que se juegan la vida con cada disparo; y por último, los músicos. Estos, son versos libres capaces de reventar la fiesta, siempre porque las comisiones falleras quieren.
Cuando participé de músico en Fallas nunca comprendí que un fallero te viniera a decir ‘toca más’ o ‘toca menos’ y demás sutilezas típicas del pensamiento ‘si les pago, mando’. Ahora, desde fuera del mundo musical, todo es diferente. ¿Cómo se van a hacer respetar los músicos si ellos mismos crearon charangas para cobrar más?. ¿Dónde está la Federació de Societats Músicals de la Comunitat Valenciana para preservar la calidad musical?. A todo nos gusta la típica charanga ‘non stop’ que da mucho juego, pero contratar a estas ‘collas’ de músicos, muchas de ellas en la absoluta ilegalidad, significa dilapidar el trabajo que se realizan en nuestras prestigiosas bandas de músicos.
Vivimos en la tierra de los músicos y somos incapaces de dar valor a la música de banda. Y todo, por dinero. Pocas Fallas han cerrado la puerta a charangas que ofrecen sus actos a un precio inferior al de una banda. No todo es cuadrar presupuestos con saldo positivo. O no todo debería serlo. Permitimos que por nuestras calles desfilen grupos de 10-12 músicos ofreciendo un producto barato pero sin la calidad que merecen las composiciones y mucho menos la fiesta fallera. Claro, ante la Falla que no tiene para pagar una banda, pues una charanga que te rebaja hasta 500€ y te limpia el presupuesto.
Hablaba un día con un amigo amante de la Semana Santa andaluza y me comentaba que en las hermandades y cofradías disponen de una persona encargada de la gestión de los músicos. Este Fiscal de Banda indica qué obra deben interpretar los músicos dependiendo de la calle por la que transcurre el cortejo. ¿Se imaginan que en Valencia un fallero le debe decir a un músico qué piezas debe tocar? Si aquí hemos permitido deslucir la entrada a la plaza de la Virgen en la Ofrenda con un pasodoble cualquiera eliminando la solemnidad de entrar con ‘Valencia’. De locos. Somos tierra de ‘yo sé más que nadie’ y permitimos, en este caso, que los músicos hagan cualquier chorrada con tal de que hagan ruido. ¿Las Fallas merecen este deslucimiento?
Sólo hay que ver por la televisión lo cuidadas que están las piezas musicales en La Madrugá de Sevilla y el esperpento musical que permitimos en las Fallas de Valencia. ¿Un Patrimonio de la Humanidad puede mantener uno de los pilares de la fiesta a base del regateo o nos colaron con calzador a las bandas en el Patrimonio para vender un producto más completo?
Antes preguntaba por el papel de la Federació de Societats Musicals de la Comunitat Valenciana. Entiendo que como órgano mayor en el mundo de las bandas de música en la Comunitat Valenciana es el principal responsable de que las agrupaciones musicales hayan perdido campo frente a charangas formadas por músicos de las propias bandas. La FSMCV debería plantarse y exigir que se cumpla con la calidad necesaria para las interpretaciones. Así, ni cuidamos a nuestras bandas ni damos buena imagen de las Fallas. Y que conste que no me meto con los músicos sólo estoy intentando defender que las Fallas no deben ser territorio para las charangas. Pero esa voluntad debe nacer en los casales.
Las comisiones deben pensar ahora si prefieren ir con 15 músicos y un altavoz dando gritos o con una agrupación de 40 músicos interpretando un papel en su justa medida. Permitamos este horror musical en nuestras Fallas y veremos lo que dura el verdadero Patrimonio.