SANTORINI, MILOS y PAROS
No creas que exagero si digo que este recorrido está en mi top 3 de mejores viajes. Si tienes la oportunidad no lo dudes y ve, serán unos días de relax total, comerás como un marqués y disfrutarás de los acantilados y las playas paradisíacas.
Sabía que quería ir a Santorini, lo que no tenía tan claro era a qué otras dos islas ir, ya que en el conjunto de las “islas cícladas” hay más de 220. Así que se lo pregunté a alguien que nunca falla: Google. Mis otros dos destinos los elegí a base de ver las fotos que estaban en Google y lo mejor de todo es que no me equivoqué.
Antes de ir a las islas Griegas, te aconsejo que visites Athenas. Con 2 o 3 días tendrás suficiente para visitar los lugares más destacados de la capital griega (La acrópolis y los barrios y mercados al pie de la misma)
Los ferrys hacia las islas parten del puerto del Pireo. Puedes coger un taxi desde el centro de Athenas (12-13 euros) o bien el metro, opción más económica. En el Pireo será muy fácil encontrar el ferry ya que está todo bastante bien indicado.
SANTORINI
Una vez subido en el ferry tardamos en llegar a Santorini unas 6 horas puesto que es la isla más alejada. El ferry te dejará en la zona de acantilados y hay dos maneras de subir arriba; en burro o en Autobús. Sí, es muy típico alquilar un burro para subir los más de 300 metros de acantilado. Yo opté por la opción autobús y me costó alrededor de 3€.
Santorini es una isla volcánica y lo primero que te llamará la atención serán sus inmensos acantilados y los pueblos a los pies de estos.Antes de ir, creía que esta isla sería paradisíaca por sus playas, pero la verdad es que me equivoqué. Si esperas playas de agua cristalina con arena blanca éste no es el lugar adecuado. Al ser una isla volcánica predominan las arenas negras, rojizas y marrones, el aire sopla con fuerza y las olas invaden el mar. Vale, igual me he pasado, hay playas lindísimas y muy tranquilas pero creo que la esencia de esta isla no está en las playas.
Es una isla pequeña por lo que con una moto o quad te puedes apañar perfectamente. Yo alquilé un quad para tres días y me salió mucho más barato que un coche y con él pude sentir mucho mejor la isla.
El gran atractivo y por lo que Santorini es conocida son sus atardeceres. Se dice que son unos de los mejores del mundo y la verdad es que no falta razón para considerarlos así. Hay que ir a la “ciudad” de Oia, en el norte de la isla. (En serio, insisto, alquílate una moto o quad porque llegar hasta allí es un verdadero gustazo. El paisaje, los pueblos, los olores….¡todo!). Oia es un pueblo precioso lleno de casas muy juntas, molinos y las famosas cúpulas azules. Es verdad que parece construido por y para el turismo pero aun así es muy especial. Rápidamente sabrás cual es el mejor lugar para ver los atardeceres, sigue a la marea de personas que veas andando en la misma dirección y allí te estará esperando un atardecer inolvidable.
La playa Roja es un lugar que hay que visitar sí o sí. Llama mucho la atención ver esta playa de arena rojiza bajo unas losas de piedra volcánica de color rojo intenso. La “arena” o mejor dicho, las pequeñas piedrecitas que forman la playa están muy calientes así que mejor alquílate una de las muchas tumbonas que hay.Si lo que te gustan son las playas a la “española”, que sean turísticas y repletas de barecillos, la zona de Perissa y Perivolos es la tuya.
Mi recomendación para sentir Santorini es que te recorras la isla en moto y pares a disfrutar de los pequeños pueblos, de sus gentes, de los molinos, de los acantilados…
MILOS
Gran error elegir pasar solo dos días en esta isla. Pequeña, preciosa y acogedora. Aquí sí que puedo decir con total seguridad que si te gusta la playa, las calas y el mar es la isla perfecta. Como iba a estar escasos dos días en Milo, aquí sí que me alquilé un coche pequeño para recorrer lo máximo de la isla. En Grecia alucino con lo fácil que es hacer este trámite; llegas, firmas, te dan las llaves y te vas con un coche. En España es un poco más desesperante.
No es tan turística, pero sí que es conocida porque un campesino desenterró la Venus de Milo, actualmente en el museo Parisino de Louvre.
Tengo una anécdota que siempre cuento y es que por un retraso del ferry de Santorini a Milos llegué de noche, cosa que ya me cabreó bastante. Para más inri mi hotel estaba en medio de la NADA. Era de noche, estaba todo oscuro y a lo lejos vi una luz en la que parecía que había gente y pensé al menos en poder tomarme una cerveza. Atravesé un par de campos para llegar allí y había una especie de bar con una terraza que conducía a una pequeña playa con una barca atada a un poste. Se levantaron de la mesa de al lado tres personas para atendernos y de verdad os digo que me transmitieron tanta bondad y cariño que aquella cena sabía que iba a ser especial. Cuando das con gente buena en la vida el idioma no es ningún obstáculo y ellos me hicieron levantarme de la mesa para ir a un escaparate frigorífico y elegir qué pescado cenar. Por supuesto recién capturado por ellos hacía escasa una hora en esa misma playa. Todo mi mal rollo se esfumó por completo y ahí es cuando te das cuenta que las pequeñas cosas y los pequeños gestos son los que realmente te llenan. Nunca olvidaré lo a gusto que me hicieron sentir en ese momento.
Al día siguiente cogí el bólido y me dirigí primero a Sarakiniko. Nunca he tenido el gusto de ir a la luna pero estoy seguro que es el lugar más parecido a ella en el que he estado. Está formada por rocas volcánicas blancas con unas peculiares formas onduladas a consecuencia del viento y el mar. Está situada en la parte norte de la ciudad. De Sarakiniko fui a Paliochori, una playa preciosa a orillas de un acantilado de múltiples colores. El agua es cristalina y la arena gruesa. También quiero nombrar la playa de Papafragas, un pasillo de paredes de piedra de 50 metros, un lugar perfecto para bucear y relajarte. Hay que tener cuidado con la marea y ser muy cauto.
El plan de la tarde fue visitar el pequeño pueblo pesquero de Klima, a los pies del acantilado donde se sitúa Plaka, la capital de la isla. Son alrededor de 15 o 20 casas una junto a la otra de color blanco y con puertas y ventanas de diferentes colores. Estas casas están a ras de agua. Es un sitio perfecto para relajarte y dar por finalizado el día.
PAROS
Mi estancia en Paros fue espectacular. Naoussa, su capital, es un pueblo encantador, eso sí, lleno de gente. Aquí se tercia mucho el paseíto de la tarde, la cervecita en la terraza y la cena a orillas del mar. Es un lugar para disfrutar con tu pareja o tu familia. También son sorprendentes sus atardeceres. La mejor foto que tengo de un atardecer la hice aquí, por lo que también le tengo algo de cariño por eso.
Me alojé en el hotel Chroma, un hotel chulísimo con un desayuno buffet que te quita todas las penas de golpe. Si vuelvo a Naoussa no dudaré en alojarme aquí. No voy a hablar de las playas en las que estuve, os podéis imaginar que son una gozada. Voy a hablaros de un pueblo, Lefkes. Parece mentira que en una isla tan pequeña podamos catalogar a Lefkes de pueblo de interior. Para llegar a él, hay que bajar un valle bastante frondoso de carretera serpenteante. El pueblo es precioso, todo cuidado meticulosamente al detalle, muy limpio y muy tranquilo. Flores de todos los colores que invaden las callejuelas. Lo mejor es tomarse un café en la plaza del pueblo, es un lugar muy bonito con vistas a la iglesia y al valle que rodea el pueblo.
En definitiva, es un viaje que me ha impactado no tanto por sus playas, sus hoteles y sus restaurantes, si no por las pequeñas cosas. La gente, los olores, los colores, los atardeceres, la tranquilidad….