Resistentes de la escena valenciana, Desayuno vuelven a mostrar su gusto por el pop de calidad con Nuevas rutas
Surgidos en aquella Valencia musical de mediados de los 90 del siglo pasado, que bullía avivada por un sinfín de jóvenes bandas que se prodigaban en decenas de escenarios repartidos por la ciudad, Desayuno (en sus orígenes, con el epíteto “Popular”) se han ganado a pulso esa condición de persistentes, y han devenido unos testigos de excepción de lo vivido por nuestra escena en estas dos décadas: «Lo que nos ha hecho persistir ha sido la amistad entre nosotros y el amor por lo que nos gusta. Compartirlo, ensayar, montar, tocar, desmontar, ensayar, cargar, tocar… ¡Somos una familia y el resto de cosas no son suficientes para hacernos desistir! El movimiento se demuestra andando, en este caso tocando, haciendo canciones; no es lo mismo sacar un disco ahora que hace 20 años, claro está, pero la realidad de este mundillo es la que es en la actualidad y hay que acoplarse al medio y no mirar siempre atrás con esa morriña que no te deja continuar. El rock and roll lleva años ahí por encima de los nombres y los cambios y eso es lo que vale», aseguran.
Y, precisamente, mirando adelante, el grupo ha decidido seguir mostrando su gusto por el pop y el rock de calidad, elaborados, editando su sexto trabajo, Nuevas rutas, partiendo de un tema ya registrado hace poco más de dos años: «Cuando lo grabamos, nuestra intención aún sin saberlo muy bien, era ésa, abrir un pequeño nuevo camino, pero las circunstancias nos dejaron una vez más sentados en el arcén esperando a que arrancara el motor de nuevo. Este Nuevas rutas que aparece y da nombre al epé, es áquel, pero remasterizado para la ocasión. Para nosotros no tendría sentido cambiarlo ahora. El resto de canciones se gestó en no mucho tiempo. Cuando grabamos Supersónico [2012], una de las cosas que más nos gustaron fue la inmediatez de tener que componer en muy poco tiempo y ver cómo todas las canciones caminaban de la mano. Esa sensación de unidad sonora es lo que buscábamos para este epé».
Precisamente, aquel Supersónico supuso una especie de pausa en la habitual colaboración llevaba a cabo por parte del grupo con el productor Roger García. En aquella ocasión, Desayuno unió sus destinos a Pau Chafer y Manuel Tomás. Aquello fue coyuntural: «Fue el equipazo que nos proporcionó Sona la Dipu para grabar el cedé, que era parte del premio al ser uno de los tres ganadores de aquella edición. Fue una experiencia increíble trabajar con esos dos cracks. De hecho, a partir de ahí fue cuando pensamos en darle otra vuelta de tuerca al sonido Desayuno. Ellos tienen parte de culpa. Pau, toca los teclados en Mi gravedad en este disco; ¡no te digo más!». Efectivamente, a lo largo de su trayectoria, a la banda se le ha dado bastante bien eso de los concursos. De aquella edición del Rookie’s, organizada por la revista On The Rocks y La Sala, al mencionado Sona la Dipu, el combo atesora diversos galardones. No obstante, ellos parecen dudar de su buena estrella en este aspecto: «En contra de lo que pueda parecer, nunca se nos han dado demasiado bien los concursos. No obstante, creemos que sí que sirven de algo. Para nosotros ha supuesto poder tocar en sitios que jamas hubiéramos soñado (Low festival, Primavera Sound, Plaza de Toros de Valencia…)», sentencian.
Mientras tanto, y recuperando la normalidad alterada por aquel Supersónico, en Nuevas rutas han vuelto a ponerse a las órdenes de Roger García, prácticamente, uno más de la familia. Él, sin duda, sabe como pocos cómo abordar el material sonoro virgen dispuesto para la edición: «Con él tenemos la seguridad de que, si nuestro trabajo está hecho, nada puede ir mal. Nunca se limita a grabar: Produce, te aconseja, toca, cambia estructuras, las vuelve a colocar. Es un maestro y no lo decimos porque lo queramos mucho, que también. Su carrera lo avala. Tan sólo tienes que preguntar a las bandas, los estudios, las salas con los que ha trabajado. No encontrarás más que buenas palabras. Es uno de los grandes. Lo que pasa es que vive aquí y no se apellida ‘Smith’; y, si no, al tiempo. Nuevas rutas es el trabajo que más se acerca a lo que estábamos buscando en cada grabación. El proceso se dilató un poco por aquello de ser cinco, pero a pesar de eso no perdimos el concepto del disco. Quien nos conoce sabe lo que va a escuchar. Eso sí, en esta ocasión, con un aire sonoro más fresco y con la madurez que dan los años».
En su reciente concierto en Wah-Wah, por cierto, las gentes de Desayuno compartieron escenario con una banda de reciente creación, Punto Alba. Surgidos en el verano de 2015, estos valencianos hacen gala de una destacada contundencia sonora a partir de sobrias secciones rítmicas que soportan correctamente vistosos riffs y llamativas líneas de guitarra, apoyándose en unas voces trabajadas. Su primera referencia discográfica, El tejido del odio, también ha sido grabada bajo la atenta mirada de Roger García, en RPM. Se trata de un epé de cuatro temas que combina piezas un tanto sofisticadas en su planteamiento (la trabajada La última cena), con otras mucho más inmediatas como una Salvaje repleta de luminosidad y buenas vibraciones.
Los discos de la semana
Odisea (Cydonia Records-BCore, 2015)
Cuatro años después de aquel celebrado La montaña y el río (Mushroom Pillow, 2011), el proyecto ilicitano retorna, afortunadamente, con una nueva muestra de esa dignísima y elegantísima mezcla de pop, folk y psicodelia que, con tanto mimo y, aparente facilidad, son capaces de facturar Nacho Casado y Pilar Guillén. Sin duda alguna, la connivencia de Xema Fuertes y Cayo Bellveser (en sus Estudios Río Bravo ha sido cincelada la criatura), verdaderos artesanos de lo sonoro, así como de Manolo Medina (teclados), Alberto Martínez (flauta y percusión) y Pepe Andreu (esenciales esas trompetas), se antoja trascendental a la hora de definir un feliz viaje por la Costa Oeste, que nada tiene que envidiar al llevado a cabo en aquella puesta de largo oficial. En esta ocasión, esos mil y un caminos en los que buscar rendijas que explorar dan como resultado un trayecto de ensueño.
Relentless (Autoeditado, 2015)
Aupados por los parabienes de aquel destacado Prodigy, Badlands irrumpen sin miramientos con un epé de clarísima esencia country y bluegrass convertido en un torrente enérgico que impacta a la primera con una Homecoming que se crece por momentos (esa combinación banjo-violín) hasta desembocar en una recta final emocionante, y que invita a la euforia catapultado por una Relentless en la que una trabajadísima combinación instrumental arropa de manera solemne la contundente presencia vocal de una sembrada May Ibáñez. Si su próxima entrega, que se anuncia próxima, sigue estas sendas, sin duda, estaremos ante uno de nuestras gemas con más futuro.