The Last Summer Story presentan su primera referencia discográfica, Farm EP, este 29 de enero en la sala Matisse
La efervescencia sonora que viene viviendo Valencia en los últimos años encuentra una clara evidencia en los constantes trasvases de músicos entre grupos o, sin ir más lejos, el incesante surgimiento de nuevas formaciones a partir de las cenizas de otros proyectos. The Last Summer Story, sin ir más lejos, reúne a integrantes de combos tan conocidos en estas lindes como Scorsese, Costaverde, Modelo de Respuesta Polar o Loveless. Este hecho podría hacernos pensar que, de partida, los objetivos y filosofía de la criatura difieren de la de una banda novel: «Realmente, este proyecto nos lo tomamos con menos presión. Nuestro objetivo es juntarnos a tocar lo que nos gusta y, a partir de ahí, ver lo que pasa. Estaríamos encantados de meter la cabeza en el mundillo, pero como ya has mencionado venimos de proyectos donde hemos aprendido lo difícil que es, por lo que tampoco nos lo tomamos con esa presión», aseguran sus miembros que, eso sí, en todos estos años de vicisitudes bajo otras marcas ya han tenido tiempo de acumular experiencia y sacar alguna que otra conclusión en torno a lo que de vertiginoso y emocionante tiene tratar de dedicarte profesionalmente a esto de la música: «Este mundillo es un poco cruel a veces, ya que te hace disfrutar de lo mejor de la música, como conocer a mucha gente muy interesante, compartir con bandas de primer nivel escenario para miles de personas… También tiene la parte negativa, como toparte con personas que te intentan poner el pie en el cuello, y otras tantas que directamente te ofrecen verdaderas estafas musicales, por lo que has de tener un poco la cabeza fría para analizar todo lo que te llega cuando empiezas a ser ‘el grupo de moda’. Todas estas experiencias nos han enseñado a ir con mucho más tacto, y apoyarnos siempre en personas de confianza, que al fin y al cabo son las que han estado ahí desde los inicios».
Precisamente, ese proceso mediante el cual tu círculo de confianza va acotándose a medida que tu vida discurre, es el que hizo que Dave Greenwood, Manu Martínez y Mat y Diego Entraigues acabaran confluyendo en un mismo sendero llamado The Last Summer Story. Todos ellos se conocían desde hacía mucho tiempo y, pese a haber tomado caminos diferentes, nunca habían perdido el contacto: «Fue como una especie de vuelta al colegio. Teníamos ganas de hacer algo que realmente nos gustara, que nos llenara cuando estamos sobre el escenario. Esto no quiere decir que antes no lo hayamos hecho, pero cuando estás metido en sellos, oficinas… quizá ello te obliga un poco a mirar las tendencias que se llevan en ese momento a la hora de componer, y esto es algo de lo que ahora no queremos estar pendientes ni tener esa obligación», sentencian, orgullosos, mientras exhiben las bondades de su Farm, el epé que presentarán el próximo 29 de enero en la sala Matisse, que mira, tanto a referencias foráneas (Weezer, The Posies) como a otras más próximas (Nueva Vulcano), y que ha sido autoproducido por el grupo y registrado al modo casero: «Decidimos llevarnos todo el equipo a casa de Diego, que vive en la montaña, apartado un poco del mundo. Ojalá tuviésemos un estudio a nuestra disposición, pero no; todo ha sido muy artesanal: Micro directo al ampli conectado a una multipistas, y a funcionar. De ahí el título del epé, ya que por allí teníamos a la gallinas correteando y los huertos que tan apañados tiene Diego».
Considerado como una tarjeta de presentación en toda regla, de cara a lograr la visibilidad y los medios necesarios para la futura grabación de un elepé, este disco, según los integrantes del grupo, ha de convertirse en una herramienta fiable a la hora de chequear las vibraciones que puedan emanar del exterior: «Es como cuando en los viejos tiempos grababas una casete en el garaje de casa para ponérsela a los dueños de los locales donde te dejaban tocar. Estamos sorprendidos con el resultado, y todavía nos quedan algunos temas por subir a la red. La respuesta ha sido inmejorable, e incluso algunos sellos de relevancia nacional se han interesado por nuestro proyecto. Seguramente iremos a por el elepé el próximo año», afirman exultantes, a la vez que se animan a soñar con esa posible producción futura que podría convertirse en el pasaporte definitivo, al menos, para tratar de posicionarse entre los candidatos a disputar la fase de ascenso a la primera división en la que militan las formaciones roqueras que gozan del favor popular: «Tenemos varias ideas en mente, en cuanto a productor y estudios favoritos, pero tampoco nos cerramos a ninguna propuesta. Lo mas importante es que ese productor sepa entender nuestra música y nuestros objetivos. Somos muy fans de Santi García, Paco Loco y otros tantos, pero sabemos que para plantearte un elepé en estas condiciones también necesitas una fuerte inversión económica que hoy en día no tenemos, y eso va a ser nuestro primer punto a resolver, porque en estos momentos los sellos no se quieren mojar en invertir en la producción de un disco. A partir de ahí sabemos que hay muy buenos productores y estudios de grabación, por eso tampoco queríamos invertir mucho económicamente en nuestro epé y dejarlo todo para el largo. Tenemos muchos temas y, sobre todo, ganas de tocar y movernos a nivel nacional».
Hasta que ese momento llegue, toca bregar en casa, y lidiar con una escena valenciana, como siempre, difícil de definir y de domesticar: «Hay un buen puñado de muy buenas bandas, y cada día te puede sorprender un grupo nuevo que no conocías y que gracias a las redes sociales descubres. Creemos que hace falta más salas donde poder mostrar tu propuesta, ya que ahora nos encontramos con tan sólo cuatro o cinco de buen nivel, y esto, junto con los artistas nacionales e internacionales que vienen a copar sus programaciones te deja poco margen para presentar tu proyecto en condiciones. Por suerte nosotros llevamos años en esto y ya conocemos a gente del mundillo, pero hay otros que no son tan afortunados y también deberían tener su oportunidad».
La del 29 de enero, por cierto, será una noche de suerte para los amantes de las melodías pop-rock que gustan de los riffs pegadizos. Junto a The Last Summer Story, también subirán al escenario del Matisse las gentes de Stereocolor que, con aquéllos, tienen mucho en común. Su semilla germinó, precisamente, tras al punto y final de Scorsese, y a partir de la necesidad de sus componentes de otear nuevos horizontes. Además, también éstos pisarán las tablas de la sala de la calle Campoamor para mostrar al respetable los temas que integran su nueva y homónima criatura sonora: Media docena de piezas elaboradas y de fácil digestión.
El disco de la semana
Faro sencillo (Mascarpone Discos, 2016)
Llámennos previsibles, pero resulta harto complicado, cada vez que se hace pública la gestación de uno de sus nuevos proyectos, desterrar de tu cabeza la cuestión que machaconamente te plantea de dónde diantres saca el tiempo Jose Guerrero para verse envuelto en tantos embolados. Por si no tuviera suficiente con figurar en los créditos de Betunizer, Cuello o Jupiter Lion, el artista viene desmarcándose con una aventura en solitario eminentemente acústica, que vendría a ser resultado del experimento de mostrar cómo suenan sus composiciones desnudas mientras son propuestas para alguna de sus criaturas (varias buscaban formar parte del set de Cuello). Incluso así, Guerrero sigue teniendo la habilidad de mantener una imagen de marca inconfundible y no provocar el más mínimo bostezo en el personal. Además, en esta ocasión es capaz de certificar la máxima de que el formato nunca debe condicionar el nivel de intensidad de una creación sonora que, aquí, encuentra cumbres hirientes en Te cedo mi balcón o Lógica madrugadora. Por si esto fuera poco, el artista continúa ideando títulos que, en ocasiones, llegan a superar en ingenio y asombroso desconcierto al contenido que arropan (Fuga colosal de mi ser rampante, Un extraño en la cuneta de tu limbo, Avanzando sin pulmón lateral ).
Este Faro sencillo está disponible tanto en casete (perdura el gusto de Mascarpone Discos a la hora de seguir reivindicando un formato que gana adeptos a pasos agigantados), como en cedé, o en su versión digital. No obstante, si lo suyo es palpar la mercancía en vivo ha de saber que el mismísimo Jose Guerrero mostrará sus cartas (es decir, los temas de su recién nacido) en directo, en el Slaughterhouse de Ruzafa. Será el próximo jueves, 28 de enero, a partir de las 20 horas.