Senior i El Cor Brutal publica un sentido disco de versiones, Valenciana Vol. 1, y vislumbra una nueva tapa en su devenir
Asegura el propio Miquel Àngel Landete (Senior) que rompió a llorar mientras escuchaba a Maria Arnal grabar las voces de Cari, la abrumadora revisión del Maggie de Cracker, que forma parte de Valenciana Vol. 1, el ambicioso proyecto en el cual Senior i El Cor Brutal (los impagables Endika Martín, Juanlu Tormo y Rafa Ferreiro) se ha embarcado con la inestimable ayuda del productor Luis Martínez, Malatesta Records y los artistas Artur Estrada, Carles Sanjosé, Clara Andrés, David Carabén, Jaume Pla, Joan Pons, Jordi Lanuza, Judit Casado, Lluís Gavaldà, Manu Ferrón, Mireia Vilar, Núria Graham, Pau Vallvé, la propia Arnal y Carles Chiner. Precisamente en compañía del líder de Gener, podríamos afirmar sin rubor que este disco alcanza otro de sus momentos cumbre, a partir de la sorprendente vuelta de tuerca que Landete y los suyos han sido capaces de darle al Ring of fire de Johnny Cash, reconvertido en un efervescente y enérgico Anell de foc.
Este es el espíritu de un trabajo corajudo, forjado en gloriosa comandita, inspirado en la labor del etnomusicólogo estadounidense Alan Lomax, estudioso del folclore universal, conocedor de nuestras raíces sonoras y creador del término ‘Valenciana’, y destinado a rendir cuentas con algunas de las fuentes en las que Senior i El Cor Brutal han bebido desde su nacimiento, hace una década. De lo que se trataba, bajo el ‘Síndrome Lomax’, es de dar gracias al cielo por la existencia de artistas como (además de los mencionados) The Jesus & Mary Chain, The New Pornographers, Tom Waits, The Low Anthem, Grupo de Expertos Solynieve, The War On Drugs, y recuperar algunas de sus creaciones para recrearlas, tanto en sonido, como en letra (reconvertidas al valenciano).
La labor, intuimos, no habrá resultado sencilla. A primera vista, se nos ocurren dos dificultades a la hora de construir una creación semejante. Vayamos por partes: ¿Ha sido sencillo establecer una conceptualidad y homogeneidad con referentes, a veces, tan variados? Landete se explica: «Me gusta pensar que ese obstáculo se ha ido sorteando un poco por él mismo, mediante los tres niveles de abstracción que le han dado coherencia y unidad. El primero es a nivel puramente estético, es decir, el sonido. Lo comenté con Luis Martínez y decidimos hacer una apuesta global por canciones enérgicas, positivas, susceptibles de ser hits, mirando un poco al sonido de NYC de Tom Verlaine, y también a producciones más modernas como las de los últimos The New Pornographers o Death Cab For Cutie. Eso le ha dado al disco un tono uniforme (que no monotemático) y ayuda a escucharlo de principio a fin de una vez. El segundo nivel es el que han dado las canciones originales escogidas: la inmensa mayoría hablan del amor. Desde muchos puntos de vista (pareja, platonismo, carnalidad, comunicación, tristeza, reunión, fractura) y pienso que todo el disco se puede ver como un tratado de los efectos y las motivaciones alrededor del amor. Y, el tercer nivel de unidad, que para mí es el más ambicioso, es el que le han dado los colaboradores. Todos y todas llevan ya un tiempo haciendo música anglosajona en su propio idioma, y esa forma de cantar en catalán unas canciones escritas en un idioma que no es el suyo, pero que, a la vez, reconocen como propio porque lo llevan mamando toda la vida, le ha dado mucha potencia a las creaciones finales».
No obstante, en segundo lugar, nos planteamos, este disco sigue sonando a Senior i El Cor Brutal. Hay elementos que ayudan, como recursos instrumentales y, obviamente, la voz. Pese a todo, no ha debido de ser un proceso sencillo: «Ha sido bastante complicado, de hecho. Hay muchas voces que no son la mía. Y mucho mejores que la mía. Y también han aparecido ciertas texturas o instrumentaciones que nunca habíamos hecho servir. Hemos comentado, a menudo, entre nosotros, mientras estábamos en este proceso, que estábamos haciendo un disco difícil. De hecho, es el disco que más me ha costado hacer (a nivel físico y mental) y es en el que menos he participado como intérprete. Diría que el producto final sigue sonando a nosotros, los de toda la vida, por tres razones principales: la instrumentación de El Cor Brutal (especialmente por los arreglos de Endika), la producción de Luis (que ha dado continuidad después de El poder del voler y el Santo Parranto EP) y las adaptaciones de las letras, que tienen una poesía que ya estaba presente en canciones mías anteriores (no en vano, los autores versionados han sido una gran influencia a la hora de escribir todo lo que he escrito antes)».
A estas alturas intuimos que el lector ya es capaz de hacerse una idea de la envergadura del proyecto. ¿Más leña? El proceso de reconstrucción de los temas originales. ¿Qué costó más, la adaptación musical o la traducción de los textos? «Pues te diré que ninguna de las dos. La traducción no me ha costado demasiado. En aquellas partes en las que me he quedado bloqueado, los colaboradores y colaboradoras me han ayudado y han hecho que pudiéramos acabarlas gracias a sus aportaciones (ellos llevan haciendo esto mucho más tiempo y son más experimentados que yo). Y, respecto a la adaptación musical, excepto en un par de temas, el resto ha sido bastante fluido. Endika, Juanlu, Rafa y yo llevamos ya un tiempo trabajando con Luis y tenemos una conexión muy profunda y sincera (a nivel musical y en el resto), así que bajo mi dirección y con mucha comunicación, hemos conseguido sacar la vertiente musical a un primer lugar. ¿Sabes qué ha sido más complicado? La gestión de los permisos para hacer las adaptaciones. Eso sí que ha dificultado el proceso. Nos ha llevado 14 meses hacer el disco porque algunos permisos (o negativas) de las editoriales han tardado hasta casi 9 meses en llegarnos. Normalmente, cuando se hacen adaptaciones al catalán, los artistas no suelen pedir el permiso. Dicen que la hacen en el idioma original, y arreando. Pero yo quise hacerlo legal porque quiero que los compositores originales (o las editoriales o sus herederos, si ya no viven) tengan el disco y sepan que existe un idioma en el mundo que es tan rico y profundo en lo musical como el inglés (o el castellano o el portugués, las tres lenguas de las originales)».
Se acerca una nueva etapa de Senior i El Cor Brutal. Es evidente, y entendemos que este disco forma parte de esa transición (tal vez, también, en lo que de exorcismo tiene). ¿Una transición, por cierto, que se ha producido de manera natural, o que parte de un acto totalmente consciente? «Diría que de las dos maneras. El inicio del proyecto fue un acto consciente, dado que fue una propuesta de Vicent Martínez, mi amigo y editor. Yo tenia planteado no sacar nada en un par de años, o tal vez tres, porque necesitaba tiempo para pensar e interiorizar el cambio estilístico, e incluso de letras, que necesitábamos tomar. Pero me lo pensé, y su propuesta parecía bastante lógica (hemos editado en estos 10 años, unas cuantas versiones, así que estábamos ‘entrenados’) y oportuna (podríamos aprender, en el proceso, nuevas técnicas y sonoridades a aplicar en el nuevo disco de temas propios), así que decidí ampliar su propuesta inicial (10 versiones, una por cada año de carrera) y se lo comenté a Luis y nos pusimos a trabajar. Yo, pidiendo los permisos y adaptando las letras, y él y El Cor Brutal trabajando el sonido. Y ese trabajar en el nuevo proyecto sí que se produjo de una manera muy fluida y tranquila. Grabar con Luis es un acto que estamos acostumbrados a hacer. ¡Y nos encanta!».
De hecho, el nuevo disco de Senior y El Cor Brutal, Post, ya está, prácticamente, perfilado. Según el propio Landete, a un 85%: «Habrá temas cantados e instrumentales. Las letras serán todas en persona singular de presente de indicativo e irán en torno a la vida en la música. Y, musicalmente, habrá muchas sorpresas, espero. Algunas de ellas ya las hemos avanzado en Valenciana Vol. 1, y podríamos decir que serán canciones que acarician sin golpear, de una manera lúdica, positiva y bailable. Ah, y lo haremos rapidito. ¡Pimpam!». Y, también, en este proceso, la figura de Luis Martínez se antoja clave, trascendental: «El Cor Brutal y yo nos sentimos muy afortunados de poder trabajar con él. Todo lo que implica (sus conocimientos y destreza técnica, los referentes mutuos que compartimos y las capacidades profesionales de Little Canyon Studios) redunda en nuestro beneficio. Además, es nuestro sonidista en los conciertos (sí, ahora también es el de más gente, pero primero fue sólo nuestro, ¡bitches!) y eso hace que en los directos sonemos muy bien en la mayoría de las ocasiones. Da mucha tranquilidad. En este proceso ha sido el productor ejecutivo. El sonido final del disco es responsabilidad suya y si suena así de bien es por él y por su estudio, que a día de hoy saca un sonido que mucha gente en la ciudad ya está probando y puede confirmar lo que digo. ¡Soy objetivo!».
Suena el Hammond de Carlos Vera, mientras la voz de Lluís Gavaldà susurra a nuestros oídos y acaricia la melodía de una That’s how I got to Memphis de Tom T. Hall, reconvertida en Així he arribat a Memphis. Justo en ese momento, nosotros nos preguntamos si cualquier canción puede acabar sonando a Valenciana, y si algún día llegará hasta nuestras manos una Valenciana Vol. 2. Afortunadamente, en ambas cuestiones, Landete se muestra optimista: «Me gusta pensar que sí, que cualquier canción puede sonar a Valenciana. Una de las cosas que he querido corroborar con este experimento es que la música no tiene amo ni nacionalidad. Cualquier persona del mundo puede hacer cualquier tipo de música en cualquier idioma. Dos ejemplos: Bigott es de Zaragoza y hace unas canciones en inglés que te mueres, y Artur Estrada es catalanoparlante y escribe en la lengua del imperio que flipas. Todo vale si tienes el talento para hacerlo. Para hacer una Valenciana yo agarraría la canción, la pondría a remojo en mistela de Xaló, le añadiría timonet de la Serra de Mariola y la cantaría con un valenciano profundo y no normalizado, como el de la Ribera del Xúquer, por ejemplo. Me gustaría que hubiera una segunda entrega, pero no sé cuándo podrá ser. ¿De aquí a 10 años? La numeración es una referencia a uno de mis discos de versiones favoritos: el Family Album I de los Surfin’ Bichos. También pensé que era chulo abrir una puerta a una segunda entrega. ¡El mundo está lleno de buenas canciones! Veremos, veremos. Este disco ha sido caro y largo, y cansado de hacer. ¡No sé cómo estaremos de aquí a 10 años!», sentencia Senior.
La edición de Valenciana Vol. 1, además, coincide con la publicación del libro L’animal (Llibres de la Drassana), basado en una magna y distendida conversación del guionista y director valenciano Pau Martínez con el propio Landete, y complementado con las colaboraciones de Xavier Aliaga, Jorge Salas, Rafa Cervera, Refree, Luis Martínez y Roger Roca.
La aguja del tocadiscos apura sus últimos surcos. Discurre por el final de He sentit algú dir (revisión del Heard somebody say, de Devendra Banhart). Mireia Vilar, Jordi Lanuza y Pau Vallvé cantan, a una, «no volem morir». Bienvenidos a Senior i El Cor Brutal, Era II.
Los discos de la semana
Pig (Borx Records – Endoftheworld Records, 2017)
La banda liderada por Mike Grau demuestra su obsesión por la hiperactividad y, mientras prepara su siguiente trabajo, se desmarca con una suerte de recopilatorio a partir de piezas de sus dos primeras referencias largas, los dignos Blacklisted y I declare war. Lo hace, como suele ser habitual en la senda filosófica del proyecto, buscando sorprender al respetable. En esta ocasión, huyendo de la distorsión y lo eléctrico y revisitando las piezas en cuestión a partir de lo acústico. Lo curioso del hecho es que el grupo apenas pierde efectividad y contundencia (evidentemente, los ácidos textos perduran), y, por contra, gana en elegancia y luminosidad (la voz de Su sigue ganando enteros) a la hora de seguir rindiendo pleitesía hacia ese rock independiente de las últimas décadas del siglo XX. Mad Robot presentarán en tierras valencianas Pig, por cierto, el próximo 4 de mayo. Será en la sala Loco Club.
Flamencianes (Mésdemil, 2017)
La indudable raíz común que comparten los sonidos tradicionales valencianos y flamencos vuelve a quedar reflejada en un trabajo valiente, repleto de sinceridad, y en el cual Josep Aparicio APA da un paso de gigante, tanto a la hora de mostrarse como uno de los recuperadores más eficientes de nuestro folclore, como al consolidarse como uno de nuestros cantaors d’estil con más solera. Con la inestimable colaboración de un solvente puñado de amigos, entre los que destaca Ricardo Esteve, el de Godella borda un trabajo en el cual baila sin esfuerzo entre fandangos, cant de batre y bulerías, y rinde homenaje a textos de clásicos (Estellés, Montllor, Paco Muñoz) y savia nueva (Cifu). Un lujo.