Alberto Amar presenta su disco, inspirado en un error del telescopio Hubble y producido por Suso Saiz, en deLUXE el próximo 4 de diciembre
Hace varios meses, Eli m Rufat y Alberto Amar se adentraron en las montañas conquenses de Priego para compartir con Suso Saiz una intensa sesión de grabación. De aquella experiencia surgió un disco personalísimo, llamado Dentro. Atrapado por la peculiar filosofía de vida y profesional del prestigioso productor, el segundo decidió, meses después, volver a llamar a la puerta de aquel refugio-estudio. Llegaba con una curiosa idea bajo el brazo que quería desarrollar: «Un buen día vi en el periódico una imagen increíble, con una gran intensidad. La había captado el telescopio Hubble tras un error en su software. Parece ser que el paso de una estrella por su campo de visión había interactuado con su sistema, provocando un error de cálculo que fue el causante de esa extraña fotografía. Por entonces me debía rondar por la cabeza ya lo de hacer un disco en solitario, porque al verla y leer el artículo, supe que tenía el concepto: Arte por error. Yo me peleo con mis propias canciones y en muchas ocasiones un error es el causante de que las termine. Esa imagen captada por el Hubble hablaba de mí mismo, de captar el momento y de cómo el camino para llegar a la obra acaba siendo muchas veces la propia obra. También estaba leyendo por entonces La historia interminable, uno de mis libros favoritos -uso un trocito de letra en la canción El Oráculo-, y resulta que hablaba de algo parecido: preguntas sin respuesta que al final se convierten en respuestas sin pregunta», afirma un Alberto que se deshace en elogios hacia un Suso Saiz hiperactivo -pionero de la música experimental en España, más de 400 discos producidos- y tremendamente peculiar: «Empezó siendo un referente para mí, luego productor y ahora además tengo la suerte de poder decir que es mi amigo. La grabación de Dentro fue mágica. Suso es capaz de sacar tu Yo más profundo. Esto es algo que puede destrozarte o hacerte más fuerte, pero lo que está claro es que acabas haciendo algo honesto, algo de verdad».
De esta manera, Saiz acabó acogiendo en su regazo a Amar y, ambos, tirando de experimentaciones e improvisaciones varias, compartieron horas y horas utilizando todo aquello que encontraban a su alrededor. El resultado es un disco complejo, fascinante en ocasiones, repleto de detalles y sorpresas, pero de fácil asimilación si uno lo recibe abierto de mente: «Grabé algunas demos, redacté conceptos e ideas para el disco y se lo pasé a Suso. Me dijo que tenía algo muy interesante, pero que había que incorporarle ‘Magia’. Fue entonces cuando en una de las muchas conversaciones por teléfono, nos dimos cuenta tanto él como yo de que esa ‘Magia’ surgiría trabajándolo juntos», asegura un Alberto orgulloso de haberse topado con la horma de su zapato: «Me obliga a pelear cuando me quiero rendir y me ayuda a dejarme llevar cuando me quedo atrapado. También humaniza todo lo que toca y al final yo busco eso en la música. Seguro que se ríe cuando lea esto pero es la verdad. Al final, lo que quiero con mi música es que el oyente llegue a pensar en cosas que nunca se había planteado, o cosas que olvidó con el estrés en el que vivimos».
Arte por error, esta creación sonora conceptual que se mece entre lo espontáneo y lo meditado –Amar llegó a estar en contacto con la NASA y la Agencia Espacial Europea-, será desgranada el próximo día 4 de diciembre en deLUXE -ese día, Alberto compartirá escenario con Sáez-. Allí, en un marco íntimo, el artista seguirá labrando los surcos de una senda musical que no discurre, precisamente, por las veredas frecuentadas por públicos mayoritarios. ¿Cómo entiende Amar el todo artístico? «Por mucho que un músico te diga que no piensa en el público, cuando acabas el disco quieres que la gente lo escuche. Pero ahí está la diferencia: Yo soy de los que quiero que lo escuche, no que lo oiga. Me da igual que suene sin parar por la radio, en un bar o en una fiesta. Lo que me importa es que alguien se tome la molestia de escucharlo. Me encanta el cine y soy incapaz de salirme a mitad de una peli de la sala. Quiero ver hasta los créditos. Con la música me gustaría que ocurriera lo mismo. Durante el proceso de creación prefiero no pensar en si va a tener salida o si voy a poder vivir de la música, pero sí que es mi objetivo. Eso sí, ¿sabes lo que ocurre? Que no puedo dejar de hacer lo que hago. Me dé de comer o no voy a seguir componiendo y tocando porque no puedo evitarlo. Es parte de mí, y si dejara de hacerlo tendría que cambiar también de nombre, de ropa, de casa y de peinado».
Admirador de las personas que «se fijan en cosas que a primera vista son inapreciables», Alberto admite su devoción por otros creadores como Steve Reich, David Sylvian, James Blake, Robert Fripp, Frank Zappa, Jonny Greenwood, Thom Yorke, Björk o Aphex Twin. En ellos, y en su sensible personalidad confía su inspiración, con el objetivo de tratar de hacer, de cada una de sus obras, algo único. Plantearse esta meta, como mínimo, es digno de admiración. Lo que parece claro es que seguirá inmerso en esa aventura, ya sea en solitario, o a través de Elíal, un proyecto que, sin duda, sigue vivo: «Ahora mismo estamos en un periodo de ‘laboratorio’. Eli se está metiendo de lleno en el mundo de la electrónica y la producción, y estamos seguros de que eso va influir en las próximas creaciones. Tenemos muchas ideas y demos pero no tenemos prisa. Incluso hay futuros proyectos de Elíal que van más allá de la música. Lo que es seguro es que antes de que acabe el año vamos a estrenar el videoclip de Dentro. Es un proyecto de un año de duración hecho en animación ‘stop motion’ por Daniel Amar y Cayetano González. También tenemos idea de presentarlo en directo», sentencia.
Los discos de la semana
Home romancer (Mésdemil, 2015)
Pep Gimeno ‘Botifarra’, Naiet Cirerer, Xavier de Bétera e Hilari Alonso son las cuatro patas de este magnífico monumento que pretende reivindicar la tradición oral a partir de un espectáculo cuyos romances de ciego han acabado recopilados en un disco que va mucho más allá del simple concepto desenfadado y festivo (que, por otra parte, le es innato). Así, en un loable trabajo de compilación caracterizado por la variedad estilística e interpretativa, conviven, de manera natural y sana, temáticas distendidas y picaronas, con otras más emotivas, de la misma forma que se mezclan piezas que nos trasladan a otras épocas, y otras que prefieren narrar pasajes de nuestra historia más reciente. Una auténtica delicia que atrapa con facilidad al oyente; algo no muy difícil teniendo en cuenta esa certera traca inicial con Arriba el Facebook, Romanç a la cassalla y Ximo Torero.
Camina conmigo (Autoeditado, 2015)
Con la inestimable ayuda de Carlos Soler y un buen puñado de fieles compañeros de fatigas, Javier Sáez ha construido sin prisa alguna una colección de canciones profunda en lo sentimental y, hasta cierto punto, cruda en su definición. Once cortes que desnudan, en ocasiones, hasta el dramatismo, a un autor que aparenta circular sin control por una especie de montaña rusa repleta de sinuosas curvas que son capaces de provocar desasosiego y locura en el más equilibrado. Evidentemente, cobijado en esa suerte de sombra, el artista parece sentirse aliviado y, por momentos (Pronto, Monstruo) eufórico. Sáez, por cierto, también actuará el 4 de diciembre en el deLUXE.