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César Campoy

Banda sonora

Encontrando la respuesta

La Hora del Té, una de nuestras formaciones más elegantes, detallistas y brillantes, presenta su Outstanding Places el 11 de marzo en Loco Club

 

Su primer trabajo, publicado hace más de dos años, se convirtió en una de las grabaciones más destacadas del último lustro en la hiperactiva escena musical valenciana. Aquel disco reunía una colección de temas realmente cuidados y exquisitos, interpretados de manera digna y elegante. Sin duda, una creación que mereció mucha mejor suerte y reconocimiento, teniendo en cuenta, además, su condición de obra (¿quién lo diría?) novel: «Cuando lo publicamos estábamos aún un poco peces. Era lo primero que hacíamos. Al principio no supimos cómo moverlo adecuadamente, pero con el tiempo fue llegando a mucha gente. Teniendo en cuenta que fue el inicio de todo y que a raíz de ahí empezamos a tocar sin parar y a darnos a conocer en la escena local, creemos que sí hemos sacado buen provecho de él. Fue el punto de partida y nos sirvió para aprender muchísimo», aseguran.

 

Los 5: La hora del té.

La Hora del Té se caracteriza por adornar sus temas de manera concienzuda. Es una formación que huele a virtuosismo nada pedante, y que se atreve con arreglos elaborados y un abanico de instrumentos variado. Todo tiene una explicación: «Somos bastante meticulosos. No obstante, no forzamos demasiado las cosas. Si la idea es buena, los arreglos salen con mucha naturalidad y prácticamente a la primera. Luego hay que limar asperezas. Por otro lado, si nos quedamos atascados, nos olvidamos de la canción en cuestión o volvemos a ella tiempo después a ver qué surge», afirman con la misma determinación que detallan en qué terrenos estilísticos se mueven con mayor facilidad. Partiendo de la base de que nadan como pez en el agua en la americana y el folk, han sido comparados con formaciones tan variopintas como Coldplay o Wilco: «Nos sentimos muy identificados con Wilco, es una de nuestras bandas favoritas. Con Coldplay, no, aunque entendemos que existan ciertos parentescos. Sería todo más fácil si se nos pudiese encasillar en un género único. Hay quien no tiene muy claro qué somos, qué hacemos. A veces, ni siquiera nosotros mismos lo tenemos demasiado claro. Sin embargo, la gente puede reconocernos con mucha facilidad. Estamos construyendo una identidad musical propia a pesar del eclecticismo que profesamos, y eso es bueno. Aun así no hay nada mejor que hacer lo que a uno le gusta, sin complejos, sin etiquetas, por lo que diríamos que no nos preocupa demasiado».

 

 

Y eso mismo es lo que han hecho con su último disco, un Outstanding Places que presentarán el próximo 11 de marzo en el Loco Club, en compañía de las gentes de Odd Cherry Pie (que estrenan formación), y que se abre enérgico y vigoroso con un luminoso Sweet Holland, y que incluye verdaderas gemas pegadizas como Old hippie (maravillosamente emocionante su estribillo). Estos seis temas, que se muestran orgullosos al oyente, además, sirven para certificar que La Hora del Té resurge con más fuerza tras unos meses de incertidumbre, que se han saldado con algunos cambios en la formación (han entrado Juan Salvador, a la guitarra, en lugar de Guille Espert, y Vicent Orón, a los teclados y el violín, en sustitución de Arturo Miquel): «Al principio no sabíamos muy bien qué iba a pasar. Ni siquiera si íbamos a seguir. Supongo que la participación en el Sona la Dipu influyó mucho. Le pedimos a Juan que viniese a tocar y entre los días de ensayo y el concierto, la cosa empezó a fluir de nuevo. Es un tío muy activo y dinámico, muy muy enérgico. Fue una semana para recordar, desde luego. Nos clasificamos y eso nos obligaba a juntarnos de nuevo tras el verano, para tocar en la final del concurso. Realmente, lo que nos faltaba era un par de meses de descanso y volver con las pilas recargadas para grabar material nuevo. Finalmente, sumergirnos en la producción de Outstanding Places fue decisivo. Nos dimos cuenta de que habíamos creado algo bonito y de todo el potencial que tenemos y que todavía nos queda por explotar».

 

 

Grabado en compañía de Paco Morillas, en los Estudios Elefante, efectivamente, este disco evidencia que el combo atraviesa uno de sus momentos creativos más lúcidos: «La producción estrictamente musical ha sido nuestra, aunque una vez en el estudio surgen nuevas ideas y nos hemos dejado asesorar por Paco, que es un profesional de los pies a la cabeza. Es muy fácil trabajar con él. Ha sido un lujazo. Una vez todo grabado, nos entretuvimos mucho con la mezcla y el mastering. Lo más determinante ha sido el hecho de grabar en directo (batería, bajo, teclado y guitarra). Eso le ha dado a las canciones mucho empaque y naturalidad. Luego registramos por separado voces, coros, arreglos, etc. También hubo tiempo para algunas colaboraciones, como las de Mike, May y Raúl (de Badlands) y Pablo Pérez (de The Kojaks)».

 

 

Todos están de acuerdo a la hora de afirmar que este Outstanding Places es más abierto. Nosotros detectamos, además, que ha habido un incremento progresivo de la importancia de la guitarra, frente a unos teclados (todavía elegantemente dispuestos) que, anteriormente, le ganaban la partida a la primera en cuanto a presencia. ¿Hay motivo? «Vicent es más comedido con el teclado, mientras que Juan es más rockero y le da mucha importancia a las frases, riffs, solos de guitarra, etc. Creemos que hemos encontrado un punto bastante equilibrado, donde cada uno tiene su espacio». Efectivamente, una de las pruebas de ello la encontramos en una de las piezas más elaboradas y virtuosas del grupo, la excelsa Tea time. ¿Qué representa para La Hora del Té en esta nueva etapa? «Nos gustó la sonoridad, el color de ese acorde principal y a partir de ahí empezamos a construir la canción. Improvisamos sobre la base de los tres primeros acordes en el local, Capi se llevó el trabajo a casa y volvió al día siguiente con un estribillo y una letra. A partir de ahí todo fluyó muy bien. Es un tema que camina y que tiene un millón de posibilidades en cuanto a arreglos. Que el instrumento principal sea la guitarra se debe a que somos muy fans de ese sonido con poco tono, tan vintage y algo jazzero. Cambiamos un poco la estructura de la canción, alargando las partes instrumentales para darle más protagonismo. Es una de las favoritas, sin duda. Nos recuerda al espíritu del Closing time de Tom Waits. Puede que represente un enfoque musicalmente más maduro, tanto en lo armónico como en el sonido que intentamos sacarle a todos los instrumentos».

Es la hora del té. Mejor dicho, lo lleva siendo desde hace varios años. Bienaventurados aquellos que fueron conscientes de ello y vibraron al descubrir creaciones como Hold me tonight o At the top of the tree, porque ahora podrán rozar el cielo con I’ll be back, Old hippie o Close to you (I wanna shine).

 

 

Los discos de la semana

 

Punxsutawney Phil

Sate.lites (Autoedición, 2016)

Los creadores de aquel destacable Gran Cañón siguen evidenciando su pasión por mucho de lo bueno que nos brindó el mejor rock alternativo de los 90. Formalmente casi inapelable, Sate.lites muestra la facilidad del combo a la hora de afrontar estructuras, a priori, sencillas, que son cinceladas de manera más que solvente, y que son capaces de generar piezas como la recurrente Strogonoff; otras del empaque de la propia Sate.lites; una Talibo que discurre, sin ningún tipo de impedimento, por sendas de la emoción sonora más recomendable, o una Wicked sea que merodea esa frontera que se asoma, sin rubor alguno, a horizontes de penumbra con tintes agridulces. El disco, además, se completa con la personal revisión que Punxsutawney Phil realizaron del Aquí pone fin de Petit Mal, y que formó parte de aquel homenaje valenciano titulado Versiones finlandesas.

 

Pelícano

Simultáneo dardo (Autoeditado, 2016)

También en la órbita de aquellos dorados y ruidosos años 90 del siglo pasado viajan sin demasiados problemas unos Pelícano que acaban de hacer pública la edición de su tercer epé tras aquellos Quién mató a Aristóteles Onassis y El día de la victoria. A partir de una filosofía que nace de lo diáfano en cuanto a estructuras y producción, el cuarteto se desparrama por momentos en la hipnótica y variada Nochebuena en el hipódromo, desarrolla con mucho más brío y mala leche esa vena ruidosa en Mugido en la Bauhaus, muestra su cara más convencional en la machacona El concilio, y acaba viniéndose definitivamente arriba con una electrificante y directa Tierno y Galán.

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Sobre el autor

Curioso por naturaleza. Más de media vida escribiendo.


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