UN CONEJITO DE 91 AÑOS HA MUERTO
A usted, estimado lector, puede que el nombre de Sr. Hefner D. Hugh no le diga nada y quizás sea la primera vez que lo ve o lo lee.
Sin embargo, si le digo Playboy la cosa cambia. Era un listo que ha pasado a mejor vida- si es que hay una mejor vida que la que dicen que llevaba, rodeado de chicas de ropa ligera y con su aditamento craneal de las orejas de un conejo, o mejor una coneja.
Educado en un ambiente conservador y en un país que tenía al sexo como algo fuera de la realidad, el Joven Huhg se lanzó a la aventura de poner en marcha una revista que terminó por llamarse Playboy.
Para el primer número, el número del lanzamiento, tenía preparada una bomba gráfica. Había tenido la oportunidad de comprar una foto de Marilyn-, antes de ser famosa y un icono , un fetiche, de mujeres despampanantes- -desnuda y esa foto la colocó en el centro de la revista en forma desplegable.
Éxito arrollador e inmediato.
Esto que cuento es de oídas y de haberlo leído con ocasión de la muerte del fundador en su casa.
La mansión Playboy, que había vendido por 100 millones de dólares y que tenía una cláusula de usufructo personal que señalaba que tenía derecho a vivir allí mientras viviera, es ya historia.
Este psicólogo, militar y empresario, casado tres veces y con 4 hijos, acumula relaciones conocidas hasta con 5 mujeres.
La visión de editar una revista mezcla de sexo, política, literatura y entrevistas quizá, apunto yo, fue concebida al observar el cómo la pasión por el sexo rondaba la cabeza de los americanos y captó una cierta frustración en la sociedad americana de los 50.
Era la revista un foco de atracción y me recuerdo a mismo en Paris acercándome a un kiosco para pedir Paris Hollywood, que entonces estaba prohibida en España, y vi allí colgada la portada de un Playboy que también prometía visualizar desnudos de chicas.
En realidad, no era así y era cierto que la revista mezclaba diferentes enfoques y las chicas era un algo más, no era un mono tema.
La kiosquera rezongo algo sobre los hombres que no entendí, pero adiviné y que podría resumirse en: “Todos son iguales”.
Vivir en medio de fiestas, casinos, hoteles debe agotar, digo yo, pero es un plan que debidamente gestionado te puede hacer vivir bien…aunque tengas algún revés financiero en la administración de tus casino y hoteles.
En este caso su hija Cristhie lo resolvió y amplió el negocio. Descanse en paz.