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Carlos Pajuelo

Pajuelo: la chispa

EN MEMORIA. AÑO 1957 EL AGUA NOS ALCANZA HASTA EL PECHO

EN MEMORIA. AÑO 1957 EL AGUA NOS ALCANZA HASTA EL PECHO

         Esta noche  se cumplen para mi 60 años de la mayor sorpresa de mi vida. Es la noche de la riada por excelencia en la Valencia del año 1957; una Valencia pueblo comparada con la de hoy.

         Una riada sorprendente pese a las muchas que ha sufrido, en total 23 documentadas – cito al profesor Rivera que a su vez cita al periodista Vicente Aupí- en un artículo publicado en este mismo diario.

          Como señala el autor de aquel reportaje, ampliamente soportado con fotografías, en Valencia ese día apenas llovió y nadie esperábamos aquel aluvión de aguas torrenciales que cubrió gran parte de la ciudad.

         Todo el mundo hace referencia al Golpe de Estado del coronel Tejero y se “juega” al clásico ¿Y tú que hacías ese 23 de Febrero?

         Mis hijos, cuando surge el tema, y ahora surge como consecuencia de ese nuevo golpe dado, de forma distinta y menos aparatosa protagonizada por un puñado de catalanes (no me refiero al puñado de 2 millones y pico frente a otro puñado de otros 4 o 5 según se mire) me refiero a quienes han venido insuflando durante 40 años el aire de diferencia en relación al resto de españoles. La idea de superioridad y pureza ha anidado en el alma de los escolares, aunque sus padres hayan sido calificados como charnegos.

         Lo dejo aquí porque es otra historia.

         Yo me desperté cuando mis padres, despertados a su vez por los ruidos de los vecinos, empezaron a  abrir las ventanas de nuestra casa situada en una finca ubicada a menos de 500 metros del cauce del río y para entonces, lo confieso, no me acordé de las familias que vivían en el propio cauce a la altura de Nazaret  e incluso antes. Murieron personas, pese a que la prensa fue sometida a presiones para evitar esos datos.

         La mañana la pasé, junto a otros amigos del barrio, asomado al pretil del río viendo como las aguas amarronadas bajaban turbulentas arrastrando troncos, animales muertos y creíamos que algún cadáver humano. Un morbo especial hizo que estuviéramos asomados toda la mañana y apostábamos a cuanto tardaría el río en llegar por encima del puente a la vista de la fuerza de ese enorme caudal.

         La lluvia en brutal cascada del cielo sobrepasaba los 220 litros por m2 río Turia arriba sobre Casinos, Chelva, Villar del Arzobispo e imagino que barrancos, afluentes, ramblas aportarían masas de agua a un río que cabalgaba sin control hacia el final, el mar pasando desbocado por Valencia.

         Por la tarde el río se había estabilizado y el hecho insólito parecía haber pasado, pero la mañana del 14 una segunda riada nos visitó. El río no pudo con todo. Valencia se inundó

         Leyendo el reportaje del profesor Rivera me acuerdo del hecho de que los romanos fundaron la ciudad en una isla entre dios ramales del río y eso hizo que casi 2000 años después la zona del MIcalet, Plaza de la Virgen, Plaza de la reina permanecieron secas y unos metros más allá la Plaza del Ayuntamiento, la calle de las Barcas, se podía ir en barca.

         El asunto era más complicado de lo que yo creía y me di cuenta cuando mi madre me hizo hacer cola para recoger pan que unos marineros, subidos en grandes camiones de la Armada nos lo repartían gratis, nos abastecían de pan (siempre se ha considerado el pan, por cierto, como clave de las revoluciones y la subida del precio del mismo iniciaba una mecha difícil de apagar).

         De aquel tiempo la radio y especialmente Radio Murcia nos dio un ejemplo de solidaridad.

         El resto es muy largo de contar. Solo sé que durante muchos años pagamos un sello destinado al llamado Plan Sur que cambió el perfil de la ciudad.

         Dejo contar al cronista de esta ciudad, el Sr. Pérez Puche que lo cuente si él quiere o debe.

         Solo un trazo más. El agua sobrepasó los puentes y media ciudad quedo aislada de la otra media.

         Y hoy 13 de Octubre del 2017 el Sol luce en un cielo azul y los casi 30 grados te invitan a ir a la playa. Algo pasa.

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Por Carlos Pajuelo

Sobre el autor

Profesor emérito Universidad, escritor , publicitario y periodista. Bastante respetuoso con los otros. Noto la muy mayoría de edad física. Siempre me acuerdo de aquello de "las horas hieren y la última mata" y para aquel que trate de averiguar que significa esto ; cada uno que crea y piense lo que quiera


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