EL CURSO PARA APRENDER A OKUPAR
He leído con estupor creciente la convocatoria del Ateneo libertario para seguir, en una mañana, un cursillo de apertura de puertas mediante ganzúas.
El asunto tiene futuro se ve, porque un okupa puede ser pacifico y no saber ejercer profesionalmente la okupación y causar una destroza en la puerta correspondiente y eso no está bien. Chapuzas no, por favor.
Ya tenemos bastantes ejemplos con los padres de la patria, aunque también es cierto que los constituyentes del 78 no tenían previsto lo de la sedición y el comportamiento de los okupas del Govern, aunque por un por si acaso se marcaron un articulo, el 155, que tanto enfurece a unos y que tanto pedían otros.
Del mal el menos, habrán pensado los expertos y con meses o años de experiencia okupacional sobre sus irresponsables hombros.
Si él o ella o los dos o tres o cuatro, ( sea el grado de relación que mantenga el okupa jefe con sus disciplinados seguidores, perro semi sarnoso incluido) no están bien formados en el ejercicio de abrir puertas ajenas, mejor es que se preparen.
Quien sabe cuando surgirá una casa a okupar y nada mejor que un cursillo al efecto, con vermut incluido, por cierto.
Las llamadas fuerzas del orden local y nacional están al tanto y supongo que es una buena oportunidad para infiltrarse o para tomar nota o grabar a los asistentes. Lo de abrir con ganzúa tiene su encanto peliculero y vendría bien saberlo porque: ¿Quién no se ha dejado la llaves en algún sitio y no las encuentra?
Me veo a mi mismo abriendo, delante de ella, vía ganzúa y dejar a la acompañante ojiplatica y si a eso le añades un poco de literatura falsa o pos verdad puedes adquirir un adelanto en el posible flirt.
La ganzúa en sí misma es una herramienta que puede ser utilizada por los buenos y los malos.
¿Son los okupas malos?
Supongo que habrá de todo como en botica y seguro que muchos dirán que existen okupas de distinto rango, condición y hábitat.
Pongamos al ejecutivo de medio nivel intentando dar un palo a la cuenta de ahorro de D. José, digo yo por darle un nombre, y colocarle unas preferentes, sellos o monedas.
Al mismo tiempo en la cafetería de la Facultad de Políticas correspondiente a Madriz, Valencia o quien sabe donde en la famosa piel de toro, se constituye un grupo de anarquistas de libro y, mire usted por donde, se presentan a unas elecciones y se convierten en diputados y pasan ser potenciales okupas a anarquistas del sistema que no es lo mismo que antisistema.
Desconozco el número de matriculados en el curset o cursillo. Iré a preguntar y a lo mejor me apunto.
A algunos periodistas nos dieron un chaleco blanco, un número en su día, para ser identificados por “la pasma” en plena acción antidisturbios y así, digo yo, se sabía a quién le pegaba uno o a quien no debía pegar.
Yo soy un cobarde y tengo el chaleco colgado en un armario de mi casa y me abstengo de informar u opinar sobre manifestaciones autorizadas o no y prefiero algo como lo de las ganzúas porque es más sofisticado y además se hace poco ejercicio. Es más intelectual ¿No?.
¿Necesitarán ganzúas Oriol y Carles para penetrar en el Parlament pronto o será el Gobierno el que las necesitará?
Si no fuera tan serio el asunto es el momento de poner en marcha un chiringuito de apuestas.
Termino ya pero no sin antes morirme de la risa viendo al mayor de los Pujol traficando con tarjetas de teléfono en la cárcel de Soto del Real y me lo han castigado sin recreo etc.
Lo hacía para no perder la afición y mantenerse en forma, digo yo. Seguiré informando.