LA DEPURACIÓN
Carolina Bescansa, cofundadora del movimiento devenido en partido político Podemos, ha sido “apeada” de la Comisión Constitucional del Parlamento y sustituida por Irene Montero.
Una víctima más del orgulloso Iglesias. La disensión se paga y la maquinaria, bien engrasada, del único líder, del amado ha resuelto apartar la piedra en el camino que empezaba a crecer con vida propia.
Discrepar del único y sus adláteres, es un desafío insostenible. Muerte política al descarriado.
Es evidente que las diferencias sobre el comportamiento público del líder, sustanciadas en un apoyo a las ambiciones separatistas de una Cataluña independentista no encajaban con la idea estatal que conforman los principios fundacionales de la formación.
El grupo nacido en el seno de las noches en la Facultad de Políticas madrileña ha crecido. Hoy es una realidad distinta al compañerismo fecundo. El debate público se ha oscurecido
Hoy es en el seno del núcleo duro del Partido, donde se disuelven los debates. Se descabeza la oposición mediante la expulsión. Un disidente menos. El totalitarismo es un hehco.
Una muesca más en el revólver del más rápido.
Una discrepancia se castiga con el exilio y la suerte de quienes son depurados es que Iglesias no forma parte de un Politburó estaliniano, porque Bescansa, como mínimo, hubiera obtenido un pasaje para un gulag en su mejor versión o sería pasto de los gusanos en alguna checa.
La vocación al mando único, a la unanimidad, del líder podemita, nos enseña las maniobras y el verdadero carácter del ambicioso a ser el único, el que no se arrepiente, no se arredra ante la oposición; elimina cualquier manzana que él considera podrida y se pasa por el forro los acuerdos tomados en Vistalegre II.
Yo creo que todo empezó con Echenique y Monedero. Especulo que el “cantante de la minga” es un astuto de espíritu jacobino que sopló al oído del receptivo Pablo, una advertencia al ver la llegada, de la cofundadora llevando a su bebé al Parlamento.
Cuidado con la de la teta. Un prime time en los medios y Errejón que copa, con sus gafitas intelectuales, las tribunas mediáticas.
Y ahí están los resultados. Dos menos y dos muescas en las cachas del revólver de Pablo.! Ojo!