EL ESPÍA CORDIAL
Este titular no corresponde a un juego de palabras al que tan aficionado soy con el objeto de despistar al lector y en todo caso hacerle recorrer una mezcla de asuntos y así consolidar mi fama calificativa de arborescente.
El titular nace de una obra recibida, dedicada y por tanto enviada por mi amigo Miguel Catalán.
En este caso ha sido el filósofo y escritor Miguel Catalán ,prolífico en su producción seudológica, el que de vez en cuando nos sorprende dando un giro a su trayectoria literaria; ora se adentra en la investigación semántica a través de su celebrado Diccionario Lacónico, ora con novelas y ahora con este delicioso opúsculo que alcanza las 71 páginas, si contamos entre ellas la obra cumbre de uno de los personajes de estos que, a manera de aperitivo, nos hace llegar para hacernos sonreír al tiempo de pensar; se trata del poema de D .Sabino intitulado “Nada” y en efecto ahí está la nada en forma de dos folios en blanco que son el espléndido resultado de eliminar la pura palabra, párrafos forzados que no sirven para nada y por tanto deben ser liquidados y en efecto se liquidan en este caso.
Me recuerda Miguel, uso solo el nombre como una licencia con cargo a nuestra larga relación amistosa que coincidió en la relación laboral como docentes, una obra suya también llamada El Manuscrito cremat. Era la nada absoluta con bordes chamuscados. Un juego provocativo singular e inocente.
Por aquel entonces y no sé si fue en el transcurso de una conversación cafetera, nos pareció que, dada la proliferación de tertulias, reuniones, grupos etc. faltaba un Club al que nosotros quisimos llamarle “El Club de los Cínicos” y aunque dimos cierta publicidad de boca oído ,nadie se consideraba cínico y solo quedamos dos: él y yo. Nos quedamos cada uno con su cinismo privado y hasta hoy. No sé como vamos ahora.
Tampoco disponemos de un cinimometro. Creo que en este instante hay personajes públicos que nos superan en número y entusiasmo. Ya lo sabíamos. No estoy seguro ahora mismo si eso era el resultado de una pose, eso que ahora llaman “postureo” o era verdad que éramos más cínicos que Voltaire, por ejemplo. No sé como andamos ahora de esa cruda virtud escandalizadora.
Yo he sonreído que es más sutil que reírse a mandíbula batiente.” El espía cordial “pese a su tamaño,
me ha gustado y no lo digo porque Miguel, como ya he citado en dos o más ocasiones, sea amigo mío, es porque es verdad.
No hace falta que Miguel me envíe sendas gracias, que tampoco estaría mal, se las debe dar al Director de este diario que es quien, de momento consiente que se publiquen estas cosas.
Así que gracias a Miguel que ha escrito lo del Espía cordial, al Director del diario y a mi que lo he dicho ¿No? Saludos y hasta mañana… a lo mejor.
|
||
|