He salido a la calle y la acera estaba vacía, he visto varios huecos para aparcar y he sentido la emoción del vacío existencial.
Pronto será la Semana Santa .
Ayer mi amigo A me preguntó, con cierto acento de emoción contenida, que dónde iba a ir esta Semana Santa y yo , al margen de los Santos Oficios que se han ido reduciendo en asistentes, no voy a ninguna parte, como aquella celebra película de Fernando Fernán Gómez titulada “Viaje a ninguna parte”.
Me dicen , iré a verlo, que eso de los Santos Oficios empieza a encontrar ciertas dificultades de asistencia y que incluso por parte de quienes rompen lanzas en pro de la libertad de expresión, dicen que porque no se retransmiten películas porno en aras de esa misma libertad que ofrece al respetable la misa.
Se almacena en el alma de algunos un poso de reivindicación guerra civilista. Antes de ser calificado de meapilas por algún lector deseo señalar que no hay que confundir el culo con las témporas.
Si la gente quiere irse a trotar por el monte cuatro días por aquello de la Naturaleza, bien; si otros prefieren plantarse en Viena para oír en un parque homenajes al vals o ver turcos `paseando por delante de la Catedral, pues bien.
Es cierto que hay gente que prefiere Londres por el puente o la Torre , oiga, estupendo. Y como no voy aquí a desgranar los lugares donde la gente quiere ir, deseo decir que hay gente que le mola ir de procesión o de mirón de procesión y `para verlo vayan al Cabanyal…pero hay tipos que quieren darse un baño de santidad vía Santos Oficios. Todo bien. Menos bien el porno a hora infantil, por ejemplo.
¿Y usted que hará, me dice uno que pasa cerca?.
Nada, mirar, pasear, ver, observar los huecos del aparcamiento, mirar si lo autobuses van vacíos o llenos y a lo mejor , como cuando era pequeño y me llevaba mi abuelo me voy a la estación a ver las caras de los que casi pierden el tren.
Oiga eso es un aburrimiento. Si, es posible. Si acaso me tomaré una birra o una horchata. Todo muy barato. Ahorro para el IBI. Muy buenas