VENTAJAS E INCONVENIENTES DE NO SER OLIGARCA
Estos días se habla mucho de oligarcas y sobre todo de oligarcas de origen ruso- aunque no se diga hay otros de diferente origen que también “los tocan” en cantidades exorbitantes de las que nosotros no tenemos idea porque las cifras se escapan a las que habíamos estudiado en el colegio, es decir son algo más que 2 + 2 = 4- pero vayamos a la definición `para empezar a aclarar conceptos.
¿Qué es un oligarca?
Oligarca es aquella persona que forma parte de la oligarquía. Se trata de un vocablo que se emplea de manera negativa o despectiva para referirse a cierta clase de individuos. Es una palabra que proviene del antiguo griego ὀλιγάρχης (oligarkhes). Está conformado por ὀλίγος (oligos, que en español significa “pocos”) y ἀρχός (arkhos, que en castellano significa “jefe” o “gobernante”).
Luego de la fragmentación de la Unión Soviética surgieron varios nombres de personas de mucho dinero que estaban dedicadas al negocio del petróleo y del gas natural. Se solía emplear el término de “oligarcas rusos” a las personas con un gran poder monetario que imperaba por sobre la política. Los más conocidos son Boris Berezovsky (magnate de los medios de comunicación) y Roman Abramovich (magnate de la publicidad).
Casi siempre ocurre que, a estas personas, por su poder y recursos múltiples nos le suele pasar nada, salvo que el que más poder tiene para hacerlos ricos y poderosos entre en crisis personal o social y de repente los despoje de influencia y dineros.
Yo creo que con tantos recursos no suelen poner todos los huevos en la misma cesta y en el mismo lugar.
Un ejemplo de ello lo tenemos aquí en España donde los medios nos han puesto al tanto de inmovilización de sendos mega yates de lujo con instalaciones dignas de una película de James Bond.
Tras comprobar la tasación en dólares de cada uno de ellos, y comparándolos con la fortuna acumulada por sus propietarios es una gota apenas en el mar de sus recursos. Dicen que esos recursos han surgido a raíz de la desmembración de la antigua Unión Soviética y la venta de sus compañías estatales del petróleo, las minas, la fabricación de armas, las comunicaciones, etc.
Frente a estas situaciones que se dan incluso aunque nosotros no queramos, dado que no intervenimos en procesos parecidos, caben algunas soluciones al alcance de sujetos que pudiéramos estar entre la clase media (los pobres ya tiene bastante con llegar a final de mes y en ese campo sugiero al lector aplicado y preocupado que eche un vistazo al informe FOESA elaborado por Cáritas que de esto de pobres sabe mucho, y comprobará cuántos son y dónde se ubican en España, por ejemplo).
Buceo entre citas y libros y recojo a Jorge Luis Borges a propósito del tiempo y el dinero que dice así:
Con el tiempo también aprendes sobre el dinero… y entonces comprendes que:
Puedes comprarte una casa, pero no un hogar.
Puedes comprarte una cama, pero no hacerte dormir.
Puedes comprarte un reloj, pero no te dará tiempo.
Puedes comprarte un libro, pero no conocimiento o lo que necesitas aprender.
Puedes comprarte una posición, pero no sirve para tener respeto.
Puedes comprarte medicinas y pagar la consulta al médico, pero no te da salud.
Puedes comprarte sangre, pero no vida.
Puedes comprarte sexo, pero no amor.
Ese puede ser un recurso literario con reflejos de verdad cuando no tienes la ventaja terrícola de ser un oligarca y evitas el inconveniente de que te embarguen yates o cuentas en Suiza, también tiene el inconveniente de no tener varias nacionalidades y/o pasaportes de varios países. Te faltan tarjetas de crédito de oro o platino y no sé si hay algún metal más avanzado y así tener más nacionalidades o pasaporte como le pasa al protagonista del caso Bourne.
Voy a ver el texto de Borges y lo examino.
Tener una casa, una cama, un reloj, un libro, una posición, un médico, sangre y sexo puede ser que en menor medida lo llegues a tener, pero este Jorge, pese a estar ciego, no era tonto y yo aprovecho lo que escribe para darle la razón y de paso construir una especie de lenitivo que sirve para decirnos: Bueno. Yo no soy oligarca, pero me conformo porque tengo un hogar, puedo saber la hora que es y mi cama es cómoda, algún amigo médico que me aconseja y sexo el que otorga la naturaleza (no personalizo). Siempre nos quedan las bienaventuranzas.