EL HOMBRE DEL CARRITO
Se dice que la fiesta más larga del mundo es la nuestra, con Navidades que empiezan en noviembre y Reyes, que son el preámbulo de las rebajas, ha terminado.
Hay gentes que creen que no, y que arrastran alguna decepción y no están satisfechos con lo que los últimos Reyes les han dejado. Quieren más o quieren otra cosa.
Este podría ser el fondo del asunto relacionado con la persona que produce un titular como el que sigue
Es el caso del hombre del carrito de golf robado en Alicante.
Roba un carrito de golf y se fuga por autovía hasta el aeropuerto de El Altet.
Un aventurero de corto recorrido.
Sucede que quienes somos padres y lo hemos sido con hijos en su momento en edad de “recibir a los Reyes”, hemos tenido que adivinar los deseos de nuestros `pequeños. Son capaces de asumir con fe absoluta la existencia mágica de los reyes Magos e incapaces al mismo tiempo de comprender la elemental, para nosotros, suma de dos más dos.
Hubo un tiempo en el que los libros de ayuda fueron furor, como puede ser el caso de las influencers ahora y había una colección que bajo el título de “Tu hijo” “Tu matrimonio” etc. servían de una especie de guía de lo que había que hacer.
Nadie te enseñaba a ser padres. Digo yo sí en el caso del ladrón de carritos le había quedado de su infancia un deseo por cumplir el de tener un cochecito; lo vio en el campo de golf y ni corto, ni perezoso se fue a por él y se lanzó a la autovía. Un niño grande con un poco de desequilibrio. Retazos infantiles.
¿Le pasará igual al ministro Garzón que ahora dice, quizás con razón, que compremos menos ropa?
Tras el empecinamiento de la izquierda, ala extremosa, a la ampliación del puerto ¿Hay algún deseo infantil incumplido?
¿Por qué la Sra. Calviño dice que está de acuerdo con los barones del PSOE si no consulta con ellos?
¿Son tics de niños insatisfechos? ¿Al Sr. Grezzi o al Sr. Ribó les gusta Barcelona y no quieren vivir en Valencia? Si así fuera me pregunto: ¿Por qué no se van?