RITUAL DE PROMESAS Y BESOS
Es el caso que el refranero español es diverso y sustancioso y tiene la habilidad popular de concentrar en una frase la posible polisemia de algunas palabras.
Tomemos la aparente grosería del: “Prometer hasta el meter”. Un asunto que parece estar, de momento, resuelto mediante la denostada, discutida pero aprobada ley del famoso “Si es Si”; puesta a punto, contra viento y marea, por la Sra. ministra Irene Montero y su corte de aplaudidoras.
Tras esto, por cierto, se trasladaron en amigable viaje de “estudio” por segunda vez, que se sepa, a la dorada y mítica Gran manzana, a Nueva York. Por cierto, también, con la faltriquera llena de nuestros dineros. Listas que son estas jóvenes promesas podemitas en su salsa, aunque no sé si en la salsa de todos los que las votaron.
” Pelillos a la mar”.
Es tiempo electoral y por tanto es tiempo de abrazar señoras que se acercan con ilusión a ver el candidato y robar un beso o de acercar el niño crecidito para obtener la foto recuerdo mientras el candidato que solo va por allí una vez si acaso como ahora en tiempo electoral saluda, estrechas manos y habla, habla mucho y sobre todo PROMETE.
(del latín: promissa) es un concepto polisémico de relevancia para las ciencias sociales. Desde el punto de vista sociocultural es un ofrecimiento de dar algo a otra persona. Desde un punto de vista jurídico es un contrato por el cual una de las partes (o ambas) se obliga dentro de cierto lapso, sea por el vencimiento de un plazo o el cumplimiento de una condición, a celebrar un contrato futuro determinado. Este contrato se denomina también preparatorio, antecontrato, precontrato y contrato preliminar.1
Históricamente se discutió si la promesa es un contrato autónomo, o si simplemente es preparativo de lo que será un contrato definitivo. Hoy en día parece claro que la promesa es autónoma, por cuanto es un contrato con objeto propio (este es el contrato futuro), y que seguirá siendo válido aunque el contrato futuro no se celebre, dando derecho a indemnización de perjuicios.
Ahí te quiero ver candidato veloz en promesas, raudo en ir y venir y lento, lerdo en cumplir.
Surgen como setas hospitales, sedes de ayuda a enfermos mentales, mejora de instalaciones de comunicaciones, devolución de vida a la España medio abandonada por los bancos que han visto que ahí no hay negocio; sí me refiero a esos que se han empeñado en digitalizarnos a todos, como si en cada hogar y en cada dedo y mano los mayores lleváramos un suplemento de inteligencia artificial que tanto se lleva ahora.
Yo lo comprendo. Aquí se trata de que el personal votante te de el sí y así continúa cabalgando sobre el presupuesto estatal y las subvenciones
Sí leo con lentitud y detalle lo que de la promesa he copiado más arriba se podría decir que existe en el párrafo final una ventana de asistencia ciudadana, una esperanza democrática y es el hecho de poder pedir” indemnización de perjuicios”.
Y así no tener que esperar otros cuatro años a que el candidato raudo y veloz en sus desplazamiento nacionales a bordo de un Falcón o de un triciclo, a mi me va dando igual, no venga a repetir como una letanía en tiempo “pascual” que pronto lo será, (pese a que el alcalde de Valencia se dedique a entrar de lleno en los libros como Ben Ribó ,el que empezó por la Plaza del Ayuntamiento de la ciudad la cena final del Ramadán y con ello iniciar la reconquista por nuestros hermanos los bereberes históricos, un nuevo Al Ándalus que se llamará” Día primero de la égida de Ben Ribó, el benefactor, el portavoz”). Y de paso quiétele usted a la patrona de Valencia el derecho a asomarse a la puerta de su casa que es la catedral.
Soy liberal, pero hasta cierto punto. No gilipollas ,con permiso, ¿Nos vamos a ver si nos dejan hacer una procesión de Semana Santa en Marrakech?
Creo que me he desviado y se me acaba el espacio ¡maldición!.
¿Puedo pedir la devolución de mi voto y un “algo” por promesas incumplidas?
¿Hay alguna de las numerosas secretarías, delegaciones, despachos, consejos de estado, subsecretarios o alguien donde, eso si con cita previa, me puedan recibir para diligenciar mi voto frustrado o hay que ir a un escrache de esos a casa del honorable a cantarle las cuarenta hasta quedarse ronco?
Si alguien me sugiere algo que me lo haga saber con cariño, por favor. Hasta pronto.