EMPEÑARSE
La riqueza del español como lengua permite desarrollar
diferentes significados para una misma palabra.
Es lo que se llama polisemia. Fenómeno del
lenguaje que consiste en que una misma palabra
tiene varios significados. Veamos.
Estos días de recrudecimiento de los esfuerzos
por subir a la grupa, o a la cabecera del caballo del
gobierno, se observan “empeños” en la oferta, sin
ton, ni son, sin capacidad de decidir nada, porque
nada está decidido. Se promete de todo.
Muchos son los candidatos locales que se apoyan
en el gobierno para ensalzar o vituperar los logros
o los fracasos. Y ahí estamos en el mismo juego
de siempre, que se hace eterno por lo repetitivo.
Pongo por ejemplo el caso de Ana Obregón, conocida
en algunos medios y por quienes peinamos
hace tiempo ya canas, por sus posados hace años
que significaban en el comienzo de la temporada de
baño, o como El Corte Inglés que anuncia la primavera
o el verano un mes antes del cambio meteorológico
(aunque ahora con la cosa climática lo tiene
peor).
Estas dos semanas nos han dado “la brasa” por
tierra, mar y aire llenando minutos de pantallas y
hojas de revistas con que si, sí o no, era abuela, madre,
o yo qué sé qué parentesco, de una niña procedente
de un llamado “vientre de alquiler” y todo ello
acompañado de declaraciones de su ex que parece
que dice que quiere llevar a juicio a no sé quién, por
sentirse ofendido por no sé qué.
Supongo que España sufre de falta de noticias,
o quizás todo lo contrario; sobran las noticias que,
a lo mejor, no son del agrado del gobierno que, entre
tanto, nos va colando lentamente el peso del
deterioro de las libertades o avanza medidas que
se centran en las clases medias que van perdiendo
cada día peso en sus ahorros, en su bienestar.
Lejana ya aquella promesa de la sociedad del
bienestar otrora fuerza argumental bastante para
ser eje de campañas en las que España era mejor
país que cualquiera de los europeos.
Pero volviendo al origen de la palabra
empeñar y la polisemia he visto
largas colas en algunos centros donde
todavía se permite el empeño como
prenda a recuperar lo que se deja a
cambio de unos dineros que ayuden a
seguir pagando facturas de energía, alimentos,
enseñanza o medicina privada.
Ahí no hay cita previa posible.
Y hablando de empeñar me pregunto:
una vez obtenido el puesto para el
que se han hecho promesas y se ha
empeñado la palabra, ¿qué puede empeñar
el cargo si no cumple? ¿Es empeñable
la vara de alcalde? ¿Y el acta del
diputado?
El juego de causa efecto aquí no es
posible.
Leo el cómo, en el mismo orden de la palabra
empeñar, la falta de agua para regar está arruinando
las cosechas y los labradores y los ganaderos
se plantean el oscuro futuro. ¿Se puede
empeñar una tierra que es arrendada? ¿Se puede
empeñar la cosecha y no me refiero a asegurar?
No quiero empeñarme, pero cada día, convendrán
conmigo, se está poniendo más difícil el
asunto y no quiero ser negativo, aunque lo parece.
Espero empeñarme en encontrar hoy un buen día
y compartirlo con ustedes y viceversa que se dice.
Hasta pronto.