NO LLORES POR MI ARGENTINA
Era en un mitin en plena campaña. Oscar Puente se dejó llevar por su íntimo empuje insultador y puso al actual presidente de Argentina a los pies de los caballos y entre otras lindezas, llevado por la pasión arrolladora del insulto arrancados con las tijeras cortantes de su lengua sin freno, lo acusó de consumir drogas
Era en el viento huracanado de una campaña. la búsqueda facilona, por un puñado de votos. No sé qué música le hubiera compuesto Morricone.
Estamos siempre en plena campaña. De insultarse en pleno “templo” de la democracia a ir a ver al Rey a decirle: “Majestad me quedo” (no sé sí lo dijo así el Sr. presidente).
Lo que si dijo era lo que ya se intuía ME QUEDO. ¿Con las manos en los bolsillos en un gesto zafio?; digo yo que no hace falta ser monárquico para saber comportarse frente a otros. No es la primera vez que se observa total ninguneo a la figura del monarca.
Con el ME QUEDO se certifica aquello “del Estado soy yo”, a lo Luis XIV.
Personalmente me parece bien que se quede, está en su derecho y en aceptarlo reside la esencia de la democracia; aunque no sea de tu agrado, aunque aquello que ha venido siendo limitado por los decretos ley te afecte, también las amenazas contra el poder judicial y los periodistas, explicitadas.
Se dice que no hay democracia sin prensa libre, o todo lo libre que permite el sistema.
Al margen de la carta escrita por un “fontanero” aficionado a Corín Tellado, se me había olvidado “el insultador”, que llegó a decir que el presidente argentino- llegado democráticamente- tomaba drogas. Se lo decía a un país con el que mantenemos esplendidas relaciones casi desde que nos mandaban lotes de carne congelada después de la guerra. Claro que esa es otra historia.
Resulta muy extraño que el Sr. Bolaños no haya escenificado una de sus intervenciones, rodeado de su verborrea supuestamente jurídica. Por cierto, corre en las redes un video de brutal ataque al fiscal general del estado por un miembro del Consejo de estado. Tampoco he oído nada. Estoy sordo. Es obvio que el póker gubernamental va ganando
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