BUSCAR UN MUERTO
El empecinamiento de la CUP en Cataluña y otras formaciones políticas afectas al llamado “procés”, parecen ir más allá de lo razonable y legal. ¿Por qué y sobre todo, que buscan?
Estos señores que se pasan al Tribunal Constitucional por el forro ofrecen un ejemplo de resistencia activa, buscan con urgencia un muerto o más para vestirse de víctimas, buscan héroes para el presente y para cimentar una rebelión permanente.
! ¡No caigamos en esa trampa! Los que tengan el gatillo fácil que se pongan en segunda línea.
Los jóvenes cachorros, recién llegados a la democracia como si la hubieran inventado ellos, buscan el enfrentamiento con otros bizarros contendientes de los llamados españolistas.
Recordemos que tras el 1 de octubre. Fecha faro de visionarios con barretina, viene el 2, el 3 y una cuenta numérica, que ojala sea infinita para todos.
Según parece se tienen noticias de que unos y otros; cupistas y españolistas se retan y se preparan para una lucha callejera.
Como si se tratase de bandas que se citan para pelear, como matones por la propiedad de un territorio, afilan sus armas dialécticas y montan en el Congreso nacional puestas en escena que rozan el numerito del esperpento.
Sus voceros nacionales juegan a su favor al tiempo de tratar de copar titulares y subir en el escalafón de aplausos conseguidos, como medallas del “trepismo” ambulante.
Encargan a sus teloneros calentar el ambiente mientras en el Parlamento catalán la Ley mordaza independentista hace callar a quienes se ven atropellados en sus derechos a la libre expresión regulada, en este caso, por sendas normas que han sido atropelladas por los que a sí mismos se llaman ejemplos de demócratas y exigen a otros lo que ellos son incapaces de hacer, como es el escuchar a otros sus argumentos.
Se diría que buscan, necesitan, uno o varios incidentes inciviles que tiñan de rojo sangre algunos sitios emblemáticos, o no, de la ciudad de Barcelona para, por fin, encontrar una víctima, un sacrificado por la causa.
Entretanto sus líderes mantienen a puerta cerrada sesiones interminables que dan a luz consejos, divisas y ordenes estratégicas de burla a la Ley.
El asunto no pinta bien.