EL MIEDO
El personal tiene miedo. Miedo a todo. ¿Cuánto? No, no he visto encuesta alguna que lo diga.
Todo el mundo político encarga encuestas, incluso instituciones de acento económico nos facilitan datos procedentes de trabajos de campo destinados a los asuntos más extraños. Del miedo ni un dato. Tienen miedo a generar ídem.
Nos ofrecen porcentajes que sirven para saber si comemos poca o mucha fruta, si nos lavamos los dientes, si usamos vehículos de transporte colectivo, que cuantas veces vamos al excusado, que cuantas veces hacemos el amor en un mes (si yo lo contara, el mundo se asombraría) y así hasta que usted quiera.
Lanzan sus porcentajes y se quedan tan tranquilos, se van a su casa con la sensación del deber cumplido mientras uno se queda preocupado por si está o no dentro de los estándares, en esa franja que te hace bueno o malo, normal o distinto.
He decidido no caer en la trampa farisea del porcentaje y pongo por caso el peso en la báscula del baño.
Hace años que no me peso y solo me guio por los botones de mi pantalón y el cuello de la camisa que me suelo comprar una o dos tallas más de las que sugiere el vendedor tras pasarme un metro por el cuello y cintura
Lo de la encuesta viene a que, repito, no he visto ninguna que hable del miedo que tenemos a todo. Ahora surge lo de Cataluña y ayer era ese “tío” de Corea del Norte, antes el mosquito tigre, luego será la escasez de agua y las posibles consecuencias.
Parte del personal vive en plan Teresa de Ávila que parece, pobre, que vivía sin vivir en ella misma (vivo sin vivir en mi) lo que es difícil y engorroso.
Yo digo que Puigdemont y Rajoy viven en modo Teresa de Ávila.
KIm el de Corea sigue tirando misiles y gasta el dinero que no tiene en cohetes y yo tengo miedo a que se lie parda.
Estoy más tranquilo porque los que lo estudian todo han averiguado que el sitio más seguro para evitar que el cohete te dé en “la chola” es Mar del Plata- Argentina. Busco billetes. Informaré y veremos.