>

Blogs

Natacha López

Correr para Vivir

6 + 365 + 365 + 6 = 742

 

 

     Descubrí el atletismo tarde quizá, pero lo hice de manera muy intensa. David siempre ha funcionado por retos. Cuando quiere conseguir un objetivo, como ponerse en forma para que no le pille el toro en verano, se pone manos a la obra después de Semana Santa y hace sesiones de gimnasio (él le llama “La pirámide”) durante un tiempo determinado (pueden ser 30, 60 o 100 días consecutivos), dependiendo del estado de forma del que parta. Esto es una manera de obligarse y ser constante. Gracias a esta forma de motivación tan peculiar, pusimos en marcha uno de esos propósitos. Llevaba un tiempo dándole vueltas, pero no fue hasta los 8 meses de comenzar a correr cuando reunió el valor suficiente para proponérmelo: “mi ilusión es hacer un año completo corriendo, desde el día 1 de Enero hasta el 31 de Diciembre”, me dijo. Creo que no se hubiera imaginado nunca que iba a encontrar en mí la mejor cómplice para llevar a cabo sus locuras …

00010002

     Así que, tomamos la firme determinación de hacerlo, y el lunes 26 de Diciembre de 2005, dimos el pistoletazo de salida en la que iba a ser nuestra primera hazaña como corredores en tándem. Estoy segura de que muchas de las personas que conocían el nuevo reto de David tenían serias dudas sobre si lo íbamos a poder concluir o no. Sinceramente, era muy ambicioso y más aún teniendo en cuenta que participábamos dos personas en él, con nuestros compromisos laborales, familiares y académicos. Pero nosotros sabíamos que juntos podríamos con todo (luego con los años lo hemos seguido demostrando … ). Por aquel entonces corríamos con música, y como los mp3 de la época no eran resistentes al agua, salíamos a correr con un único reproductor en el cual mediante una especie de ladrón enganchábamos las dos clavijas de nuestros auriculares. Esto nos obligaba a llevar el mismo ritmo y sincronizar la zancada en todo momento para que la música no se interrumpiera. Visto desde fuera sería una imagen, cuanto menos curiosa.

Atención al mp3 de la mesa con el adaptador

No fue nada fácil, durante ese primer año nos enfrentamos a todo tipo de circunstancias. No importaba si habíamos salido la noche de antes, si debíamos hacer un viaje relámpago por trabajo o si estábamos acatarrados. Debido a la sobrecarga aparecieron también las primeras lesiones, entre ellas la periostitis,  tan conocida hoy por mí. Pero teníamos un objetivo claro …

Desgraciadamente sí que hubo un momento en el que nuestro propósito estuvo a punto de desvanecerse. Fue a principios de Febrero de 2006, cuando a Pepe (José Serrano Amurrio, 1950 – 2006), el padre de David, le diagnosticaron cáncer de pulmón en fase muy avanzada. Él siempre nos preguntaba y nos animaba a que continuáramos con la hazaña, incluso bromeaba diciéndole: “si hubieras puesto el mismo empeño en los estudios como en el deporte serías ministro”. Era un gran hombre, muy polifacético (maestro, escritor, micólogo, político …), que trabajo mucho por su pueblo, dejando una gran huella entre sus vecinos y amigos. Por este motivo, y en homenaje a él, David decidió, tras consultarlo con su madre, que el día de su despedida, 26 de Mayo de 2006, también saliéramos a correr, con mucho dolor en el corazón y lágrimas en los ojos. Le dedicamos cada kilómetro, fue nuestra forma de desprendernos del sufrimiento de los últimos meses y reservar para nosotros sólo lo bonito que de él nos quedaba. Durante ese entrenamiento, David me hablaba de su infancia, de su gran sabiduría y de su amor por Caudete, pueblo que de niño lo adoptó y al que él dedicó gran parte de su vida. Tras finalizar el recorrido fue cuando supimos que nada nos iba a detener, que lo íbamos a conseguir. Si habíamos superado una pérdida tan grande, … ¿que otra razón podría pararnos?.

   Facebook Pepe Amurrio

      Nuestro desafío continuó y llegó el día de concluirlo, pero no encontramos una razón suficientemente convincente para no seguir corriendo, ya que precisamente en ese momento no teníamos ninguna molestia y nos sobraba motivación para continuar. Así que esta locura vio ampliada su duración, aunque esta vez por un periodo indeterminado. Proseguimos con nuestra rutina diaria, en la que compaginábamos el gimnasio y la subida de diez pisos de escaleras con las que culminaba nuestro entrenamiento a pie, hasta que finalmente nos mudamos de casa en Enero de 2007. Vivíamos de alquiler en Valencia y aconsejados por familiares y amigos, tomamos la determinación de hacernos propietarios (desafortunadamente poco antes de explotar la “burbuja inmobiliaria”). En nuestra nueva población, Massalfassar, tuvimos que diseñar otro recorrido de la misma distancia, entre 8 y 9 kms, para continuar cumpliendo con nuestro cometido. Pronto nos adaptamos a nuestra nueva situación y tuvimos la gran suerte de conocer a muy buenas personas, como Vicent, un hombre de Albuixech que cultivaba uno de los campos contiguos al camino que atravesábamos a diario.

Con Vicent el día que le informamos de mi embarazo

     Entonces … ¿cuando vais a parar?, nos preguntaban los amigos de David en el pueblo, a lo que él bromeaba: “la voy a tener que dejar embarazada. Aquella era una idea que ya nos iba rondando la cabeza, nos sentíamos preparados para ser padres y nos amábamos profundamente, por lo que reuníamos dos de los requisitos más importantes a la hora de tomar esta decisión.

     El día llegó, fue uno de los momentos más especiales de nuestras vidas, el predictor dio positivo. Seguíamos entrenando, pero ahora veíamos más cerca el final de nuestro largo recorrido, ya que tras la consulta con el tocólogo, probablemente deberíamos de parar, o eso imaginamos nosotros. Para nuestra sorpresa, aquel hombre con cara de pocos amigos, nos dio una respuesta inesperada cuando le preguntamos si podía continuar corriendo, me dijo está usted embarazada no enferma”, ¿usted corre? Sí … Pues siga corriendo … Así pues, el embarazo no me iba a librar de aquel reto infinito, me sentía bien y las semanas iban pasando con normalidad. A la gente le llamaba mucho la atención verme en ese estado y corriendo, pero realmente, lo único que nos importaba eran las recomendaciones del médico y mis sensaciones.

     Los meses fueron pasando y mis kilos aumentando, lo cual nos hizo empezar a plantearnos una fecha para concluir con aquella aventura. Compramos una elíptica para sustituir el running durante las últimas semanas y cuando alcancé los 5 meses de gestación (6 de Enero de 2008), paramos.

Video en la eliptica, últimos días

     Lo hicimos porque queríamos decidir de manera sensata cuándo hacerlo, un poco condicionados por nuestra situación de padres primerizos, además era domingo y hacía justo un año que habíamos empezado a correr en Massalfassar … y por muchas otras manías numéricas de David, al que le encanta recrearse buscando sentido a las fechas (eran 106 semanas completas, 3 navidades diferentes, 4 años distintos …). Descansamos, pero al amanecer del siguiente día, mis zapatillas estaban de nuevo dispuestas para un nuevo entrenamiento, así que continué corriendo hasta el séptimo mes de embarazo.

     Habíamos conseguido traspasar nuestra primera meta, pero aún nos quedaban muchas otras que nos enriquecerían todavía más, como la de ser padres. La vida es lucha, tristeza, felicidad , sacrificio y esperanza, …                y 742 es igual a 6 + 365 + 365 + 6.

 

Temas

El destino baraja las cartas... somos nosotros los que jugamos

Sobre el autor

Aprender a no olvidar


septiembre 2016
MTWTFSS
   1234
567891011
12131415161718
19202122232425
2627282930