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Héctor Esteban

El francotirador

Políticos manirrotos


Estoy cansado de escuchar que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Por decirlo fino, me masajea mi virilidad que los políticos insinúen que he gastado más de lo que he ingresado, que he sido un manirroto y que he dilapidado mi dinero. No señores políticos, yo no.

Compré mi casa antes del boom inmobiliario, invertí mis pocos ahorros en pagar una entrada mientras circulaba en un achacoso Renault 5 que se inundaba cuando llovía y cuando firmé mi hipoteca no pedí más dinero ni para muebles, ni para buscar a Curro en el Caribe ni para operaciones estéticas. Luego me compré un par de coches, con varios años de diferencia, claro. Un utilitario y uno familiar, por los niños, ya saben. En vez de ir al banco a desangrarme, opté por mirar lo que tenía en la hucha. Los euros que conté me sirvieron para buscar un vehículo que pagué a tocateja. Por no endeudarme, ya ven.

También tengo una Vespa y una mountain bike que marcaba 3.005 euros. La bici, como me esperé al cambio de temporada, me la llevé por la mitad. Soy afortunado porque trabajo y he intentado convertir cada euro en dos. Mi hipoteca, gracias a eso, agoniza.

Hay otros, los que nos han metido en esta crisis y ya veremos si nos sacan de ella, que no pueden decir lo mismo. No confío en esos partidos políticos que aseguran tener la fórmula para superar esto. Mentira. Es difícil que alguien maneje bien el dinero público cuando es incapaz de gestionar su casa. Y señores, visto lo visto, esto huele a ruina. De aquí no nos saca ni el PP, ni el PSPV ni Compromís.

 

¿Ustedes han vivido por encima de sus posibilidades?

Las cuentas de los populares valencianos, las del partido, deambulan desde hace años por las sedes judiciales con el apellido de Gürtel. No paran de entrar y salir por los majestuosos portones de madera del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana. Aquí todo ‘er mundo e güeno’ mientras no se demuestre lo contrario. Pero la realidad es que el juez anda pidiendo papeles y declaraciones para ver si en la contabilidad del PP es oro todo lo que reluce y si no hubo favores a cambio de favores. De momento, cargos públicos y cargos no públicos, ya se han calzado las manoletinas en más de una ocasión para hacer el paseíllo por sede judicial al ritmo de pasodoble.

Eso en lo privado, porque en lo público los populares han reventado la báscula de la deuda con una Comunitat en la antesala del quirófano sin decidirse el cirujano a intervenir o no. Además, la deuda se renueva con ayudas, los pagos aplazados llegarán al día del juicio final y los proveedores encomendándose a San ICO para ver si no tienen que bajar la persiana.

Los socialistas, esa alternativa de mentira, deben, como decía mi padre, más que divisan. Se han gastado lo que tenían y lo que no. La deuda es de varios millones de euros. Tantos, que como Puig ha prometido cargo y maná para todos, ahora no sabe cómo pagar. La brillante idea que se le ha ocurrido es la pirula de usar el dinero público para dar un sueldo de más de 2.000 euros al mes a sus aprovechados socios. En Blanquerías, como no hay un clavo, pues han decidido que lo mejor es liberar salarios de las instituciones públicas para pagar a cargos internos del partido. Sólo hay una expresión que resuma este tipo de actitudes: menuda jeta.

Y luego están los de Compromís. Los garantes de las libertades, derechos y no sé qué más patrañas para intentar ganarse los votos que casi nunca tuvieron. Dan lecciones de transparencia cuando el Tribunal de Cuentas lleva años pidiéndole al Bloc, el eje de la coalición, las cuentas anuales de 2007 para fiscalizar a qué destinaron los casi 900.000 euros que recibieron para hacer frente a la campaña electoral. Ni puñetero caso. Aquí hay que predicar con el ejemplo, pero los nacionalistas pasan del tema, como su diputado nacional, sí, el ‘opaco Baldoví, que lleva años sin rendir las cuentas de su Ayuntamiento a la Sindicatura de Comptes.

Todos, junto con Esquerra Unida, contra el que no tengo pruebas, se reparten al año unos 6 millones de euros de ayudas públicas: 4 de Les Corts, de los que no publicitan a qué destinan, y 2 de los presupuestos de la Generalitat.

Señores políticos a mí no me digan que viví por encima de mis posibilidades. No lo tolero.

Y si no saben gestionar su casa, dejenme a mí y verán como salimos de esta.

Por Héctor Esteban

Sobre el autor

Periodista. Me enseñaron en comarcas, aprendí en política y me trastorné en deportes. No pretendo caer bien. Si no has aparecido en este blog, no eres nadie.


mayo 2012
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