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Héctor Esteban

El francotirador

La venganza de Cospedal



El presidente de la Generalitat y líder del PP valenciano, Alberto Fabra, se envalentonó en la cena de verano de Gandia. Por primera vez, animado por el empuje de los barones regionales con Alfonso Rus como mosca cojonera, pegó una palmadita (los puñetazos son palabras mayores) encima de la mesa y ante Dolores de Cospedal reivindicó más financiación y agua. Plas, plas, plas aplaudió un auditorio entregado mientras la manchega, la mala, se relamía el colmillo.

En el debate de política general de la semana pasada, mientras sus señorías mantenían con respiración asistida el paripé de las propuestas de resolución, un diputado del PP que sabe de lo que habla me reveló un secreto en los pasillos: “En la cena de Gandia yo tenía a un cargo de Génova a mi lado. Cuando terminó Fabra su discurso me dijo: Esto que ha hecho tu presidente lo va a pagar caro. Cospedal no perdona”.

Y así fue. Una semana después, el lunes 24 de septiembre, la víspera del debate de política general, día grande de Fabra en Les Corts, Cospedal tiró a los pies de los caballos al castellonense: “No es el momento de abordar la reforma del sistema de financiación. Este asunto no se tratará en la Conferencia de Presidentes”. Una cita que tendrá lugar hoy en Madrid después de que Rajoy incumpliera la promesa que le hizo a Fabra de que sería en Valencia.

La foto que encuadró Cospedal

Ese lunes fatídico por la noche, horas después de que Cospedal consumara su venganza, el gabinete de comunicación de Presidencia mandó una fotografía con Fabra en mangas de camisa junto a su equipo rehaciendo el debate del día siguiente. Fue la evidencia de que la sargento de Génova había minado un discurso que le explotó al presidente de la Generalitat en sus propias manos. Hubo que rehacer un planteamiento que llegó al pleno sin conejos, sin chisteras y sin casi nada que contar. Un debate con propuestas de segunda y sin el puñetazo en la tribuna de Les Corts para enviarle el recadito a Cospedal de que Valencia no entiende de renuncias ni amenazas.

Cuatro días después, los Presupuestos Generales del Estado cerraron el peor de los escenarios: la semana grande de Fabra se quedó sin financiación y sin inversión. El incumplimiento de finalizar el tercer carril ferroviario en 2015, las partidas del corredor mediterráneo al borde de la anorexia, las carreteras como la v-21 y la A-3 como camposantos permanentes, las obras antirriadas haciendo agua y la Comunitat, la tercera autonomía donde más cae la inversión de toda España (un -35%).

No es ya que arda media Comunitat y Rajoy opte por irse a Polonia o fumarse un puro. El problema es que desde que Valencia cayó en desgracia, los genoveses piensan que España termina en Minglanilla y que esto es tierra de apestados.

Rajoy se llevó de aquí más de 1.400.000 votos en las últimas generales y desde el mitin de la plaza de toros no se ha anunciado en ningún cartel.

Fabra debe saber que de boquilla, con aquello de “quiero más”, no es suficiente. Enfrente, el PSPV de Puig arma una utopía que está empeñado en llevar a la realidad; Compromís sigue a lo suyo con garantías de éxito y Esquerra Unida, con sólo poner EU en el cartel, tiene suficiente. UPyD quiere ser el CDS y por el arcén de la derecha piden paso los desencantados de la cuerda dura del PP con tipos como Mario Conde a la cabeza.

Quien no vea el escenario, que se lo haga mirar. La Conferencia de Presidentes le brinda a Fabra otra oportunidad.

Por Héctor Esteban

Sobre el autor

Periodista. Me enseñaron en comarcas, aprendí en política y me trastorné en deportes. No pretendo caer bien. Si no has aparecido en este blog, no eres nadie.


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