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Héctor Esteban

El francotirador

El error de UPyD con Toni Cantó

“Un día, mientras abría el buzón en el rellano, una vecina se me acercó y me dijo: “Ché, no sabía que eras político”. En ese momento supe que no saldría elegido diputado. Veinte años dedicado a esto y mi vecina, la de al lado de casa, ni se había enterado de que me dedicaba a la política. Me hundió”.

La anécdota la contó Pere Mayor tras fracasar en las elecciones de 2003. El Bloc, en aquella campaña, gastó por encima de sus posibilidades en propaganda electoral para entrar en Les Corts Valencianes. Murió en la orilla. En la misma arena. De la manera más cruel posible. Logró el 4,8% de los votos. A dos décimas de la barrera electoral del 5%, que es el mínimo para tener representación en el Parlamento regional. Los nacionalistas sumaron más de 114.000 votos que no sirvieron para casi nada. Pere Mayor, a través de su vecina, se dio de bruces con el mal de la invisibilidad, lo peor que le puede pasar a un político.

UPyD ha decidido no apostar por Toni Cantó, que respaldaba la candidatura de Fernando Llopis, concejal de UPyD en Alicante. La militancia optó por Alexis Marí como nuevo responsable territorial. La diferencia entre Marí y Llopis fue mínima: 39 votos.

Los militantes de UPyD han asumido el riesgo de la invisibilidad. No entro en el programa electoral de la formación magenta, que lidera Rosa Díez. Ni profundizo en su ideología ni en su forma de ver las cosas. Sólo en el análisis de que cuando un partido tiene ganada la popularidad de un candidato tiene medio camino recorrido. En política el problema no es mantenerse (que también lo es) sino llegar.

UPyD no sería nada sin Rosa Díez. Los amores y odios que se profesan por la diputada vasca mantienen a la formación. UPyD, sin Díez, hubiera muerto en alta mar. Es su marca.

En la Comunitat se podría aplicar lo mismo a Compromís. Su imagen es Mónica Oltra. Por encima del resto. De hecho, a años luz. Oltra se ganó la visibilidad a base de camisetas y excesos parlamentarios. Nadie puede discutir que la abogada es de las mejores oradoras (quizá la mejor) de la Cámara. Pero eso sólo se paladea de puertas para adentro. En la calle Oltra se hizo famosa por las camisetas. Por su Wanted con la cara de Francisco Camps.

Mónica Oltra es lista y está bien asesorada. Por ahí hay un bonachón, un tal Evarist, que no tiene ni un pelo de tonto. La diputada de Compromís se ha merendado al resto. La diferencia entre Morera y Oltra es la que hay entre un buen resultado y el éxito. Y en Compromís lo saben. No poner a la diputada de número uno a la Generalitat sería no sumar votos. Las primarias la encumbrarán. Ella, de momento, ya da pasitos como dejar la portavocía de Iniciativa para dedicarse a lo suyo: ser la candidata.

En el PP pasa lo mismo. Rita Barberá está por encima de la siglas. En la ciudad, el PP hubiera ganado sin Rita. Pero con ella, y eso nadie lo discute, aplasta. Por eso el PSPV lleva años huérfano en la búsqueda de alguien que pierda a los puntos contra la alcaldesa. Aurelio Martínez, Ana Noguera, Rafa Rubio, Carmen Alborch (un intento a la desesperada) y Joan Calabuig han sido aspirantes abonados al fracaso. Rita Barberá es una marca por encima de las siglas. El PP sólo perderá las elecciones (no hablo de mayorías) si se va Barberá. De Alberto Fabra no puedo decir lo mismo por mucho que Eduardo Zaplana, otro mito, ejerza de apoderado.

UPyD ha cometido su primer error. Nadie sabe quién es Alexis Marí. Ni siquiera le esperaban en el desayuno de Rosa Díez en Valencia. En cambio todos conocen a Toni Cantó. Sale en la tele. Además, se ha ganado su visibilidad en las redes sociales lanzando misiles contra Canal 9. Tiene más de 150.000 seguidores en twitter, para lo bueno y para lo malo. No es lo ortodoxo pero te pone en circulación.

La derrota le ha sentado mal a Toni Cantó. Por eso ya apuntó que a partir ahora se dedicará a sus cosas pese a que Rosa Díez, que no se esperaba la caída de su protegido, dijera: “Toni será lo que él quiera”. Otra cosa es que tenga ganas de ser.

No sé si hay ansias en UPyD por un cargo y sueldo público. Con el viento a favor, con las encuestas on fire, en la formación magenta hay euforia y colocón. Tanto, que se han cargado a la dupla Llopis y Cantó, los cargos más representativos del partido en la Comunitat. El primero como concejal en el Ayuntamiento de Alicante, y el segundo, diputado en el Congreso.

Toni Cantó, como cabeza de lista a las generales, logró que UPyD pasara de los 19.294 votos que obtuvo Carlos Martínez Gorriarán en 2008 a los 145.923 de noviembre de 2011. Incluso superó en 20.000 papeletas a Compromís-Equo, liderada por Joan Baldoví. Meses antes, Fernando Llopis se hizo con el primer concejal de los magenta en una capital gracias a sus 7.306 votos, dejando fuera a los ‘compromiseros’ en Alicante, donde la coalición está dominada por el ‘clan Mollà’.

UPyD, quizá, se lo ha jugado todo a la invisibilidad.

 

 

 

Por Héctor Esteban

Sobre el autor

Periodista. Me enseñaron en comarcas, aprendí en política y me trastorné en deportes. No pretendo caer bien. Si no has aparecido en este blog, no eres nadie.


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