“Es Nueva York, todo el mundo se encuentra tarde o temprano”
Héroes
Hemos visto el edificio Chrysler mil veces filmado por una cámara. Mil, pero la primera vez que te plantas en frente de él no puedes cerrar la boca. Estoy aquí, piensas. Y las imágenes de ‘Metrópolis’ se agolpan en tu cabeza. Nos han contado cientos de historias que suceden en Central Park. No hay ni un banco de ese parque que no haya aparecido alguna vez en una película o una serie. Sin embargo te asombra igual cuando lo recorres. Recuerdas a Dustin Hoffman huyendo atropelladamente para salvar su vida o a Robin Williams medio desnudo pidiéndole a Jeff Bridges que libere el pajarito. Cada vez que el cine o la televisión se fija en una zona de Nueva York le otorga un nuevo significado y le proporciona otra razón más para ser visitada y admirada. Y la Gran Manzana se deja usar encantada.
La televisión ha aprovechado este potencial en los últimos años. No existe un plató más versátil que Nueva York. Puede ser sofisticada, marginal, romántica o aterradora. Se adapta a la perfección al papel que le toca.
Es verano. Vayámonos de viaje a Manhattan. Crucemos el charco para conocer la urbe pija de los ‘Gossip Girl‘, el territorio moderno de las ‘Girls‘ o el reducto mafioso de ‘Los Soprano‘. No se necesita billete ni aguantar las insufribles revisiones de pasaporte tras aterrizar en el JFK.
Empecemos paseando por Park Avenue, Madison o Lexington, el Nueva York elitista y refinado, el de las boutiques exclusivas y los museos. El Upper East Side de los jóvenes de ‘Gossip Girl‘. Allí se emplaza la escuela a la que acuden los protagonistas al inicio de la serie, que en realidad es una iglesia ortodoxa, Synod of Bishops. También sirvió de escenario escolar el Metropolitan Museum y el Packer Collegiate Institute, aunque este se encuentre en Brooklyn. No se puede dejar de pasar por el Palace Hotel, en el que se hospeda Serena durante la primera temporada, o por el Carnegie Hill, residencia de Blair.
El paseo continúa por la Quinta Avenida, la vía más famosa del mundo, por la multitud de establecimientos que acoge, entre ellos la archiconocida Tyffany’s, o por edificios emblemáticos como el Empire State, el Rockefeller Center, que inspira a ‘30 Rock‘ (la comedia de Alec Baldwin y Tina Fey), o la Biblioteca Pública, en la que se reúnen en algunas ocasiones ‘Seinfeld‘ y sus amigos. No está cerca, pero los seguidores de la mítica serie del humorista deben acercarse al Monk’s (su nombre real es Tom’s Restaurant y está situado al sur del Harlem).
La mítica Broadway sigue siendo el epicentro de los espectáculos y las óperas, aquel en el que actuaron figuras de la talla de Groucho Marx o Katherine Hepburn. La maquinaria americana no para y los musicales son un cebo que nunca falla entre los turistas. Eso lo saben bien la veintena de teatros que despliegan allí su oferta. Entre ellos, el Shubert Theatre, que aparece en ‘Smash’, la ficción sobre una compañía dispuesta a llevar a los escenarios la vida de Marilyn Monroe.
Poco queda de aquel Little Italy en el que los mafiosos cerraban tratos y ordenaban cortar cabezas. El barrio de las familias de ‘El Padrino’ o de ‘Donnie Brasco’ ha sido devorado por los locales de Chinatown y se ha quedado reducido a dos o tres callecitas con restaurantes en los que sirven la mejor pasta de Nueva York, como Il Cortile (al que los hombres de Tony Soprano llevan a comer a todo aquel que acaba asesinado) o el Benito One (donde se ve a Johnny Sack). Ni rastro del Nuevo Vesubio, el local más famoso de la serie de HBO. Lógico, los exteriores se rodaron en Punta Dura, un restaurante real de Queens. De vuelta a Little Italy, en el Caffe Roma, Meadow, la hija de Tony, fue intimidada por uno de los hombres de Phil Leotardo. Y, a escasos metros, en el Mulberry Bar, el capo de Nueva Jersey discute con el jefe del clan neoyorquino.
Greenwich Village fue un día refugio bohemio de creadores, intelectuales y escritores. Hoy, sin embargo, es un barrio inasequible para bolsillos modestos. Ocurre con cada rincón de moda de la Gran Manzana. Soho o Chelsea eran zonas marginales que los jóvenes y artistas tomaron y revitalizaron. Más tarde llegaron las grandes firmas y los precios se dispararon. Pese a todo, el Village es un lugar muy recomendable para pasear, comprar o cenar, aunque el paisaje haya cambiado bastante. La calle por la que antes deambulaban los miembros de la generación beat ahora es famosa por una pastelería, Magnolia Bakery, popular a raíz de su aparición en ‘Sexo en Nueva York‘. Los seguidores de Carrie Bradshaw peregrinan alrededor de Perry St. para visitar la casa de la periodista, el jardín en el que se casó Miranda, la juguetería sexual Pleasure Chest (donde se vende el famoso conejo consolador de Charlotte) o la tienda de la que era dueño Aidan, Furniture Company.
No son las únicas residentes catódicas del barrio. En la esquina de Grove St. y Bedford St. te topas con el edificio de los chicos de ‘Friends‘. En realidad sólo se utilizó la fachada, ya que los interiores de la serie se grababan en estudios de Los Ángeles.
En la vecina Soho, las tiendas de moda han arrasado con las galerías que allí se ubicaban. Subsiste alguna, como Louis K. Meisel Gallery, de la que era empleada Charlotte. Ahora la mayoría de espacios de arte se han desplazado a los antiguos almacenes y mataderos de Chelsea, barrio al que se traslada Samantha Jones. Allí debe lidiar (y negociar) con las prostitutas transexuales que trabajan bajo su ventana y no le dejan dormir.
Quienes se pregunten de dónde narices sacaba sus modelos Carrie, que no se queden con la duda y acudan al Bowery. Allí tiene su tienda Patricia Field, estilista de la ficción.
El Lower East Side es el mejor sitio para buscarse la vida. Así lo creen al menos los chicos de ‘How to make it in America‘. Ben, Cam y Rachel viven y transitan por Essex St., Stanton St. y Orchard St., que conformaban antes el barrio judío y ahora mantiene cierto espíritu juvenil y hippy. El ático en el que concluye la serie se localiza en Ludlow St.
El downtown es famoso por las tristemente desaparecidas Torres Gemelas y por la célebre Wall Street, pero también es el centro político y jurídico de la ciudad. Frank Reagan, el policía de ‘Blue Bloods‘, ficha cada día en la sede del departamento de policía ubicada en esta zona, en la que se emplazan también los juzgados de Chambers St., donde ocupa un cargo Erin Reagan.
Para ser moderno en Nueva York hay que cruzar a Brooklyn. Allí los alquileres son más baratos que en Manhattan y hipsters y gafapastas han acampado a sus anchas. Principalmente, en Williamsburg y Greenpoint (y cada vez más en Bushwick). La pandilla de ‘I just want my pants back‘ y las chicas de ‘Girls‘ lo tienen claro. Tiendas de discos, locales vintage y bares minimalistas pueblan los alrededores de Bedford Avenue.
En el último capítulo de ‘Girls‘, vemos a Hannah en una playa frente a un parque de atracciones, que no es otra que la de Coney Island, uno de los lugares más frikis de Nueva York y de visita imprescindible.
Es inabarcable citar todas las localizaciones usadas en televisión de esta ciudad. Por eso es también necesario acudir más de una vez a Nueva York. Dos, tres, cuatro… Es una ciudad de la que nunca te cansas. En este blog regresaremos. Mientras tanto cerremos el post con el homenaje a la Gran Manzana realizado por los actores de ‘Glee‘.
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