“Conozco de memoria los números de serie de todos y cada uno de los dólares que he ganado en mi vida”
Tío Gilito
Más de un millón de personas guardan el dinero bajo el colchón. Tampoco es tan extraño teniendo en cuenta cómo está el panorama. Con el ejemplo de lo ocurrido en Chipre y con la amenaza de un segundo rescate a Portugal por no pasar por el aro dan ganas de sacar los cuatro cuartos que tenemos en el banco y dejarlos en casa. ¿Dónde lo haríamos? Según un estudio que publicó Wincor Nixdorf el 2% lo esconde bajo la cama, un 3,6% en la cocina, un 6,5% en libros, y un 17,4% en cajones. Un 21% se inclina por algo más convencional y opta por una caja fuerte. Cuando la troika sacudió fuerte a los griegos una página web mostraba imágenes de cómo ocultar billetes en los enclaves más insospechados. No tiene desperdicio.
En caso de querer huir del nuevo enemigo público (léase los bancos) lo mejor es recurrir a los que más saben. Como Bárcenas y compañía no cogen el teléfono siempre nos podemos conformar con expertos que aparecen en la tele, que hay unos cuantos que han demostrado destreza en buscar espacios recónditos en los que ocultar bien sus fondos.
Entre los calcetines
Comencemos por un escondite fácil y recurrente, entre los calcetines o la ropa interior. No es el colmo de la seguridad pero dado que son prendas íntimas y bastantes personales quizá no es mal lugar para conservar los ahorros. El problema es que tu novia no conozca la existencia de ese dinero y, lo que es peor, que vea imposible que lo hayas conseguido de una manera lícita. Eso le ocurre a Ezra, el profesor de ‘Pequeñas mentirosas‘, que se ve en un apuro cuando Aria descubre el pequeño tesoro entre los calcetines. Para evitar situaciones simulares hay que estrujarse un poco más la cabeza.
En un saco de comida para animales
Para escoger esta opción es imprescindible ser dueño de una mascota y ocuparse personalmente de ella. Sirve un gato, un perro o un hurón. El mafioso más famoso de la pequeña pantalla, Tony Soprano, se inclina por los patos. No es un capricho cualquiera. Las aves llegan a su jardín y anidan allí. Él se lo pone fácil, incluso llega a colocar una rampa de madera para que puedan entrar con comodidad en la piscina. Los patos desatarán una alarma en el jefe del clan Soprano. Por ello no es extraño que elija su comida cuando debe esconder el dinero para que no lo encuentre ni la policía ni su familia. Eso sí, para ir a recogerlo debe hacerlo sigilosamente en mitad de la noche.
En el pelo
No es fácil. Kojak ni se plantearía este recurso. Está claro que para hacer uso de esta guarida es preciso poseer una buena cabellera y una capacidad extrema para sujetar objetos pesados con la cabeza. Marge Simpson cumple los dos requisitos. Su pelo es una caja de sorpresas en el que se puede hallar de todo. En el capítulo piloto de ‘Los Simpson’ la matriarca oculta ahí el dinero con el que comprarán los regalos de Navidad. Un lugar infalible que ningún miembro de su familia conoce.
En una caja de pañales
Walter White (‘Breaking bad’) nunca imaginó cuando era profesor de química que algún día debería recurrir a emplazamientos secretos en los que proteger el dinero que no quiere que nadie sepa que posee. Prueba a hacerlo en una maleta, en los conductos del aire acondicionado y hasta en una rejilla de la piscina. Al final decide ocultar las cantidades que gana fabricando metanfetamina en un lugar a la vista de cualquiera, en un sitio anodino donde nadie sospecharía que se cobija nada interesante. Y a veces eso es lo mejor, inclinarse por lo más sencillo y evidente. Como una caja de pañales. Antes de que nazca su hija, Walter vacía parte de la caja y mete allí varios fajos de billetes. Y una pistola.
Con lo de atesorar el dinero en el hogar sólo hay un problema que probablemente le suceda a poca gente, que al final se acumule tal cantidad que sea imposible conservarlo en casa. En esa tesitura, lo mejor es alquilar un almacén. Hay quien en espacios así guarda coches o trastos viejos y quien amontona billetes.
En una piscina
Llegado el caso en que el dinero rebose por cada esquina de la casa y su propietario se niegue a ingresarlo en un banco o en una caja de seguridad siempre se puede optar por construir una inmensa piscina como la del tío Gilito (‘Patoaventuras’). En ella es posible tomar un baño de fortuna de vez en cuando.
Claro que esto sólo ocurre en algunas series. Así lo comprobó Peter Griffin cuando en un episodio de ‘Padre de familia’ se lanza a una piscina como la del popular pato. Y claro, lejos de flotar o nadar entre monedas, se estampó contra ellas. El dinero no siempre da la felicidad…
Títulos de crédito: Pulsa sobre el título de la serie para descubrir dónde puedes comprarlas. La idea de este post se la debo a @carmen_velasco. Un hurón me ayudó a encontrar algunos de estos ejemplos. Para quejas, sugerencias y otras necesidades humanas mi correo es mlabastida@lasprovincias.es