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Mikel Labastida

El síndrome de Darrin

Los capítulos de 'Verano Azul' que hoy causarían polémica

“Demasié para mi body”

Desi

 

‘Verano Azul’ ha vuelto a nuestras vidas, de dónde nunca en realidad ha desaparecido. Porque si hay una serie nacional representativa de los todos los tiempos ésa es la de Chanquete. Pocos personajes han logrado calar tan hondo en los espectadores como el que interpretó Antonio Ferrandis. El caso es que por enésima vez TVE ha comenzado a reponer la producción de Antonio Mercero, esta vez, nos venden, en edición remasterizada. Como si eso fuese a rejuvenecer una producción que tiene ya más de treinta años.

 

De nuevo están en la pantalla el barco del que no nos moverán, Julia y su guitarra, Piraña y sus bocadillos, Bea y sus periódicos y el resto de los integrantes de una pandilla, que ha trascendido a los años, se ha quedado en el imaginario colectivo y ha marcado a una generación.

 

Y pese a lo añejas que resultan algunas de sus tramas (la mayoría llegaban cargadas de moralina) ‘Verano Azul’ es una serie española que debemos reivindicar siempre, pues supo trasladar las inquietudes de una sociedad, en plena ebullición por los cambios políticos y sociales, a la televisión pública. Lo hizo de manera costumbrista, es cierto, pero quizá era el modo más efectivo de hablar entonces de las libertades de los jóvenes, del divorcio o del sexo.

 

Un repaso a los 19 episodios de los que consta la serie grabada en Nerja permite, sin embargo, observar algunos cambios que se han ido produciendo en una sociedad que cada vez es más políticamente correcta y en la que las prohibiciones se multiplican. Observemos a continuación algunos casos de lo que sucedía en ‘Verano Azul’ y que hoy escandalizaría a más de un espectador y a alguna asociación (sí, de ésas que al día siguiente se dedicarían a enviar comunicados de indignación).

 

Embarazadas tomando gin-tonic

Al ministro Gallardón le gustaría sin duda el capítulo en el que en las playas de Nerja acampan unos hippys, que son observados con recelo por los habitantes del pueblo y por los padres de los muchachos de la pandilla. Cuando todos se van una de ellas se queda. Eva ha decidido seguir adelante con un embarazo a pesar de su pareja ha rechazado involucrarse en su crianza. La joven se quedará unos días en casa de Julia que fuma delante de ella y le ofrece gin-tonic, algo que hoy en día sería duramente criticado. El capítulo, el más cursi de todos (sí, más que el de “que ni el viento la toque” de Pancho y Javi), se convierte en un canto a la vida. Aunque también a que la decisión final siempre debe ser de las mujeres.

Menores de edad fumando

Tal vez no deberíamos hacer distinción porque hoy prácticamente nadie fuma en las series españolas. El tabaco ha quedado desterrado de la ficción. En ‘Verano Azul’ fumaban los padres, Chanquete, Julia… y también los jóvenes, incluso con el consentimiento de sus progenitores. En el guateque que el padre de Quique organiza para acercarse a su hijo y sus amigos, la pandilla enciende un cigarro que se van pasando y fumando entre ellos.

 

 

El gordito de Piraña

Igual que a Bea y a Desi, les tocaron los papeles de la guapa y la fea, o a Javi, el de líder, Piraña fue el gordito divertido, un rol que después se ha ido repitiendo en multitud de series. La gordura de Manolito, que disfrutaba de ella sin complejos y sin privarse de nada, sería hoy en día más cuestionada. La preocupación por la obesidad infantil, por los distintos hábitos alimenticios, seguramente obligaría a los guionistas a reflejarlo en las tramas y, desde luego, impediría que se sucediesen las bromas que sus amigos hacían sobre el volumen a Piraña.

Niños comprando vino

Precisamente a Piraña le encarga su madre que baje a la tienda a comprar vino para su padre, algo que a usted si ha superado la treintena le habrá tocado hacer en multitud de ocasiones. El niño se rebela porque coincide con el capítulo en que todos los jóvenes se declaran en huelga con sus padres y contestan a todo “a lo mejor”. Hoy en día el niño no debería molestarse en negarse a hacer el recado, ya que está prohibido vender a alcohol a menores. En algunas ciudades incluso a mayores a partir de las 22 horas. Ley seca, más o menos.

Jóvenes explotados laboralmente

Aunque los tíos de Pancho se creen en su derecho de obligar a su sobrino a que trabaje para ellos en el ultramarinos que les da de comer, posiblemente hoy deberían justificar mejor las condiciones laborales de ese muchacho y si su trabajo le impide acceder a la educación normalmente. Más discutido aún sería que, cuando el chaval sufre un accidente y debe andar con muletas, le exijan hacer el reparto y tenga que recurrir al burro de un vecino del pueblo. La escena, por cierto, merece el acertado calificativo de Piraña de Pancho Panza.

 

 

 

Bicicletas sin cascos

‘Verano Azul’ trasladó de la literatura a la tele eso de que las bicicletas son para el verano. Nadie se habrá resistido alguna vez, cuando ha montado en dos ruedas, a tararear la famosa sintonía de la ficción. La nueva normativa legal obliga a los menores de 16 años a llevar casco cuando circulen por cualquier lugar, algo que desde luego no cumplen ni Tito ni Piraña en ningún momento. Tampoco las condiciones de seguridad en las que viajan en los coches serían aceptables en 2014 y esos padres que permiten a sus hijos trasladarse de este modo habrían sido multados.

Las bofetadas

No sería el único problema para unos padres que han visto cómo la autoridad sobre sus hijos está cada vez más cuestionada y controlada. Sólo la amenaza que el padre de Quique hace a su hijo en la playa, cuando todos hablan del revés y él levanta la mano podría haberle costado una amonestación y más si lo hace delante de un policía. Por no hablar de la famosa bofetada que propina a Javi a su hijo cuando éste se desnuda en la piscina de un cliente delante de sus hijas. No sería el primer padre detenido por estampar un sopapo a su retoño.

Adolescentes que leen libros

Antiguamente era posible que los adolescentes apareciesen en televisión leyendo libros para entretenerse. Los libros eran objetos con páginas e algunas ilustraciones en los que se plasmaban historias. Julia solía usarlos y de hecho recomendaba a los muchachos que se acercasen a ellos. Así es cómo consigue que Quique se interese por ‘El Principito’. No era el únicamente entretenimiento al que el grupo recurría. Era frecuente verlos también jugar al ‘teléfono estropeado’ (éste me ha preguntado que…) y a máquinas recreativas, de ésas que murieron con las Play y las Nintendo.

 

 

Padres separados

A saber qué diría el diputado de UPyD Toni Cantó sobre el capítulo en el que el padre de Desi se presenta en el pueblo para visitarla y la agasaja con regalos. “Por favor no sigáis hablando, a mí me gustaría siempre seguir viviendo con los dos”, dice una melodramática Bea cuando elucubra junto a Pancho y Javi sobre qué haría si sus padres se separasen. Cantó, que a menudo ha cuestionado la falta de derechos de los padres divorciados y el papel de malo que muchas veces les adjudican, habría lanzado un tweet contra la serie, por la visión que daba el personaje que interpretó Carlos Larrañaga, que frustra las esperanzas de su hija.

La especulación

Algo bueno ha traído la crisis y es que la especulación inmobiliaria ha descendido mucho en los últimos años ante el declive de las constructoras y la falta de dinero de los posibles compradores de nuevas viviendas. Por ello ahora el barco de Chanquete no peligraría porque sería extraño que alguien quisiese levantar algo allí. Ahora, eso sí, si de repente llegase un multimillonario cualquiera también es poco creíble que el pueblo se volcase de esa manera con el pobre pescador. Y sobre todo si promete cientos de puestos de trabajo. O quizá soy yo que soy un desconfiado y todas las lecciones que me enseñó ‘Verano Azul’ han caído en saco roto.

 

 

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Sobre el autor

Crecí con 'Un, dos, tres', 'La bola de cristal' y 'Si lo sé no vengo'. Jugaba con la enciclopedia a 'El tiempo es oro' imitando al dedo de Janine. Confieso que yo también dije alguna vez a mi reloj: "Kitt, te necesito". Se repiten en mi cabeza los números 4, 8, 15, 16, 23, 42. Tomo copas en el Bada Bing. Trafico con marihuana en Agrestic y con cristal azul en Albuquerque. Veo desde la ventana a mi vecino desnudo. El asesino del hielo se me aparece en cada esquina y no me importaría que terminase con mi vida para dar con mis huesos en la funeraria Fisher.


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