“¿Qué está sucediendo en las redes?”
Ernesto Sáenz de Buruaga
Si hay un perfil televisivo que se ha consolidado en la televisión actual es el de la presentadora-florero-leetweets. La habrá visto usted representada en un montón de espacios distintos. El puesto lo ocupan mujeres de aspecto físico y gestos muy similares. Pruebe a intercambiar la de un programa con la de otro y apenas notará la diferencia, puesto que su corte y su actitud son idénticas. Son jóvenes, guapas, delgadas y simpáticas. Muy simpáticas y divertidas. Esto es fundamental, puesto que lo relacionado con las redes sociales siempre se comunica en la tele de un modo jocoso y superficial y por ello la presentadora-florero-leetweets sonríe mucho, sonríe excesivamente.
La semana pasada Buruaga regresó a TVE con un programa debate titulado ‘Así de claro’ que no aporta nada a los que ya existen en otras cadenas de televisión. El planteamiento es idéntico. A lo largo de tres horas varios tertualianos debaten sobre temas de actualidad diversos. Los mismos periodistas opinan sobre asuntos políticos, de educación o de desahuicios. Algunos, como el economista Simón Pérez, de manera polémica y hasta irresponsable, supongo que con el fin de convertirse en ‘polemista’. Valen para un roto y para un descosido. Para desengrasar, entre asunto y asunto, Buruaga también cuenta con una presentadora-florero-leetweets, que se encarga de recoger las opiniones favorables que se vierten sobre el coloquio en twitter. Y no le será fácil, puesto que el programa ha recibido fuertes críticas por internet.
Carmen Ferrero cumple perfectamente el perfil que se ha impuesto en la tele de nuestros días para realizar este cometido. Es joven, bien parecida, delgada y sonríe convenientemente. La novedad con Buruaga es que a falta de una tiene a dos presentadoras de este tipo. Carmen lee los tweets y Elena (también guapa, también joven y también delgada) se ocupa de repasar los titulares de los periódicos (al menos en la primera emisión). Cada una de ellas aparece en pantalla no más de cinco minutos en tres horas de programa. Apuesto a que la misma periodista podría desempeñar las dos labores sin ningún problema (y muchas otras), pero siempre luce más tener a dos chicas monas en el plató para leer cosas.
¿Existe alguna ley que prohíba a mujeres mayores o con algún kilo de más leer tweets? ¿Es un don femenino seleccionar comentarios en las redes sociales que no puede acometer un hombre? ¿Hay alguna agencia especializada en presentadoras-florero-leetweet que sirva a las distintas cadenas para que puedan emplearlas en sus secciones? Son preguntas sin respuesta. Alguna excepción a esta regla ha habido por supuesto. Abel Arana ejerció este papel durante unas cuantas semanas en ‘La noria’ de Telecinco, y Ion Aramendi, en la misma cadena, hacía lo propio en ‘Hable con ellas’. En este último caso era casi lógico teniendo en cuenta que había cinco presentadoras.
Las mujeres florero han sido una constante en la historia de la televisión. Desde tiempos remotos las azafatas guapas y delgadas han poblado los platós para recibir a concursantes, trasladar sobres o entregar premios. Las más célebres fueron por supuesto las chicas de ‘Un, dos, tres’, aunque para ser justos aquellas se encargaban de más tareas, puesto que también cantaban, bailaban y actuaban en el programa. Joaquín Prat se rodeaba de ellas en ‘El precio justo’, Jordi Hurtado también recurrió en ‘Si lo sé no vengo’ (Jair fue la más popular), y en ‘El tiempo es oro’ alcanzó gran fama (gracias a su dedo) Janine, que cada semana leía las respuestas acertadas cuando Constantino Romero le daba paso. Este tipo de mujer florero persiste en las programaciones actuales en concursos como ‘La ruleta de la fortuna’.
Sin embargo la versión ha variado en los últimos años. Y junto a hombres que llevan el peso del programa (más mayores y con todo tipo de aspectos, no tienen por qué ser atractivos) aparecen chicas jóvenes con apariencia de estar sobradamente preparadas y lo demuestran manejando una tablet y leyendo lo que se cuece por las redes. Ese es el rol que se les ha asignado. Posiblemente el germen de esta tendencia haya que buscarlo en las tertulias políticas y deportivas que proliferaron hace unos años en cadenas pequeñas como Intereconomía o 13TV. Ana Gugel o Gloria García Sendra se han dedicado en formatos como ‘El cascabel’ o ‘La marimorena’ a recabar opiniones y comentarios de los espectadores en los últimos minutos de cada programa. A Irene Junquera le correspondió llevar a cabo esta labor en ‘El chiringuito de Jugones’ y en ‘Tiki Taka’, cuando existía, también había una chica (joven, delgada, guapa) con idéntico cometido. En el caso de los programas deportivos a menudo a estas presentadoras se las suele agasajar con comentarios relacionados con su físico, que en ocasiones rozan lo machista, aunque pretendan disfrazarse de piropos.
Habrá quien piense que este reparto de papeles sólo sucede en cadenas conservadoras, pero nada más lejos de la realidad. La Sexta se ha caracterizado por escoger a presentadoras eminentemente guapas. Hay que decir que la mayoría de ellas han demostrado que su valía iba más allá de su físico. Un caso curioso es el de La Sexta Noche, que presenta Iñaki López. En este formato la presentadora-florero-leetweets no lee tweets, sino que lee entradillas de los temas que se van a plantear y repasa los titulares de prensa. Se trata de Andrea Ropero, y es guapa, delgada y joven, por supuesto. Y se supone que tiene bagaje suficiente como para moderar una tertulia o realizar una entrevista, pero nunca hemos podido verla en esa tesitura porque el peso del programa lo lleva el hombre, Iñaki López. Y si este se va de vacaciones en lugar de darle la oportunidad a ella se busca a otro presentador masculino (Javier Gómez lo ha desempañado en más ocasiones) para que tome el relevo.
Incluso en programas minoritarios y culturales se aboga por este esquema. En ‘Millenium’, la tertulia que presenta Ramón Colom a altas horas de la madrugada en La 2, existe una presentadora-florero-lee tweets en versión cultureta porque en lugar de hablar de redes sociales recomienda libros y películas relacionadas con el tema que se ha tratado. Su cometido se ubica en el final del programa y apenas dura cinco minutos. Lo desempeña Carmen González Llanos que, ¡adivinen!, es joven, delgada y guapa. Por cierto si alguien entra en la web de este programa en RTVE encontrará reseña del presentador, pero a ella no se la cita en ninguna parte. Lo mismo sucede con las periodistas de ‘Así de claro’ de Buruaga y con otras tantas de los programas nocturnos. Trabajan en ellos, pero ni se las menciona. No tienen currículum, al parecer, o no es relevante. ¡Quién quiere un currículum pudiendo tener un buen físico!
Son las azafatas 2.0 de la televisión. Han cambiado los sobres por los tweets y las rupertas por tablets. A menudo se reprueba la imagen que de la mujer se ofrece en espacios como ‘Mujeres y hombres y viceversa’ pero poco se critica la que se potencia en otros programas, supuestamente más serios, con un tipo de presentadora, absolutamente encorsetada con un perfil específico e idóneo para un cometido secundario.
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