“¿No tienes una televisión? ¿Y hacia adónde apuntan todos tus muebles?”
Joey Tribbiani
Las series de televisión se han convertido ya en un motivo de discusión entre algunas parejas, como lo es decidir quién baja la basura o a quién le toca sacar la carga limpia del lavavajillas. Más grave que olvidarse de una fecha importante o de reponer el rollo de papel higiénico cuando se acaba es quedarse dormido en el sofá mientras se ve un capítulo. Eso es causa de peleas, lamentos o recriminaciones.
¿Qué hay que hacer en ese instante? ¿Seguir viendo el episodio en solitario o solidarizarse con la pareja, detenerlo y disfrutarlo juntos en otro momento? Y, en caso de optar por la primera posibilidad, al día siguiente ¿hay que sacrificarse y volver a ver la parte de episodio que tu pareja se perdió o es suficiente con hacerle un resumen? Ese tipo de decisiones determinará, sin duda, el grado de enamoramiento de cada cual. Sí, ahora el amor se mide también por gestos seriéfilos. La ficción alcanza cotas que ni imaginábamos hasta hace unos años. En la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, en la temporada tres y en la final…
Ver series juntos se ha incorporado a las rutinas de las parejas, como echar la siesta o cocinar. Y posiblemente haya restado tiempo a otras. Pero como actividad sentimental no está exenta de problemas y de decisiones peliagudas. La primero es escoger qué titulo seguir y en qué momento hacerlo. Son determinaciones que se deben tomar y no siempre resulta sencillo. La oferta de ficciones se ha multiplicado en los últimos años y es complejo decantarse por cuál consumir. La elección se basará en el género, en la cadena que lo emite, en la temática o en los actores que la protagonicen, entre otros factores.
El siguiente paso tras hallar la serie que convence a los dos es escoger si ver un episodio cada semana o esperar a que esté la temporada completa y poder decidir cuántos capítulos consumir cada día. Ahí dependerá mucho la voracidad de cada cual y de coincidir en el ritmo. Porque puede que uno los miembros se conforme con una entrega al día o, incluso, a la semana y el otro precise mayor número de dosis diarias. Los hay que son más apasionados, obsesivos o atrevidos y necesitan de cuando en cuando entregarse a prácticas como el binge wachting (sesiones maratonianas de capítulos). Dependerá de lo abierta de mente que sea la pareja para acceder o no a probar determinadas experiencias e ir incorporándola a las costumbres habituales. Sumar y probar siempre es positivo, pero allá cada cual. No estoy aquí yo para sustituir a la doctora Ochoa.
La actitud a la hora de sentarse frente a la pantalla importa. Y conviene que la de ambos se parezca o la cosa puede terminar en disputa, si por ejemplo uno siempre está interrumpiendo el episodio preguntando por acciones o por personajes, porque directamente no se entera de nada, o bien lanzando sus teorías sobre lo que sucederá en el futuro. También es posible que acabe en pelea si uno se pasa el capítulo levantándose a por comida, no prestando atención o cuestionando todo el rato si la producción merece la pena.
Las series han provocado un nuevo tipo de infidelidad. Porque se ha de considerar una traición que uno de los integrantes vea un episodio con nocturnidad y alevosía y sin la compañía del otro. Cuando en ‘Orange is the new black’ Piper ingresa en prisión le pide a su novio que no vea ‘Mad Men’ sin ella. Finalmente él tras muchas dudas sigue enganchado a las historias de Draper y compañía sin confesárselo a su pareja. Sin que haya cárceles de por medio podrían producirse situaciones similares si uno de los dos se va de viaje o no está disponible durante varios días.
También han generado posibilidades inéditas de demostrar estima y sentimientos. ¿O no es un acto de amor volver a ver temporadas completas con tal de que tu pareja se enganche a una serie? O hacer un croquis que explique todo lo que sucede en ‘Perdidos’ o con las familias de ‘Juego de tronos’ para que tu pareja no se pierda. Donde esté un buen maratón que se quite un ramo de flores.
Como en otras cuestiones que conciernen a una relación sentimental conviene no obstante que cada uno conserve sus parcelas de independencia y de intimidad. Por ello no debería observarse como algo negativo que cada miembro tenga algunas series que disfruta solo, como placer culpable o porque el argumento no es del gusto de los dos.
Las series no solo son capaces de originar altercados entre parejas. También entre amigos pueden saltar las chispas a propósito de una ficción. Hay quien decide compartir con colegas determinados títulos y organizar quedadas semanales para consumir una serie y debatir sobre ella después. ¿Y qué sucede si una semana uno se ausenta? Es posible que se arme la bronca. Será momento de comprobar si la amistad está por encima de todas las cosas, incluso de las series. Luego está el tema de los espoilers. ¿Cuánto tiempo se debe esperar para desvelar detalles de un capítulo a través de las herramientas con las que normalmente te relacionas con un amigo, bien sea facebook, whatsapp o instagram? Son cuestiones que tener en cuenta para conservar a los amigos. Lo que la amistad ha unido que no lo separe una serie.
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