Si por algo se ha caracterizado en su carrera Ana Blanco (que acaba de ganar el Ondas, por cierto) ha sido por su absoluta discreción y por no haberse mojado jamás en ningún asunto polémico (y no será porque no se haya topado con unos cuantos en la cadena en la que trabaja). Por eso sorprendió hace unos días su tono en la entrevista a Rajoy y, sobre todo, su pregunta respecto al estado presente y las expectativas de futuro de TVE. Mal tienen que estar las cosas para que hasta la imperturbable Ana Blanco muestre preocupación por el ente público.
En realidad la grave situación que atraviesa RTVE es un secreto a voces. Las emisoras públicas no sólo se enfrentan a una muy endeble coyuntura económica sino a una pérdida constante de credibilidad y de audiencia, que parece que la conducen a la desaparición. No ha sido algo que haya sucedido abruptamente, de repente, sino de manera paulatina, y se ha agudizado en los últimos cuatro años, durante el último mandato gubernamental. “Yo la veo muy bien”, contestó Rajoy, que se escudó en que él “no había hecho lo que otros, que hicieron un ERE y quitaron la publicidad”. Ahora que la legislatura está a punto de acabar es momento de resumir lo que ha sucedido en TVE durante esta etapa, la TVE que Rajoy deja.
Descenso al ‘unidígito’ de audiencia
Octubre se ha cerrado con una pequeña alegría para TVE, que ha recuperado los dos dígitos de audiencia en el cómputo global. Un 10% ha logrado, lejos del 14% de Antena 3 o del 15% de Telecinco. Es una cifra muy baja, pero una buena noticia sólo si se tiene en cuenta que en los últimos meses la cadena pública se había quedado con un dígito de audiencia. 9,7% en septiembre; 9% en julio y agosto; 9,7% en junio o 9,9% en mayo y abril. 2014 se cerró con la cifra más baja de su historia, un 10%, peor que el 12,2% que había cosechado en 2012. Se da la circunstancia de que en los años anteriores, entre 2009 y 2011, había sido líder de audiencia (por encima de la privadas) con medias entre el 16,4% y el 14%. ¿Cómo se pierden seis puntos en seis años? ¿Es posible culpar de tal desastre a la falta de publicidad? No, no sería honesto.
Informativos cuestionados y sin espectadores
El buque insignia de una cadena pública han de ser los informativos, porque si para algo debe servir una emisora que pagamos entre todos es para que cuente con los medios para informar de la mejor manera posible y para que lo haga de forma fidedigna y plural. Pero los espectadores han considerado que no se ha hecho así en TVE y han ido abandonando los Telediarios. En la actualidad Telecinco es la cadena líder de los informativos. Veamos la diferencia: en 2011 los informativos de TVE acumulaban un 18,1% por delante de los de Telecinco (13%) y los de Antena 3 (12,6%); en 2014 la cadena pública obtuvo con estos espacios un 12,6, mientras que la de Mediaset subía a un 14,5. Los responsables de la pública suelen achacar los bajos índices a problemas presupuestarios o al arrastre que otros canales tienen con los programas previos a los informativos. Cabe recordar que en la época en que Pepa Bueno presentaba el Telediario 2 ‘Pasapalabra’ y ‘Los Simpson’ ya eran un éxito en Telecinco y Antena 3 y aún así los informativos de la pública conseguían ser líderes. La salida de esta periodista o de Ana Pastor (‘Los desayunos’ sin ella han perdido también el liderazgo que tenían y han dejado de marcar la agenda informativa), así como la de Fran Llorente (él consiguió premios internacionales para los Telediarios) han influido en la pérdida de credibilidad. La cobertura de algunos asuntos (como los escándalos de corrupción o tragedias mal gestionadas como la del Madrid Arena) también han contribuido. Polémicas como la entrevista que le hizo Sergio Martín a Pablo Iglesias o el reportaje sobre las indumentarias idóneas de las niñas han ayudado poco. Los últimos que han alzado su voz, acusando a los jefes de censura han sido los de La 2 Noticias. Acusaciones similares se han sucedido a menudo. Los datos de audiencia se han intentado maquillar de todas las maneras, dividiendo en partes el Telediario, incluyendo los datos del tiempo… Pero ni por esas. Los servicios informativos de TVE rozan la intrascendencia. Tanto que en este tiempo La Sexta le ha robado la etiqueta de referencia informativa y cada vez que sucede un acontecimiento importante es esa cadena la que se lleva el gato al agua. Los especiales organizados en las últimas citas electorales los ganó La Sexta, por delante de los intentos en vano de TVE.
Baile de presidentes
Los problemas de independencia informativa comenzaron tan pronto como se suprimió la obligatoriedad de que una mayoría del 3/5 del Congreso eligiese al presidente de RTVE, lo que hacía imprescindible que varios partidos se pusiesen de acuerdo. El PP eliminó la norma y escogió responsables por su cuenta. Y estos servían, principalmente, a los intereses de este partido. José Antonio Sánchez, el actual presidente, no tuvo problema en admitir su vinculación política. Los periodistas de la pública protestaron porque “el presidente puede votar lo que desee pero no es apropiado y resulta perjudicial para RTVE alardear de ello”. Sánchez llegaba para ocupar el puesto de González Echenique, que dimitía tras no conseguir más financiación por parte del Gobierno. Antes que él estuvieron Alberto Oliart (señalado por un trato de favor a una empresa de su hijo) y Luis Fernández, el último elegido por acuerdo entre PP y PSOE.
De Moreno a Buruaga: los fracasos más sonoros
La falta de ideas, la vuelta de formatos caducos y el distanciamiento con los espectadores son algunas de las razones que explican por qué las grandes apuestas lanzadas en la pública no han encontrado respaldo de la audiencia. Entre los programas más criticados y con peores cifras se encuentra ‘La alfombra roja’ de José Luis Moreno, un espectáculo casposo y sin ritmo que se estampó en las noches de los sábados. Igual suerte corrió el regreso de Buruaga con un debate muy criticado por el tratamiento de los temas y que apenas duró unas semanas ante sus bajos datos. El concurso de Los Morancos para las tardes aguantó siete días. Más tiempo estuvo en parrilla el magacín vespertino de Anne Igartiburu, aunque apenas alcanzaba el 5% de cuota de pantalla. Fracasaron además los ‘Insuperables’ de Carolina Cerezuela, ‘El legado’ de Ramón García, los ‘Cocineros al volante’ con Paula Prendes, o ‘Hit, la canción’ con Jaime Cantizano. El retorno de formatos estrella como ‘Mira quién baila’ o ‘La hora de José Mota’ tampoco se saldaron con cifras asombrosas.
La falta de credibilidad de Mariló
Es uno de los rostros de referencia de la última etapa de TVE, pero no por su pulso informativo, sino por sus continuas meteduras de pata, que se han convertido en su mejor marca, tanto que algunos piensan que se equivoca o dice alguna incongruencia para que se hable de ella, ya que no se puede hacer por los resultados de su programa. Mal asunto que ese sea el reclamo de una de las caras principales del canal público. Cabe recordar, no obstante, que Mariló Montero no llegó a TVE con el Partido Popular. Su fichaje para el espacio matinal se produce en 2009 y se mantiene hasta ahora, momento en que ya es también directora adjunta del programa. Su perorata sobre si el alma se transplanta, su pelea con Igartiburu a la que le preguntó si sentía oxidada o preguntas inapropiadas como si “la niña Asunta estaba blandita al ser asesinada” o sobre lo que había dentro del coche fúnebre de Sara Montiel la han puesto en boca de todos y han provocado que se cuestionase su profesionalidad. El magacín matinal de TVE debería ser eminentemente informativo y divulgativo. No lo es. Se vuelca en los sucesos y no logra ni una tercera parte de cuota de lo que tienen Ana Rosa o Griso. Mariló saltó al ‘prime-time’ para presentar con poco acierto ‘El pueblo más divertido’. Su entrevista con Bertín Osborne también causó controversia. Es su sino.
Telemendicidad, menores y discapacitados en ‘Entre todos’
Una temporada duró en antena ‘Entre todos’, copia de otro formato similar que se emite en Canal Sur. Nació entre protestas y se fue de manera similar. Se le acusó de promover la telemendicidad y de vulnerar los derechos de menores y discapacitados. El Consejo General del Trabajo Social exigió su retirada por hacer uso de “un periodismo amarillo y rancio que potencia la lástima hacia la persona necesitada”. La Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales pidió que cesase el uso de niños en el programa. A su presentadora, Toñi Moreno, le sacaron los colores en varias ocasiones. Un estudiante de Trabajo social llamó en directo para afear que una cadena pública fomentase la caridad en lugar de luchar para que se cumpliesen leyes como la de la Dependencia. Cuando una invitada insinuó que había sufrido malos tratos, la periodista le espetó que esas cosas “cuando pasan o se denuncian o se calla una para el resto de la vida”. No tardaron en lloverle las críticas. Y con razón. El programa no podía ser más desafortunado en todos los aspectos. Sustituyó a los seriales de mediodía y TVE desde entonces no ha conseguido buenos datos en esa franja.
Ficciones en el cajón
No deja de ser asombroso que TVE encargue nuevas series teniendo algunas en el cajón. Pero quizá su contenido no gusta a los actuales directivos. Si no es por eso no se entiende otra explicación. Es posible que ‘La República’ (cuya primera temporada obtuvo mucho éxito) no agrade ideológicamente y por eso no se hayan emitido más episodios grabados. ‘El precio de la libertad’, que retrata la transición en el País Vasco del franquismo a la democracia a través de la figura de Mario Onaindía tampoco se ha estrenado aún, pese a que se rodó hace cinco años. Otros títulos tuvieron más suerte. ‘Cuéntame’, ‘Isabel’ o ‘Aguila Roja’ permanecieron sin salida durante mucho tiempo por problemas económicos. Algunas como las de Globomedia volvieron tocados y están pidiendo ya un final digno a gritos. Lo mismo sucedió con ‘Los misterios de Laura’ que fue cancelada alegando que había que dar salida a otros productos. Tanto las apuestas vespertinas (‘Seis hermanas’ y ‘Acacias’) como las de noche (‘Carlos V’ y ‘Olmos y Robles’) no han conseguido fidelizar a la audiencia. De la quema se salva ‘El Ministerio del Tiempo’ no tanto por aglutinar a multitud de espectadores sino por las excelentes críticas que cosechó, principal razón por la que fue renovada.
La venta de los estudios Buñuel
El plan inmobiliario presentado al Consejo de administración de RTVE en diciembre de 2012 preveía la venta de una serie de activos ociosos de la Corporación, así como de los célebres estudios Buñuel, donde se han grabado algunos de los programas más emblemáticos de la emisora pública. La venta se cerró por 35 millones de euros. Los problemas de presupuesto de la cadena le han puesto en apuros en multitud de ocasiones y cada cierto tiempo hace que se plantee si debería regresar la publicidad a TVE. En este tiempo, no obstante, se ha seguido contando con dinero privado gracias a los ‘patrocinios culturales’.
Bertín Osborne, el último en llegar
El fichaje de Bertín Osborne para presentar un programa de entrevistas fue recibido con reservas entre algunos sectores. Sin embargo el cantante ha sorprendido y ha conseguido con su programa, ‘En tu casa o en la mía’, excelentes resultados de audiencia, que no encuentran techo. Cada semana se supera. Osborne ha convencido por el clima que propicia en las charlas y por las confesiones que consigue arrancar a sus invitados. ¿Está la cadena pública para que conozcamos a qué edad perdió la virginidad Pablo Alborán o cómo se conocieron Jesulín de Ubrique y su mujer? Posiblemente no, pero al menos hay que reconocer que el espacio resulta entretenido para un buen número de espectadores. Lo que no es disculpable es que se plantee una entrevista como la que el presentador le hizo a Carmen Martínez Bordiú, en la que en ningún momento se condenó la forma de actuar del abuelo de la invitada, al que se aludió en varias ocasiones. Indigno de un canal público.
Las excepciones que confirman la regla
¿Ha sido todo malo en TVE en los últimos años? Ni mucho menos. En la cadena pública sigue habiendo excelentes profesionales que, cuando les dejan, consiguen productos excelentes o promueven buenas ideas. ‘MasterChef’ ha sido el concurso de más éxito de la emisora pública en los últimos años. A nivel de crítica las mejores líneas se las llevó el programa ‘Torres y Reyes’, convertido después en ‘Alaska y Coronas’, que se ofrecía en La 2. Al saltar a la primera cadena se relegó a horarios intempestivos que desperdiciaron el producto. La misma sensación existe ahora con ‘Orbita Laika’, buena apuesta por la ciencia, que no se refleja en los índices de audiencia, a lo que no ayuda su ubicación en la medianoche de los miércoles. Tampoco ‘Millenium’, perdido en la madrugada, explota el potencial que podría tener.
Decía el otro día el director del IVAM en una entrevista que destruir algo cuesta muy poco, pero que para reconstruirlo se tarda mucho más. Es verdad. A ese panorama se va a enfrentar TVE en los próximos meses si quiere recuperar no sólo el liderazgo, sino la credibilidad y el peso como servicio público. Quien aspire a gobernar en los próximos años debería tener claro un plan de recuperación.
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