De nada sirve que evolucionen los RRHH a nivel tecnológico y conceptual si no se consigue que los directivos y los CEOs estén alineados en este cambio. La formulación tiene poco que ver con el éxito si no se implica la implementación. Y esa es la realidad que azota a muchas empresas que aparentemente modernizan sus departamentos de recursos humanos con nombres más modernos y más técnicos, y sin embargo su realidad sigue siendo la misma que antaño.
No hay cambio si no lo quiere la dirección de verdad. No hay transformación ni evolución si no hay un cambio cultural profundo que implique a la dirección. Es una lección muy básica que se aprende pronto en la carrera, si no quiere el “ápice estratégico” no ocurre.
Recursos humanos no es solo un departamento, sino también todo mando o directivo con responsabilidad dentro de la organización. Si no se consiguen aunar estas políticas, difícilmente se evolucionará. RRHH no necesita vencer, necesita convencer.