Ahora que está tan de moda hablar del teletrabajo, la realidad nos confronta con un problema histórico en muchas organizaciones. Y es que para implantar el teletrabajo se necesita un cambio cultural en muchas empresas. ¿A qué nos referimos con cambio cultural? Pues a una dirección por objetivos, a un liderazgo basado en el talento, a una gestión de la confianza,… De hecho, muchas empresas que lo intentaron hace años volvieron a sus fueros basados en la supervisión estricta y presencial ante el fracaso de aplicar el teletrabajo en entornos de poder y burocráticos.
La buena noticia es que en cierto modo se está “obligando” a asumir esa realidad telemática y por lo tanto forzando a comenzar a trabajar de modo diferente. La mala noticia es que o hay un cambio de modelo de gestión o el teletrabajo no servirá de mucho, pues seguirá siendo utilizado de modo erróneo y poco efectivo.