La mentalidad del empresario y de sus directivos conforman los límites de crecimiento y de éxito de una empresa. Este modelo mentalista de la economía lo que subraya es que precisamente si no comprendes una realidad como la gestión del talento, los principios de la calidad, el arte de la estrategia, etc… te puedes encontrar fuera de ese espacio a la hora de gestionar.
Por eso, tanto el CEO, la dirección general, los directivos y los mandos con responsabilidad requieren de un desarrollo y profundización en la mejora de sus competencias profesionales para poder acometer cambios y gestionar la organización hacia el éxito.
Pero sobre todo si algo destaca es el papel del CEO por su gran responsabilidad. Y la mentalidad no es más que la composición mental que asegura la comprensión de un tipo de estrategia conceptual en la empresa y que posteriormente deriva en objetivos generales, concretos y acciones a desarrollar. Comprender sin aplicar es quedarte en la teoría y no garantiza el aprendizaje real.
Son momentos de cambio, pero solo la mentalidad y agilidad del aprendizaje garantizan que nuestras empresas puedan estar en la cresta de la ola del éxito. ¿Te atreves?