Los padres siempre quieren lo mejor para sus hijos. Sin embargo, algo está fallando para que cada vez haya más casos de obesidad infantil (los datos son alarmantes), diabetes y enfermedades generadas por malos hábitos de vida.
De forma paralela es curioso ver cómo las familias se preocupan de que los peques aprendan idiomas, saquen buenas notas y hábitos para para que sean grandes personas en el futuro y, sin embargo, pasemos por alto la importancia de la alimentación. Evidentemente, son niños y no se trata de prohibir, sino de limitar el consumo de determinadas comidas hasta reducirlas a una anécdota en su dieta.
1.- Cereales del desayuno. Hay nutricionistas que incluso creen que es mejor que los peques no desayunen a que consuman estas bombas de azúcar que sólo sirven para hacerles resistentes a la insulina y un generador de grasa en el organismo. Salvo los copos de avena y algunas opciones integrales, el resto de los llamados ‘cereales de desayuno’ son una mala opción para empezar el día de manera habitual Ya si le añadimos cacao en polvo es una fiesta de azúcar sin apenas nutrientes.
2.- Zumos envasados. Agua con azúcar, colorante y unas gotitas de esencia de fruta. Eso es lo que esconde de verdad el zumo industrial. En serio ¿qué tiene que ver el sabor de un zumo envasado de naranja con ese regusto putrefacto a un zumo de naranja natural? Y mejor aún, las piezas de fruta enteras, con toda la fibra y la sensación de saciedad que da masticar una fruta.
3.- Galletas y bolleria. Aunque algunos cuenten con sellos de pediatras y de organizaciones sanitarias (una de las grandes vergüenzas de España), esconden una gran cantidad de conservantes y grasas saturadas. ¿Tanto cuesta preparar unas galletas en casa cada quince días?
4.- Pan de molde. A la hora de comer pan es la peor opción. Opta mejor por pan integral siempre que puedas y arrincona lo artificial con hasta un 75% de azúcar.
5.- Carnes procesadas. Comprar salchichas tipo perrito caliente o hamburguesas preparadas en grandes superficies (mira los ingredientes, por favor, y analiza si es carne lo que vas a comer). Apuesta por las carnicerías de siempre o por hacerlas tú mismo.
6.- Fritos y precocinados. Reduce lo que puedas el hecho de que tus hijos se acostumbren a estos sabores y a comer siempre los alimentos fritos, no importa que sean más o menos delgados, les estás haciendo un favor para siempre. Además, la excusa de ahorrar tiempo es una simple excusa: es más rápido cocinar otras cosas. No te mientas.
7.- Algunos pescados como el pez espada. El pez espada, el atún rojo o el lucio no son aconsejables hasta cumplir los tres años por tener mercurio y en los adultos es aconsejable reducir su consumo, según la Agencia Estatal de Seguridad Alimentaria.
Podríamos seguir la lista hasta el infinito con refrescos, golosinas, aperitivos… Pero en este caso casi todos somos más conscientes de que no se pueden consumir todos los días.
Y un último consejo: es fácil, más barato y rápido: ante un plato si no sabes identificar todos los ingredientes de los que está compuesto, duda. Así de fácil. Y, sobre todo, aquello de ‘de vez en cuando’ aplícalo de verdad.
Y ante cualquier duda o sugerencia, escribe al correo fitnessandroll@gmail.com