Hay películas buenas y malas. Pero hay otras que entran en el capítulo de las incalificables. Y quizá estas sean las peores. La cartelera de esta semana ofrece ‘La piel fría‘, la última propuesta de Xavier Gens, que buen cabe incluir en esta categoría de indefinición porque al salir del cine lo único que puedes preguntarte es ¿qué he visto? o, peor aún, ¿alguien ha querido tomarme el pelo?
[learn_more caption=”La piel fría”] Título original: Cold Skin Año 2017 Duración 101 min. País España España Director Xavier Gens Guion Eron Sheean, Jesús Olmo (Novela: Albert Sánchez Piñol) Fotografía Daniel Aranyo Reparto David Oakes, Ray Stevenson, Aura Garrido Productora Coproducción España-Francia[/learn_more]
¿Qué he visto? Esta es la pregunta que te golpea una y otra vez el cerebro tras ver ‘La piel fría‘. Y es quizá lo peor que le puede pasar a una película. Si es buena, irás a verla; si es mala, pero la entiendes y te gusta, también la verás. Pero la última producción de Xavier Gens es completamente incomprensible y ante ella la única sensación que queda es la de la indiferencia o el enfado que te provoca haber perdido tiempo y dinero.
Pese a estar basada en un libro, la película divaga de un género a otro sin que el director termine de aclararse a dónde nos lleva el director. Comienza como un drama, con reflexiones que nos invitan, acompañados de unos paisajes desamparados encomiablemente fotografiados, a pensar que estamos ante una sesuda producción europea para, inmediatamente, pasar al género de terror y continuar como una película cualquiera de zombies. Los vaivenes son continuos.
En estos saltos de temática, algunas reflexiones en off nos llevan a pensar que la cinta, de la mano del protagonista, quiere transmitirnos algún tipo de mensaje sobre la naturaleza humana como hace ‘El señor de las moscas‘ (1990), ya que el ambiente guarda cierta similitud. Pero es el vano espejismo de un mínimo de coherencia interna de la producción.
A todo ello se unen unas interpretaciones dispares. David Oakes, en su papel de geógrafo que llega a la isla en busca de un año de soledad, hace un irregular trabajo, mientras que Ray Stevenson, metido el papel del farero, logra mucho más matices. Pero es difícil lograr una interpretación lograda en una cinta donde la evolución de los personajes es casi nula y no tienen ninguna profundidad. Las motivaciones permanecen tan oscuras al principio como al final de la cinta al igual que un sinfin de preguntas que el guión no tiene a bien responder.
El elemento más cuidado de la película es, sin duda, la ambientación y la fotografía, aunque, como en el resto de las facetas, es imposible saber si está al servicio de un drama costumbrista o al de una película de zombies que se limitan a unas continuas batallas sin mayor sentido.
‘El muñeco de nieve‘ (2017), la adaptación de la novela homónima del autor sueco Jo Nesbo, es uno de esos thrillers que más valía no haber sido llevado al cine. Una de las películas del género más esperadas del año decepcionará sin duda a los seguidores del escritor y al público en general.
[learn_more caption=”El muñeco de nieve”] Título original: The Snowman (2017) Duración: 125 min. País: Reino Unido. Director: Tomas Alfredson Guion: Hossein Amini, Peter Straughan, Søren Sveistrup (Novela: Jo Nesbø). Música: Marco Beltrami. Fotografía: Dion Beebe. Reparto: Michael Fassbender, Rebecca Ferguson, Charlotte Gainsbourg, Jonas Karlsson, J.K. Simmons, Val Kilmer.[/learn_more]
El monólogo inicial del personaje de Michael Fassbender es todo un guiño al cine negro. Pero ahí terminan todas las comparaciones. Alfredson trata de abarcar tanto que se le escapa de las manos como si fuera un puñado de arena, una imagen que bien puede definir una producción que no hay por donde cogerla.
Si hay un adjetivo que puede definir la película es de errática. Los saltos en el argumento son continuos y no logran tejer una historia coherente. Parece que tanto guionista como director han querido comprimir toda la novela en un metraje de dos horas largas, algo realmente difícil en lugar de tejer una historia clara y rectilínea, algo que se aprecia notablemente en el argumento.
Ni la presencia de actores de la talla de Michael Fassbender, Charlotte Rainsbourg o J. K. Simmons consigue salvar a una errática película firmada por Tomas Alfredson (‘El topo‘). En ningún momento, alcanzan la talla que es habitual en ellos, quizá comprimidos por la tenaza narrativa del guión que no les ha dejado la posibilidad de componer unos personajes coherentes.
La celeridad y el intento de comprimir la totalidad de la novela en lugar de componer una historia inteligible lastra penosamente a uno de los thrillers más esperados de la temporada.