“Tuve antes conciencia futbolística que nacionalista. Por eso soy del Real Madrid y del Bloc“. Esta fue la respuesta que me dio hace ya una década el concejal de Compromís del Ayuntamiento de Gandia Josep Miquel Moya al preguntarle cómo un nacionalista podía ser del equipo del régimen en el que “de las glorias deportivas, que campean por España, va el Madrid con su bandera…”.
Pero ser del Real Madrid parece que en la Comunitat es garantía de éxito y por eso los socialistas valencianos han entendido que si quieren recuperar el Palau de la Generalitat tienen que imitar el modelo Zaplana. El ‘campeón’ -en este caso no el equipo sino el exministro, al que se le conocía por este sobrenombre- fue presidente de la Comunitat en maridaje con el valencianismo unionista de González-Lizondo (al que después fagocitó, al partido porque a Lizondo se lo cargaron sus compañeros), con un discurso reivindicativo contra viento y marea y gozando en la intimidad de los triunfos merengones mientras públicamente sentaba sus posaderas en el palco de Mestalla para ver a un equipo que nunca amó. Incluso Rafael Maluenda desveló en una entrevista en LAS PROVINCIAS que si el Real Madrid perdía no se podía hablar de fútbol con el jefe. http://www.lasprovincias.es/valencia/20090621/politica/cierto-zaplana-madrid-20090621.html
Ximo Puig, el candidato renovador (jiji) a la secretaria general del PSPV, lanzó ayer un mensaje valencianista como la pócima de un éxito made in Zaplana. Puig se ha convertido al valencianismo acérrimo pese a que en 2007, en compañía de Joan Baldoví (entonces alcalde de Sueca y hoy azote de Rajoy en el Congreso) y José Manuel Orengo (fiel colaborador y alcalde de Gandia), posó junto al director del instituto Ramón Llull, Josep Bargalló, para promocionar las esencias catalanovalencianas o viceversa en la feria de Fráncfort. Entre ellas, que la paella (mixta o no) era propia de Cataluña y otras cosas por el estilo que recuerdan a otras épocas. Incluso Morella, junto a Gandia, Vinaròs y Sueca se unieron al Consejo General de los Pirineos Orientales, un hecho que celebró el entonces vicepresidente catalán Josep Lluis Carod-Rovira http://www.lasprovincias.es/valencia/20090116/politica/sueca-gandia-morella-vinaros-20090116.html.
El jueves, en la presentación de su manifiesto valencianista de marca blanca, Puig se olvidó del término País Valencià para refinar su estilo con un estatutario Comunitat Valenciana. ¿Qué dirían hoy Bargalló y Baldoví de todo aquello? Un manifiesto que incluso cuenta con el apoyo de gente tan diversa como la exdiputada Isabel Escudero, profesora y del Barça, que en su día echaba pestes del propio Puig y que hay quien apunta que firmó (semi)engañada ese decálogo auspiciado por Vicent Soler.
Puig, ahora, en ese arranque valencianista quiere más “agua para todos” que el PP, más infraestructuras, la financiación por encima de la media y que se luche contra la corrupción más que nadie y más que Alarte. Y lo dice él. Un amante de Serrat, alcalde de Morella y uno de los de “volem TV3”. Y que en silencio, como se sufren las verdaderas intimidades con colchoneta o no en las posaderas, devora sus puros con las derrotas y triunfos del Real Madrid. Porque Puig, para el que no lo sepa, es merengón. Y a lo mejor, los socialistas valencianos han encontrado la clave. Más por que por el candidato por el equipo de sus amores. ¡Hala Madrid!
Lo que está claro es que lo que no triunfa es ser del Valencia. Francisco Camps e Ignasi Pla, forofos chés hasta la médula, salieron por la puerta de atrás. Uno para entrar en el TSJ y salir no culpable a carcajadas en la intimidad del asiento de atrás. El otro, apuñalado por la espalda en su propio partido por unos miles de euros al alicatarse la cocina y algo más sin pagar la factura de rigor y tener los pelendengues de reconocerlo. Camps y Pla, dos sufridores del valencianismo que debatirán sobre el futuro de Emery en el calor del Consell Jurídic Consultiu mientras Alarte, que no tiene mucha pinta de mediocentro fajador, se enfrenta a un futuro incierto.
Quizá llegue el día en que Zaplana y Puig, nublados por las glorias deportivas, entonen juntos aquello de:
Los domingos por la tarde,
caminando a Chamartín,
las mocitas madrileñas,
las mocitas madrileñas
van alegres y risueñas
porque hoy juega su Madrid