La verdad es que Luis Salom, un asesor del PP del Ayuntamiento de Valencia, siempre me ha llamado la atención. Desde el día que me lo encontré en una riña de patio, de uñas, poco varonil junto a la gasolinera del Parterre en uno de los primeros días del caso Gürtel por aquella primavera de 2009. Los partidarios de unos y otros se enzarzaron en una pelea callejera que la verdad me dio vergüenza ajena. Y allí estaba él, en ese barullo, con el pelo más corto frente al flequillo que luce ahora.

Desde entonces le sigo la pista. A él y a otros colegas de Nuevas Generaciones como Carlos Lirio, conocido como ‘el patillas’ ente algunos plumillas y que se dejó ver con un Martini Rosso en la terraza del hotel Inglés los días en los que el jurado de la causa de los trajes debatía si declaraba culpables o no culpables a Francisco Camps y Ricardo Costa. Porque los miembros de ese tribunal popular descansaban allí, en la calle Poeta Querol, tras su maratonianas jornadas de reflexión. Al dúo popular uno a Giuseppe Grezzi, asesor en este caso de Compromís, al que también se ve en todas las fiestas y saraos. Los tres podrían forman un coro al estilo Las Trillizas de Julio Iglesias. Quizá deberían aprender de Ángel Mínguez y sus errores. Desde que la lió con Ana Pastor y Mireia Mollà el chico ha sido más cauto.

Pero a Luis Salom alguien debería decirle que no todo vale. El chico, que es asesor del grupo popular en el Ayuntamiento de Valencia del área de Juventud porque así lo pone en su cuenta de twitter @LuisSalom, tuiteó el pasado lunes un comentario curioso en 140 carácteres: “Me cuentan que anoche se disparó el consumo de coca en Andalucía. ¿Alguna celebración?” Lo único que se me ocurre es que el domingo hubo elecciones, que el Sevilla le ganó el lunes al Granada y que el Málaga está en Champions. Aquí está la prueba:

Pero yo creo que el tema va por las elecciones. Al menos así me lo aclaró Cayetano Adrián (@cayetano_), un coleguita malacitano de Nuevas Generaciones, que da cancha a Salom con gracia y salero: “@LuisSalom buahhh te perdistes (sic) la fiesta jajaja nos fuimos pecha (¿?) de gente con Griñán y compañía de put@s y nos metimos coca hasta arriba”

El único Griñán que me suena es José Antonio, ese que se ve ganador de las andaluzas pese a dejarse en el camino 600.000 votos y 9 escaños. Lo de las put@s serán putos y putas, creo. ¿Y lo de la coca? Miro en el diccionario de la Real Academia Española y encuentro hasta seis acepciones con diferentes derivados. Desde torta (aquí en Valencia, de llanda), hasta embarcación, capón que se da en la cabeza con los nudillos, arbusto y Tarasca del Corpus, entre otras. Al final, coloquialmente, la RAE alude a un acortamiento de “cocaína”.

La cocaína es un asunto de moda ahora en Andalucía. Por el tema de los ERE pagados con dinero público que está en un proceso judicial abierto que se atisba intenso. El chófer del ex director general de trabajo de la Junta de Andalucía Francisco Javier Guerrero, que ya siguió el escrutinio electoral desde su celda, apuntó días antes de las elecciones andaluzas que él y su jefe se gastaban unos 25.000 euros al mes en cocaína. Vamos, una leña gramo a gramo.

La coca a la que alude Salom puede ser de llanda o un capón. Pero hay comentarios que no quedan bien con todo el revuelo montado con las andaluzas, con el exdirector de Trabajo al que sólo le va el Marlboro y el gin tonic y demás asuntos raros, raros, raros. Por cierto, al asesor del Ayuntamiento de Valencia, con más de 13.000 tuits en su cuenta, el nacionalista Enric Morera ya le apuntó como el primero en dar a conocer que su hija era una de las identificadas por presuntas pintadas primaverales. Y anució que con su nombre se iba a la Fiscalía. A Salom el twitter se le va de las manos, una apreciación muy personal, a pesar de que él diga que lo maneja como cree “y con absoluta libertad”.

En el PP, alguien debería controlar a sus cachorros, que siempre dan la nota.

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