El sábado es San Valentín. El amor ha sido siempre uno de los temas eternos de las artes. Son incontables las películas románticas y abarcan géneros como el thriller, el cine negro, la comedia, el drama, el musical, entre otros . Estas son sólo algunas de mis preferidas. No son las mejores. Tampoco las peores, aunque algunas son auténticas joyas.
El día de los enamorados (1959)
La pongo en el primer lugar porque era una de las películas que más se repetían en televisión por estas fechas. Clásica comedia del cine español con actores como Concha Velasco, Antonio Canal o Tony Leblanc, entre otros, que muestra la historia de cuatro parejas que dan mucho trabajo a San Valentín, interpretado por un inolvidable George Rigaud. Imposible no recordar su paseo por las callas de Madrid mientras va arreglando los desencuentros amorosos (hay quien lo puede confundir con ‘El Calvo’ de la Lotería de Navidad).
Algo para recordar (1993)
Comedia romántica que marcó los años 90 y consolidó a Meg Ryan como una de las reinas del género tras la brillante Cuando Harry encontró a Sally. La película de Nora Ephron, todo un éxito de público, cuenta la historia de un arquitecto que se ha quedado viudo. Su hijo cree que su padre necesita una mujer y llama a un programa de radio. La historia emociona a miles de personas, entre ellas a una mujer que está a punto de casarse. Divertida comedia llena de romanticismo con continuos guiños al melodrama Tu y yo (versión de Cary Grant y Deborah Kerr), en la que Ryan y Tom Hanks bordan sus papeles.
Pretty woman (1990)
De visión obligada para románticos empedernidos. La historia de la prostituta salvada por el millonario continúa embelesando a cualquier generación. La cinta encumbró a Julia Roberts a la categoría de ‘Novia de América’, título que hasta ahora nadie se lo ha arrebatado. Una historia que rebosa romanticismo por todos los costados, una banda sonora efectista, Richard Gere en estado de gracia y, sobre todo, el encanto de Roberts hacen de la película de Garry Marshall en un ‘pequeño clásico’ del género.
Casablanca (1942)
Una película de propaganda bélica que se convirtió en una de las mayores historias de amor de todos los tiempos contada por el cine. Todo en ella es prácticamente perfecto empezando por la capacidad de Michael Curtiz de aclararse en el rodaje que fue un auténtico caos. La interpretación de Humphrey Bogart e Ingrid Bergman, que pocas veces estuvo tan bella como en este película, son antológicas; el guión es una sucesión de frases redondas, certeras, los secundarios (especialmente Peter Lorre y Claude Rains) rozan la perfección y la canción ‘As times goes by‘ son sólo alguno de los aspectos que elevan a esta cinta a la categoría de mito por méritos propios.
Mientras dormías (1995)
Tras su lanzamiento en Speed, Sandra Bullock protagoniza esta deliciosa comedia romántica en la que define su imagen de marca que aún sigue explotando: una chica guapa, no espectacular, algo patosa y simpática y con gran facilidad para ponerse en situaciones embarazosas. Bullock consiguió con esta simpática comedia convertirse en otra de las reinas del género. La historia de una chica enamorada de un hombre de negocios al que no conoce. Cuando él queda en coma la familia la cree su novia. El resto no es difícil de predecir.
West Side Story (1961)
La cinta es una versión de la historia de amor por excelencia, Romeo y Julieta, pero ambientada en el Nueva York de los años 50 y 60 con los conflictos entre bandas étnicas de fondo. Natalie Wood está espléndida, en la plenitud de su belleza, da vida a María (veáse Julieta). Ganadora de diez Oscar, se ha convertido en uno de los mejores musicales jamás rodado. La música, compuesta por Elmer Berstein, es un auténtico clásico. Canciones como María o Toninght han pasado al imaginario popular mientras que las coreografías son primorosas. Los admiradores de la historia de amor imposible creada por Shakespeare pueden sentirse satisfecho con el resultado.
Cuatro bodas y un funeral (1994)
La comedia británica de la década de los 90 por excelencia. La azarosa historia de amor entre Hugh Grant y Andie MacDowell contada con la ironía típicamente británica se convirtió en un gran éxito. La química entre los dos personajes principales y los peculiares secundarios, que protagonizan divertidos gags, hicieron de esta película uno de los iconos de la década. Hugh Grant creó el personaje que repetiría con éxito en otras películas: galán guaperas, simpático, con cierto aire de desvalimiento y algo patoso. Love is all around me, la pegadiza canción de Wet Wet Wet, se convirtió en un éxito de ventas.
Vacaciones en Roma (1953)
La película lanzó al estrellato definitivamente a Audrey Hepburn. Junto a ella, Gregory Peck compone perfectamente el papel de cínico periodista que cae rendido ante la inocencia de la princesa interpretada por Hepburn. Historia de un amor imposible que nos ha dejado algunas de las imágenes más icónicas de Roma, como el paseo en moto o la visita a la máscara de la verdad. Romanticismo en estado puro.
Midnight in Paris (2011)
Estupenda comedia de Woody Allen que recupera parte de la chispa que había perdido en sus últimas producciones. Con un planteamiento similar a La Rosa Púrpura del Cairo, Allen nos traslada a París en el siglo XXI en el que un escritor norteamericano algo bohemio visita la capital mientras añora la década de los 20 del siglo pasado. Todo ello le hará replantearse su vida y hasta con quien pretende contraer matrimonio. La parte en la que se sumerge en a Belle Epoque es encantadora y con una Marion Cotillard espléndida en su ambiguo papel de guía, como Beatriz en el Paraíso, por el alegre París. También gustará a cualquier enamorado de la capital francesa el recorrido inicial que hace Allen por algunas de las calles y plazas más emblemáticas.
Amelie (2001)
Probablemente una de las mayores sorpresas cinematográficas de los últimos años. La historia, contada por Jean Pierre Jeunet con aires surrealistas, de una mujer que decide volcarse en conseguir la felicidad para los demás y al final consigue la suya propia gracias a la entrega de otros. Con una gran interpretación de Audrey Tatou, se ha convertido en una de las películas más emblemáticas del nuevo cine francés.
Los puentes de Madison (1995)
Intrusión de Clint Eastwood en el melodrama con más que notables resultados. Eastwood interpreta a Robert Kincaid, un fotógrafo que llega a una granja en Iowa en los años 60. Allí conoce a Francesca Johnson (la siempre perfecta Meryl Streep) y entre ellos surge una profunda historia de amor. Eastwood, en su cumbre creativa, rueda uno de los mejores melodramas de los últimos 20 años. Una historia de recuerdos y proyectos futuros imposibles donde las miradas son más expresivas que los diálogos.
Otra historia de amor imposible en esta ocasión en la Rusia de la Revolución. El Doctor Zhivago (el gran error de la película fue que lo interpretara Omar Sharif que parece incapaz de emocionarse) es un hombre atrapado en medio del caos que arrastra a su esposa y familia y a Lara (Julie Christie hace el papel de su vida), la mujer de la que se enamora perdidamente. Gran superproducción, rodada en gran parte en España, sobre un amor imposible en medio de la revolución rusa. La música de Maurice Jarre ha quedado como una de las melodías románticas por excelencia.