LOS DEDOS FLEXIBLES
Todo son rumores. Yo no lo he visto pero dicen que a raíz del error de un señor “disputado”, caído en no saber hacer la O con un canuto, apretó donde no debía o se equivocó de dedo, en esto del voto a la reforma laboral.
Dicen que en el PP han puesto urgentemente en marcha una sección especial de: “análisis secreto del uso de los diversos dedos del diputado en línea” y también que ha sido una idea del número 2 de alguno de esos grupos que los americanos llaman “think tank.” y que sirve para observar y sugerir.
Enseguida viene el rumor. No se sabe si ha sido una orden del Sr. Aznar que ha dicho: “a ver sí vigilamos dónde ponemos el dedo,” mientras se fumaba un puro con los pies en la mesa camilla, o de la mano derecha del líder del partido en una maniobra estratégica para forzar a Ayuso a pactar, si conviene, con uno de los baronets de Vox que pasaba por León, vigilando a Zapatero que no para.
Esta reforma tan cacareada es una reforma que es más bien una ratificación de la que había, o sea no ha habido una contrarreforma. ¿Entonces?
Nada. Ha servido a mayor gloria de la señora Diaz que al parecer no para de trabajar, en este caso lo dice ella, día y noche en busca de la paz obrera y de paso a la mejora de su imagen pública con perjuicio de la que tiene o tenía el Sr. Iglesias. Sigo con los dedos.
La primera lección ha sido como a los niños casi de pecho. La M con la A se pronuncia Ma. Este dedo, señala el profesor contratado a dedo que viene con un máster de Harvard especifico de “digit”, se llama pulgar y se usa mayormente en el lenguaje internacional para dar conocimiento de que todo está bien.
Todos a una con el pulgar en el aire.
Usted, señala a un diputado cualquiera, repita conmigo PULGAR. Muy bien. La clase ha terminado y les da unas fotocopias para digitalizar con la reproducción del pulgar. El profesor pasa un informe secreto de 100 páginas al secretario tercero para el jefe. ¡Viva!.
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