ESTUPEFACTO
Que está muy sorprendido, asombrado o desconcertado ante algo poco habitual, y no comprende lo que pasa, ni sabe cómo reaccionar.,
Esa es la percepción que yo tengo de las reacciones del Sr. Casado en este tiempo en el que ha comprobado como su corte de aduladores, que formaban una piña a su alrededor, se han ido retirando, quizás al comprender que el camino hacia La Moncloa ya no está tan claro o mejor ,ha desaparecido de sus expectativas, y ahora buscan otro acomodo.
Sospecho que algunos han contratado profesores de gallego en la intimidad.
En esta crisis que el tiempo presente nos ha servido como plato principal, lo que a mi me ha llamado la atención es el hecho de haber leído que una de las expresiones que se han escapado del alma del Sr. Casado es, con mayor o menor precisión de texto, “si yo no he hecho nada malo”.
Ha confiado su estrategia a la combinación de extraños movimientos entre bambalinas para localizar las presuntas irregularidades de su otrora amiga de Nuevas Generaciones la Sra. Ayuso; por haberla identificado como potencial enemigo en su carrera hacia la presidencia teórica del Gobierno de España.
Este lamento de autocompasión, en su particular camino del Gólgota político ,revela el dolor de verse primero en el sendero de la Moncloa, hace unas semanas henchido de verdades y ahora pendiente de destino.
Se siente víctima y esa situación le resta frialdad y quizás objetividad. Ha confiado en los cantos de sirena de posibles ganancias electorales que no se han cubierto del todo ,dando la sensación de perdida, cuando la realidad no es esa exacta.
Escoltado por su “guardaespaldas político”,el ingeniero Sr. García Egea, este que quizá no ha terminado de comprender que ese asunto de la política no es una ecuación, que las relaciones humanas no son el resultado de un problema de ajuste de sintonías. Dicen que ha ejercido una suerte de poder totalitario en su relación con las “provincias” y ha impuesto criterios que no han sentado nada bien.
Quizás el dejarse arrastrar por ese camino de imposición y aceptar el “juego” a Lo Carré y no hacer nada para reorientar ,sea una parte de la base de su fracaso.