Los chicos de Nuevas Generaciones
La foto de Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría con teja y mantilla en el Vaticano me hizo rebuscar en la hemeroteca. Me llamó la atención la ya señora de la segunda fila: Carmen Fúnez. La actual senadora por Toledo del PP fue mi desvirgamiento periodístico con los chicos de Nuevas Generaciones en una jornada memorable para los cachorros valencianos. Un día de esos en los que Eduardo Zaplana se empeñaba en hacer de las suyas.
Era mayo de 2002, en el hall del hotel Hesperia de Valencia entrevisté a Fúnez. El único titular que me ofreció fue este: “En el PSOE también hay pijos“. Una chorrada supina. Las respuestas, infumables.
Aquel día, las Nuevas Generaciones del PP valenciano eligieron a Verónica Marcos como nueva presidenta regional. Un acto celebrado en el Museo Píncipe Felipe para honor y gloria de Zaplana y Calatrava. Un evento cargado de todo el surrealismo posible. De hecho, LAS PROVINCIAS recibió días antes de la elección de Marcos un correo electrónico en el que se anunciaba el nombre de la elegida. El revuelo fue mayúsculo. Zaplana, muy al estilo Zaplana, la nombró porque para eso era el jefe.
Mientras el expresidente mantenía a su lado a la ungida, por la sala deambulaba un tal José Luis Bayo escoltado por dos o tres de sus últimos fieles. Bayo, al que hicieron creer que sería el elegido, buscaba abrazos y consuelo en una mañana de pésame que marcó el principio de su fin político. El cariño que no encontró quizá lo halló bajo carteles de neón y con licencias por renovar. En lugares donde el falso amor tiene precio, donde hay engaño y donde hay traición. Quizá un cabeza de turco.
A pesar de llevar más de una década en esto de la información política, todavía no sé a qué se dedican los de Nuevas Generaciones. No voy a hablar ni de sus polos ni de sus pelos. Cada uno es responsable de su estética. Ahora, tras descubrir este vídeo en youtube, ya sé a qué se dedican: a memeces. Un vídeo muy festivo, muy ‘aconfetizado’ al estilo Ana Mato pero en el que ni hay propuestas ni hay futuro. Demasiada fiesta para tanto paro. Aquí dejo la proyección.
Buenrollismo con las colas del paro de bote en bote y la juventud buscándose las habichuelas más allá de nuestras fronteras. Lo que nadie podrá negar es que los cachorros del PP sólo acaparan titulares ligados al escándalo. Ignacio Uriarte, exlíder supremo de Nuevas Generaciones, es un diputado cunero por Valencia. De los que meten desde Génova con calzador en una lista para quitarse un problema. Lo único que ha hecho el madrileño por la tierra a la que representa, al margen de dejarse ver cada cuatro años para repetir en la candidatura, es cogerse una turca y que la Policía lo empapelara por ponerse al volante. El chico venía de celebrar su despedida de soltero.
El mismo Uriarte fue el que en 2008 intentó poner algo de paz en un lío morrocutudo que se montó en Nuevas Generaciones de Valencia con amenazas de muerte de por medio. Salvador Pérez, con cargo en la dirección, denunció mensajes de móvil presuntamente realizados por yogurines del PP. Uno de los recaditos era este: “Te voy a rajar el cuello, tendrás lo que te mereces, sé dónde vives“. Canela fina.
Carlos Lirio, otro de los habituales figurantes en actos de partido, tuvo la gran idea de tomarse un Martini en la terraza del hotel en el que descansaba en esos momentos el jurado que tenía que dar el veredicto de la causa de los trajes de la que salieron absueltos Francisco Camps y Ricardo Costa. El chico había sido un fijo los días de juicio en el TSJ.
Ángel Mínguez, exasesor de Juan Cotino, la lió después de apuntar que la periodista Ana Pastor sería relevada de su puesto en TVE tras las victoria del PP en las generales. Mínguez, que quizá aprendió con todo aquello, ahora se gana las habichuelas lejos de lo público al regentar una clínica odontológica. Progresa adecuadamente.
Pero sin duda, el top de Nuevas Generaciones es Luis Salom, asesor del Ayuntamiento de Valencia a más de 2.000 euros del ala y capaz de protagonizar escenas como esta: “La coca del asesor del PP“. Salom dedica su tiempo a twittear con sparrings como Guiseppe Grezzi, otro asesor municipal pero este a cargo de Compromís, que han convertido las redes sociales en el paradigma del insulto y ejemplo de bazofia. Las escenas de matrimonio de Salom y Grezzi empiezan a ser insoportables.
Marcos y Caballero
Verónica Marcos, tras diez años, dejó el puesto con treinta y tantos, muy lejos de aquella chica tímida que susurraba sus respuestas a los periodistas nada más ser elegida. Hoy, quien no la haya visto en la ultima década, ni la reconocería.
Ha llegado Juan Carlos Caballero. Un chico al uso de Nuevas Generaciones que en principio tiene el mismo discurso enlatado que sus mayores.
Al margen de esta apreciación, no conozco de nada a Caballero. Espero que sus ansias no pasen por vivir de lo público, con un cargo remunerado y vegetar a la sopa boba una temporadita. Tiene maestros para seguir este ejemplo.
Le daré un voto de confianza pero espero que sus grandes objetivos vayan más allá de destronar a Compromís de las redes sociales y de montar pseudojuergas como “Ideas y cañas”.
La única manera de superar la desafección de la política es desde abajo con savia nueva.