“Te amo Rachel”
Gunther (pensando en Central Perk)
Ya lo decía Gabinete Caligari, bares, qué lugares, tan gratos para conversar, no hay como el calor del amor en un bar. No hacía falta que viniese una marca de refrescos a decirnos que cada vez que se cierra un bar se desvanecen mil te quieros. No era necesario, pero si ellos insisten, no seré yo quien eche abajo su empeño en bendecir los bares.
Yo siempre he estado muy a favor de los bares. Mucho. Sobre todo de esos que jamás apagan las luces y en los que nunca tienen problema en servirte la última. Aunque la última no llegue nunca…
¿Quién paga esta ronda? Les invito hoy a que vengan de copas conmigo. De txikiteo o poteo, como se dice en mi tierra. Recorramos las barras catódicas más famosas a ver si con un poco de suerte en alguna de ellas nos cae un chupito gratis.
La primera parada debe ser obligatoriamente en el Bada Bing y allí brindaremos con las copas alzadas por Tony Soprano, por todo lo que nos ha dado, por lo que ha hecho por los adictos a las series. No es baladí que los creadores de la serie de mafiosos escogiesen ese nombre para el local en el que se reunían Tony y sus secuaces, en el que se entretenían con mujeres desnudas, y planeaban golpes y ajustaban cuentas en la trastienda. Bada Bing es el sonido onomatopéyico del disparo de un arma como bien se recordaba en ‘El Padrino’ en una conversación entre Al Pacino y James Caan.
Es posible conocer de cerca el famoso antro de ‘Los Soprano’ que gestionaba Silvio Dante, porque existe en realidad. Su nombre es Satin Dolls, aunque los dueños, conscientes del reclamo de la serie, han colocado un cartel fuera en el que se imitan las letras y la silueta de mujer del popular bar televisivo. Se halla en la localidad de Lodi, en Nueva Jersey, en el 230 Route 17 south.
Pero no es el Bada Bing el único bar en el que repostaban los protagonistas de ‘Los Soprano’. Adriana La Cerva, la novia de Chris Moltisanti, llegó a regentar su propio club, el Crazy Horse, en el que se servían copas y se organizaban conciertos.
El viaje entre copas continúa con rumbo al pasado, a dos de los bares que marcaron la adolescencia de muchos jóvenes, el Peach Pit, el punto de encuentro de los jóvenes de ‘Sensación de vivir’ regentado por Nat Bussichio y en el que durante una temporada trabajó Brandon; y Shooters, el local en el que ahogaban las penas los vecinos de ‘Melrose Place’, del que fue dueño el duro de Jake Hanson. Las fachadas de ambos pertenecieron a espacios reales ubicados en Los Ángeles, aunque hoy en día han dejado de existir. Benditos bares de la juventud…
Con algunos grados de más el camino sigue por dos establecimientos animados. El primero lo dibujan ‘Los Simpson’ y es propiedad de Moe Szylak. El mejor cliente de La taberna de Moe es Barney, pero por ella han pasado rostros conocidos como Stephen Hawking o los integrantes de Red Hot Chili Peppers y Aerosmith. El segundo nos lo presentan los Griffin, La almeja borracha, al que acuden Peter, Joe, Quagmire y Cleveland en numerosos episodios de ‘Padre de familia’.
No pueden faltar en esta ruta el McLarens, de ‘Cómo conocí a vuestra madre’, que a pesar de estar basado en el McGee’s de Nueva York no se parece a él en absoluto; el Central Perk, de los chicos de ‘Friends’, que sólo existe en la serie; y el Hang’s Chew, el karaoke al que acuden los periodistas de ‘The Newsroom’ tras trabajar y que también es fruto sólo de la imaginación de los guionistas.
Para resarcirse de la frustración de estar en Nueva York y no poder sentarse en el mismo taburete que los protagonistas de nuestra ficción favorita podemos resarcirnos acudiendo al Monk’s Café de ‘Seinfeld‘ (que realmente se llama Tom Restaurant y que es un auténtico templo de la serie con miles de fotografías y recuerdos en sus paredes); al Victrola, el club que abre Chuck en ‘Gossip Girl’ (The box está en el 189 de Chrystie St. En el Lower East Side), o al Grumpy, el café en el que Hannah trabaja en ‘Girls‘ para sobrevivir después de que sus padres decidiesen no pasarle dinero, y que gracias a la serie se ha convertido en el bar de moda del barrio de Greenpoint.
Llegados a este punto ya nos entra en el cuerpo cualquier trago. Incluso sangre. Así que una ronda de ‘True blood‘ para todos los presentes. Se sirve en el Merlotte’s y hace las delicias de cualquier vampiro. Nos dirigimos hacia la localidad de Bon Temps. Allí nos despacha Sam y con un poco de suerte quizá sea Sookie quien tome nota de nuestro pedido. Otra clase de embrujos se dispensan en el P3, el club por el que pasaron grupos como Goo Goo Dolls o Cranberries invitados por Piper, protagonista de ‘Embrujadas‘. Con el punto cogido quizá hasta nos atrevamos a cantar una canción en compañía de Vonda Shepard, a quien encontraremos en el Martini, el bar en el que se reunían los compañeros de ‘Ally McBeal’.
Para no descomponernos con tanta copa lo mejor será llenar el estómago con algo de comida, que bien podríamos pedirla en el Talón, el café que visita el joven Clark Kent en ‘Smallville‘, o en The Prince, el centro de reuniones en ‘The new girl’ (cuyos fans lo pueden recorrer si están de paso por Los Ángeles y se topan con el edificio de apartamentos Windsor).
Dejamos para el final una de las barras más populares de la televisión, la de ‘Cheers‘ (la de Ted Danson, no la de Resines), ambientado en un bar de Boston, ahora reconvertido con el nombre Cheers Beacon Hill. A quien le haga especial ilusión fotografiarse frente a su fachada debe acercarse hasta el 84 de la calle Beacon de Boston, pero sí lo que desea es tomarse una cerveza en los mismos asientos que Frasier o Norm se ha de trasladar al Faneuil Hall Marketplace (también en Boston), donde está el Cheers Boston, establecimiento en el que se inspiraron los interiores de la popular serie.
Aquí nos quedamos, junto a Sam Malone.
Nos vemos en los bares.
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