Andaba correteando tan feliz por el Mercado Central cuando recibí la alerta. Y la verdad, echó al traste lo que prometía ser un día fantástico en el mejor mercado del mundo –con el permiso del resto de mejores mercados del mundo-.
Saludé a los jamones: “¡Qué alegría, querido Cinco Jotas, con lo que te añoro y te añoraré”. Jugué con los erizos: “¡Uh! ¡Ah! ¡Ostras!”. Y dejé babear mi imaginación, como un Bob Esponja más, al ver a los bogavantes mover sus pinzas. Fue genial, fue… fue… Mejor que lo veas:
Sin embargo, te decía, que todo se fue al traste cuando uno de los agentes de ese CNI particular que tenemos en El País de las Gastrosofías, me lanzó la voz de alerta. “El tallarín asesino regresa más malvado que nunca y atención, te busca”, me dijo nuestro espía que anda camuflado en un huevo de pascua. 😯
El tallarín era en verdad un enorme ogro que tenía el cuerpo cubierto de pasta y cuyo único objetivo era acabar con todo aquello que tuviera que ver con la Gastrosofía: boicotear a los grandes chefs, atemorizar a los amantes de la buena mesa y destruir cualquier cosa que estuviera relacionada con el arte culinario. Hay quien dice que, incluso, la banda del ‘Tallarín asesino’ está detrás de la decisión de Ferran Adrià de cerrar y repensar ElBulli. Aunque, para que te voy a mentir más, eso es sólo un rumor.
La última vez que logré someterlo fue con la ayuda de mis superhéroes preferidos. En aquella ocasión, después de varias batallas entre escabeches y pochados, acabé cocinando parte de su cuerpo y enterrándolo en una sabrosa salsa de queso de tetilla, que luego he repetido en diversas ocasiones. De hecho intenté hacer ese plato al mismísimo Sherlock Holmes cuando me visitó hace unas semanas, aunque esa historia prefiero olvidarla. ¿Te acuerdas? La cruel propuesta de Sherlock.
En cualquier caso, ahora de nuevo me enfrentaba a otro despiadado ataque del tallarín asesino y su banda. El malévolo ogro había movilizado con extraños conjuros a los fantasmas más terribles. De las paredes de la ciudad empezaron a surgir caballos enfurecidos, caracoles envenenados, ratas diabólicas… Los coches volaban por los aires, los monstruos amenazaban a los viandantes y todo parecía estar instalado en la peor de las pesadillas.
Sólo mis superhéroes preferidos podían ayudarme a salir de ésta. Y así fue. Con mi satélite-croqueta llamé a los buenos amigos de Marvel y acudieron en mi ayuda Thor, Batman, La Masa… Juntos nos enfrentamos al tallarín diabólico y su banda de chorizos y longanizas en una batalla sin precedentes. Parte del maldito ogro logró escapar, pero sus bandoleros cayeron y acabaron destripados. Así es como fue posible crear esta receta escalofriante: Tallarines con chorizo y longaniza destripados a la salsa de tomillo y Parmigiano. Lo mejor es que veas el trailer de este peliculón del que todavía, debo reconocerte, no he logrado sobreponerme.
TALLARINES DESTRIPADOS A LA SALSA DE TOMILLO Y PARMIGIANO
Ingredientes: Un paquete de tallarines (de buena calidad), dos chorizos y dos longanizas artesanas, tomate natural, tomillo fresco y parmegano. Aceite de oliva, sal y pimienta.
Elaboración: Destripamos la longaniza y el chorizo y lo juntamos todo troceándolo como si se tratara de carne picada. Debe quedar en trozos muy pequeños. Una vez listo, se cocina a fuego lento y cuando ya esté hecho se añade el tomate natural triturado. Es importante que el tomate sea muy bueno, porque es la esencia del plato. Y debe cocerse muuuuy lento, rectificando de sal y pimienta. A esa salsa le añadiremos un par de ramitas de romero fresco, para que tome el gusto a monte. Al tiempo, hervimos los tallarines (busca en tiendas gourmets de calidad, vale la pena) y cuando estén al dente, los sacamos. Los servimos de inmediato, con la salsa y láminas finitas de parmigiano por encima.
Puedes acompañarlo con un vino blanco que tenga cuerpo. Bien fresco. Pero en este caso te voy a recomendar un cava valenciano: Chozas Carrascal. A mí me gusta mucho.
Nada más… que te he citado a Ferran, el maestro, y te he hecho un enlace al trailer de la película ElBulli: Cooking in progress... Ardo en deseos de verla. Y ya sabes que puedes enviarme tus recomendaciones o impresiones a jtrelis@lasprovincias.es o seguirme por twitter en @JesusTrelis. Salud y todos a visitar el Mercado Central.